“Entendí que no hay que relegar nada”

Vanesa Butera regresó a escena por partida doble: hace una obra de Muscari y protagoniza su propio unipersonal. Después de atravesar un delicado cuadro de salud, la actriz y cantautora se luce en ‘Mirtha, el mito’ y en ‘Cáscara, coraza, casa’, que es un éxito en el circuito independiente.

En agosto de 2023, la vida de Vanesa Butera tomó un giro inesperado. Tras años sin hacerse un chequeo ginecológico, un estudio de rutina le reveló la peor de las noticias: tenía cáncer. Tras una valiente lucha que hizo pública en los medios, la actriz logró recuperarse y volver a los escenarios. Apenas se repuso recibió la propuesta de José María Muscari para hacer ‘Sex’ y el director volvió a convocarla este año para UN nuevo y ambicioso proyecto, ‘Mirtha, el mito’, que tuvo su estreno en el Palacio Libertad y seguirá en mayo, los domingos a las 18, en el teatro Regina.

Pero ese no es el único motivo de felicidad para Butera: en paralelo protagoniza ‘Coraza, cáscara, casa’, un unipersonal en el que despunta el vicio de cantar, con temas de su autoría y músicos en vivo, a la vez que retrata el caos de una mudanza y lo que eso significa. Dirigida por Sebastián Suñé, la pieza se presenta los sábados a las 20.30 en El Método Kairós y ya cosechó halagos de la crítica y el público. “El otro día una chica compró diez entradas”, aseguró a La Prensa la oriunda de Lomas de Zamora, sorprendida y agradecida por el gran momento profesional que atraviesa.
Recordada, entre otros trabajos, por su participación en ‘Esperanza mía’, comenzó a tocar la guitarra de chica y fue su hermana mayor su inspiración para entrar en el mundo artístico. Fue mesera y hasta vendió ropa que ella misma fabricaba. El salto a la fama fue a través del reality ‘Yo quiero ser...’ (2008), cuyo triunfo le valió un papel en el musical ‘Hairspray’ junto al recordado Enrique Pinti. De allí en más no paró.


MOMENTO BISAGRA

-¿Cómo está viviendo este gran momento profesional?

-Bien, estoy re contenta. ‘Coraza, cáscara, casa’, que es una obra mía, es un pendiente que tenía, algo que tenía en carpeta hace demasiado tiempo, que venía guardando y deseando hacer. No me decidía, así que ahora estoy chocha de haberlo concretado. También estoy haciendo la obra de Muscari los domingos, así que el presente me encuentra como quería, que es estando activa, haciendo muchas cosas que me apasionan, que me divierten, que me entusiasman y me desafían. Era un poco esa mi idea para este año: hacer cosas que deseara. Después de pasar un momento bisagra en la vida, uno se replantea un montón de cosas y en esa lista de prioridades pasaron a un primer lugar algunas cuestiones que capaz antes no lo estaban. Hacer algo tan mío como ‘Coraza…’ era algo que venía relegando, pero ahora entendí que no hay que relegar nada.

-¿Por qué ese título?

-Son tres palabras sobre lo que habla el espectáculo. Alude a la coraza que nos armamos para poder transitar la vida, que suele estar hecha de un montón de cosas que no necesitamos; a la cáscara que quizás hay que romper para justamente andar más livianos; y a la casa que de vez en cuando hay que reacomodar: cambiar los muebles, tirar algunas cosas que ya no usamos, para habitarla más cómodamente. Me gustó lo inconexo de las palabras porque, justamente, la obra se sirve de esa desconexión. Me gustaba pensar en una manera no literal de contar esto, tanto en el título como en la obra. La gente va armando su propio cuentito a medida que sucede y me gustó que pasara también eso con el título.

-Está teniendo una excelente repercusión...

-A veces no entiendo si es porque me quieren mucho o porque realmente les gusta, pero estoy bastante sorprendida. Me pasa a veces, cuando escribo una canción, que pienso qué significa una cosa y después el que la escucha la interpreta de una manera diferente. Con la obra pasa un poco eso: tiene mucho humor y la gente se ríe mucho, por suerte. Entonces pensé que había escrito una comedia pero hay gente que sale llorando (risas). A mí me gusta mucho sentir eso mismo cuando voy a ver teatro: experimentar sensaciones extremas. Y ver que eso le pasa hoy a la gente que va a ver mi obra es una emoción total. Me sorprende incluso la forma efusiva de recomendarla que tienen, eso no me pasó nunca. El sábado pasado una chica compró diez entradas. Están viniendo grupos de amigos a verme y me parece hermosísimo.

El de ‘Mirtha, el mito’ “fue un proceso bastante corto y estuvo bueno para no pensar tanto”, sostiene Vanesa Butera.

-¿Se siente más cómoda en una obra de texto ajeno como ‘Mirtha, el mito’ o en un proyecto propio?

-Me gustan las dos cosas. Hacer un material propio, si bien ya lo hago hace años cantando mis canciones y sacando mis discos propios, me dio el lugar para decir las cosas que tenía ganas de decir. Pero también me gusta tener un espacio para ir a ser actriz y que alguien me dirija y ponga en mi boca las palabras que quiere que diga.

-¿Cómo se preparó para encarnar, junto a otras grandes actrices, un personaje tan icónico como Mirtha Legrand?

-De Mirtha vimos mucho material, fue un proceso bastante corto para la talla de proyecto que es, pero eso también estuvo bueno para no pensar tanto.


HABITAT NATURAL

Vanesa deja en claro que sus padres no tienen nada que ver con lo artístico. Su infancia transcurrió en Lavallol, Lomas de Zamora, aunque su educación se repartió entre Adrogué y José Mármol. En la primaria, la futura actriz y cantautora empezó a estudiar guitarra y a meterse en “grupitos de teatro”. “Quizás el lado artístico familiar lo tengo del lado de mi hermana Valeria, que siempre tocó el piano; no se dedicó a eso pero escribe y también compone, es una gran artista para mí”.

Antes de hacerse conocida, Butera trabajó como mesera en un bar de la estación Adrogué y en un hotel de Plaza Miserere, donde sirvió el desayuno durante años. “También hice ropa. Estudiaba Diseño de Indumentaria y hacía los vestuarios para las escuelas de comedia musical a las que iba. Como tenía las máquinas en mi casa, confeccionaba ropa para vender también. Cuando quedé en ‘Hairspray’ dejé todos estos laburitos y, por suerte, pude seguir en la actuación”, relata.

-Muchas veces hay un prejuicio con aquellos que acceden al medio artístico a través de un realities. ¿Lo sufrió alguna vez?

-No. Es que yo, en realidad, al de ‘Hairspray’ no lo tomé como un reality sino como una audición televisada. Eso es lo que era, porque el premio era un papel en la obra. La hice durante dos temporadas y fue uno de los proyectos más hermosos en los que me tocó trabajar. Por eso nunca tuve el prejuicio del reality ni siento que alguien lo haya tenido conmigo.

-La autogestión es clave en su profesión, ¿verdad? Para no tener que estar esperando a que el teléfono suene.

-Sin dudas, la autogestión es fundamental, pero no para no esperar a que te llamen. En un momento yo también lo pensé así, pero después me di cuenta que el teatro independiente no es ese lugar al que ir cuando no te llaman de otro lado. Para mí el teatro independiente es un lugar para estar por elección, porque uno puede llevar los materiales que desee y decir las cosas que quiere. Muchas veces en el circuito comercial también, pero no es la regla. Por lo general, los proyectos autogestados son los que tienen lo que uno tiene ganas de dejar en este mundo. El teatro independiente es un teatro bien hecho y que reúne cada vez más gente. Hay muchos proyectos hermosos y hay que insistirle a la gente que vaya a verlos (aunque, por suerte, cada vez hay que decirlo menos). Para mí es y seguirá siendo mi hábitat natural.