En la frontera entre el absurdo y la extrañeza
Ropamuerta
Por Omar Caíno
Paradiso. 144 páginas
Relatos que plantean situaciones absurdas, extrañas, increíbles sin llegar a ser fantásticas, a veces oníricas o pesadillescas, en el peligroso abismo de lo incomprensible.
A eso apuestan los veinte textos reunidos por Omar Caíno en Ropamuerta, raro título tomado de un personaje que aparece en un par de cuentos, donde también deja su estela de misterio inasible.
En estas historias, no siempre logradas con similar redondez, se repite el interés por algunos tipos humanos. El mendigo es uno de ellos; los maestros, los niños y las madres ausentes o muertas, son otros.
Luego hay planteos asombrosos, que aspiran a provocar desconcierto o reclaman una lectura humorística o patética: un dentista sin piernas, un médico que olvidó su profesión pero sigue ejerciendo, un nieto ciego que cree distinguir el rostro de su abuelo en un nido de avispas.
Entre los mejores cuentos de la colección corresponde mencionar “Carta para Martín”, en el que se propone una suerte de triángulo de afectos entre un padre, su hijo menor y el fugaz inquilino de una de las habitaciones de la casa familiar.
Hay en ese puñado de páginas una trama distinguible, personajes contrapuestos y delineados y un nudo que se desata con la acertada sorpresa del final. Una combinación que pocas veces se da en la mayoría de los relatos, algunos de los cuales no pasan de meras apostillas, viñetas o bocetos a la espera de un trabajo posterior.
Su autor, nos informa la editorial en su comunicación para la prensa, es artista plástico y ha sido alumno de Ricardo Piglia, Juan Carlos Martini Real, Leónidas Lamborghini y Alberto Laiseca. “Trabajó en estos cuentos, y en otros no incluidos en este libro, un largo período de su vida”, se agrega.