Por Fernando Miguel Salon
Flujos migratorios hubo siempre. Migraciones masivas las hubo en periodos de guerras y desastres naturales, principalmente. Pero en los últimos tiempos se viene produciendo un fenómeno diferente, que es la migración masiva o movimiento constante de un flujo voluminoso de gente hacia los países centrales, principalmente Estados Unidos y Europa en nuestro hemisferio occidental, proveniente de Asia, África, el mundo Árabe, y América Latina.
Las causas conocidas son las guerras, los regímenes dictatoriales y la falta de trabajo. Pero hay más motivos que están detrás de lo estrictamente estadístico: el deseo de ya no esforzarse en los países de origen, el deseo de ganar más dinero, el deseo de fantasía y aventura, y el deseo de ser subsidiado.
Veamos los siguientes ejemplos: migrantes que ya han alcanzado Europa después de cruzar el Mediterráneo o caminar desde Asia Menor, se arriesgan otra vez para cruzar el Canal Ingles para llegar al Reino Unido. Ya no les satisface el acogimiento que reciben en Europa.
Migrantes que acampan o viven en nichos de nueve metros cuadrados alrededor de la torre Eiffel, y no quieren moverse a la Francia rural. Latinoamericanos que saturan las costas españolas confundiendo migración con aventura o trabajos irregulares en algún bar.
Afganos que incendiaron su centro de acogida en Grecia para ir rápidamente a Alemania; Africanos que no quisieron ir al nuevo centro de acogida en Ruanda mientras se procesaban sus solicitudes en Reino Unido; diferentes nacionalidades que atraviesan toda América Latina para llegar a Estados Unidos como destino fijado y final, pues no los satisface ninguno de los países por los cuales transitaron, más allá de los riesgos.
En 2023 cruzaron la peligrosa selva de Darién (Panamá) más de 600.000 migrantes; migrantes que no quieren ser procesados en el centro de acogida de Albania construido por Italia pues quieren estar ya en la Unión Europea; y los privilegiados estudiantes que han residido con visas bajo la condición de regresar luego de la graduación, pero no regresan jamás.
Hay más ejemplos, pero se puede ver con esta muestra que un gran número de migrantes tienen motivos económicos. No tienen problemas políticos para ser considerados refugiados. O provienen de países que no están definidos como riesgosos para justificar su recibimiento con ese status.
Claro que hay visas para trabajadores estacionales. Muchos marroquíes utilizan ese tipo de visa para las cosechas en Europa y regresan legalmente cada año. Muchos mexicanos hacen lo mismo con Estados Unidos, y también regresan cada año. Pero la intención de muchos es no ser estacional sino permanente aunque sea ilegalmente.
TSUNAMI
Los volúmenes migratorios son tan grandes que a veces superan el número de los pobladores locales. Hay pueblos en Italia donde hay más bangladesís que italianos. Hay lugares de Alemania donde hay más turcos y árabes que alemanes. Hay vastos lugares en New York o Chicago donde hay más hispanos, chinos y extranjeros en general que americanos, que van quedando relegados al interior del país.
No todos los migrantes arriesgan su vida cruzando el mar en pequeños botes o caminando desde lejanas tierras “ayudados” por contrabandistas de personas que cobran cifras importantes. Muchos viajan en avión como pseudoturistas y nunca regularizaran su clandestinidad. A veces es fácil distinguirlos porque llevan mucho equipaje o porque su vestimenta o el estado de su dentadura no hacen pensar en un turista típico.
Para peor, algunos diarios y videos promocionan la residencia ilegal con información falsa. Varios videos en YouTube pregonan “Emigra como turista y quédate a vivir”, orientado a hispanoparlantes. Vergonzoso.
Los controles migratorios son débiles o inexistentes. En el pasado había entrevistas al llegar a un país, en la cual el agente aduanero o policía preguntaba acerca del motivo de la visita, tiempo de estadía, pasaje de regreso, domicilio durante la estadía. Hoy prácticamente esos controles han desaparecido. Y ni que hablar en Europa, donde dentro de la zona Schengen los migrantes pueden moverse libremente a través de 27 países sin el más mínimo control. Además del problema migratorio hay un riesgo de seguridad concreto.
El concepto de migrantes incluye a los siguientes en una conjunción difícil de administrar: legales, ilegales, con o sin visa de un extenso menú de visas que existe, con ciudadanía pero sin nacionalidad (doble pasaporte), turistas ficticios, y en general cualquier persona que no sea nacida en el país receptor pero que este o quiera estar residiendo en él; o que habiendo nacido en el país no tiene la cultura, etnia, idioma, religión y otros componentes que lo identifican como local, por ejemplo hijos de migrantes que vivieron toda su vida en una comunidad cerrada extranjera (barrio turco, barrio latino, Chinatown, pequeña África).
CONSECUENCIAS
Los países lidian con las siguientes consecuencias de tal migración masiva:
* Culturales: quizá sea el problema más importante pues abarca la forma de vida en general que contiene muchas variantes clave: religión, lengua, familia, higiene, forma de interactuar, conceptos de ética y corrupción, y códigos de convivencia entre otros. Si el grupo de migrantes se aísla y no se adapta, será un problema para ellos y para el país receptor. Pero si el grupo de migrantes es grande o muy grande como suele ser, afecta e influencia la cultura local directamente desde la proliferación de lugares de comidas exóticas hasta mezquitas y tempos budistas, o creación de pandillas (crimen organizado de latinoamericanos en Estados Unidos y España, mafia rusa y mafia china). La tradición cultural quedaría cambiada o directamente reemplazada por las nuevos pueblos migrantes.
* Densidad demográfica: incremento desmesurado de la población en ciertos lugares, en general ciudades capitales caras y en las cuales el migrante encuentra dificultades de vivienda, adaptación, aceptación, idioma, costumbres, competencia. La contrapartida es la despoblación en lugares donde se necesitan trabajadores, en general en áreas rurales y del interior de los países. Y despoblación en sus propios países. Matemáticamente no es posible mudar masivamente a los ciudadanos de países en vías de desarrollo hacia Europa y Estados Unidos. Sería un caos y un colapso mayor de todos los recursos.
* Asistencia social: al llegar el migrante necesita asistencia social, es decir un lugar adonde vivir, comer, vestirse y asearse. También necesita ser educado en el idioma y costumbres locales. Todo eso tiene un costo. Hay que mencionar que los sistemas nacionales de salud europeos están saturados, con tiempos de espera prolongados, médicos y enfermeros que trabajan jornadas extendidas, y que no están en condiciones de proveer asistencia a millones de migrantes. En Estados Unidos el sistema de salud es muy caro, y por ello muchos millones de estadounidenses no tienen seguro o plan médico. ¿Como hacer para proveer salud y asistencia social a migrantes cuando los locales casi no la tienen?
Hay migrantes que han estado durante años en centros sociales sin trabajar, con un costo enorme para el Estado, y cero contribuciones de parte del migrante.
También los sistemas jubilatorios públicos están en crisis porque la longevidad aumenta y los trabajos tienden a ser free lance o por contratos cortos sin aportes a sistemas jubilatorios. Entonces, ¿como harán los países receptores para jubilar migrantes cuando les llegue la hora? Esto no tiene respuesta.
* Económicas y presupuestarias: los países receptores no tienen ilimitada capacidad de proveer recursos y crear trabajos. Por el contrario, tienen su propio desempleo y sus propias crisis, su propia inflación, su propia limitación en seguridad social y salud, sus propias pobres jubilaciones, y sus propios ya altísimos impuestos. El Estado no puede pagar todo. Y los campos de refugiados son cada vez más grandes y están más superpoblados.
* Laboral: los países centrales necesitan de cierto tipo de trabajos, pero no de todos. Las migraciones masivas en general pueden proveer el tipo de trabajo que -infelizmente- los locales no quieren hacer tales como puestos en la agricultura, construcción, industria alimenticia, y trabajos pesados. Pero no todos los migrantes quieren hacerlos o pueden hacerlos. Se generará una competencia entre trabajadores primarios locales y migrantes, bajando salarios o generando explotación de ilegales. Muchos migrantes vienen de países con poca idiosincrasia de esfuerzo y merito laboral y de posibilidades laborales; y quizá en el nuevo país -si les es posible- vayan a trabajar por primera vez en sus vidas. Todos sabemos que este es un mundo competitivo y que conseguir el primer trabajo no es fácil. Ahora sumémosle la dificultad de ser migrante y sabremos cual es el escenario posible.
* Habitacional: la vivienda es cada vez más cara, por la ley de oferta-demanda. Los locales ya no pueden casi comprar o alquilar viviendas. Entonces, ¿adonde vivirán los migrantes que son millones? Al problema de vivienda hay que agregarle la disminución habitacional producida por la afectación de departamentos al turismo masivo, tema que ya es más que serio en Europa. Valga la mención de que en algunos lugares confluyen ambos casos: locales, migrantes y turismo masivo en la disputa de vivienda y transporte, y se crea un gran caos (Barcelona, Paris, Roma, New York, Dublín, por nombrar algunas).
* Étnicas: no se puede ocultar que la gente es aceptada o no, directa o indirectamente, por su raza o etnia. La mayoría de las veces no se trata de racismo, sino de la concientización de que con la etnia viene adjunto el comportamiento (religioso, laboral, productivo, de seguridad, de higiene, de hábitos, de disciplina).
POLITICAS
Los países solían tener políticas poblacionales pero hoy ya no. Y si las hay, son muy permeables. En los censos de los países centrales se puede ver que la población residente pero nacida en el exterior es cada vez mayor. Y el número de hijos de migrantes nacidos en el país receptor es mucho mayor que de madres locales.
Todo esto implica un reemplazo de las poblaciones originales, pues no hay natalidad suficiente de locales. Y la población local envejece y muere. Y los migrantes tienen muchos hijos, principalmente los africanos y árabes.
Cualquiera podrá hacer los números demográficos del futuro cercano: los locales serán minoría o tenderán a desaparecer y las poblaciones extranjeras irán creciendo en número. No es difícil imaginar una Europa árabe, africana y latinoamericana; ni un Estados Unidos latino, africano, indio y chino. Se produce el reemplazo de la población original por otros.
¿Cómo cambiará este reemplazo poblacional el esquema de poderes del mundo y los riesgos geopolíticos asociados? ¿Con que afinidades se asociaran estratégicamente esas nuevas comunidades? ¿Que sucederá con la libertad, la ciencia, la gobernabilidad y la educación? ¿Qué sucederá con las tradiciones occidentales y con el Cristianismo?
El resultado a mediano y largo plazo no lo sabemos pero podemos intuir y proyectar consecuencias serias. ¿Cuál es la solución? Desarrollar los países desde donde los migrantes salen. Cómo hacerlo es la respuesta difícil.