El partido perfecto

El baúl de los recuerdos. Independiente empezó a adueñarse de la Copa Libertadores de 1984 con un triunfo por 1-0 sobre Gremio en el partido de ida en Porto Alegre. Fue una labor memorable del equipo del Pato Pastoriza.

Faltan diez minutos para el cierre del partido. Las 80 mil personas que cubren las tribunas del Estadio Olímpico de Porto Alegre se deshacen las manos aplaudiendo. Reconocen la fabulosa labor de Independiente, que en suelo brasileño brinda una función de gala y le gana 1-0 a Gremio en el duelo de ida de la final de la Copa Libertadores de 1984. El resultado, exiguo, dice poco de la abrumadora superioridad de los de Avellaneda. Los números no bastan para expresar la actuación del Rojo, que consuma nada más y nada menos que el partido perfecto.

“Teníamos que haber ganado 5-0. Fue un baile”. El análisis de Ricardo Enrique Bochini era incuestionable. La figura de Independiente no exageraba. Pero, por si alguien pudiera pensar que su balance era parcial, conviene repasar la lectura del uruguayo Hugo de León, pilar de la defensa de Gremio: “En una acción la tocaron 12 veces y la jugada terminó en el palo. Independiente nos pasó por arriba. Tenía un equipazo y la magia de Bochini”. No existe margen para la duda. El equipo argentino jugó bárbaro.

¿Qué hizo Independiente esa noche del 27 de julio del ´84? Muy simple: salió a apretar a su calificado rival -campeón de la Libertadores y de la Intercontinental de 1983- con una presión asfixiante, no le dejo tocar la pelota y manejó los tiempos del partido con una sabiduría descomunal. El plan del Pato José Omar Pastoriza funcionó a las mil maravillas: con un encomiable espíritu de sacrificio y una férrea voluntad ganadora, su equipo le cerró todos los caminos a su adversario y luego, cuando el Rojo disponía el balón, lo jugaba con inteligencia según los dictados de la lúcida batuta del Bocha. Así puso en aprietos una y otra vez el arquero Joao Marcos.

Gremio no esperaba tamaña estrategia de Independiente. Pensaba que, como era habitual en todos los que llegaban a Porto Alegre, se sometería a los dictados de un conjunto que, con la personalidad de De León en el fondo, las gambetas de Renato Gaúcho por el costado derecho y los goles de Tarciso como características principales, no sólo era el claro dominador del fútbol brasileño, sino que había extendido su territorio al ámbito internacional.

Pero en esa ocasión el Gringo Giusti corrió a todos en el medio, Claudio Marangoni aportó presencia y claridad, Clausen y el Loco Carlos Enrique clausuraron los laterales y fueron constantemente al ataque y la dupla Villaverde-Trossero trabajó a destajo para contener al peligroso Tarciso en un partido durísimo. Además, el uruguayo Carlos Goyén tapó todo cuando le tiraron.La Porota Barberón dejó un surco por el flanco izquierdo del ataque, Sergio Bufarini fue una amenaza permanente y Jorge Burruchaga buscó siempre asociarse con un Bochini en estado de gracia. El Bocha movía los hilos con esa inteligencia casi sobrenatural que le hacía tener en la cabeza la ubicación exacta de compañeros y rivales para decidir el momento en el que había que lanzarse a fondo al ataque.

Y en una de esas incursiones ofensivas, el Bocha esperó el instante preciso en el que Burru pasó a su lado a pura velocidad y le tendió un pase mágico y preciso para hacer realidad el 1-0. Iban 24 minutos del primer tiempo. A esa altura hacía rato que Independiente era amo y señor de la final.

El complemento fue un recital exquisito de las huestes del Pato. Dominaron casi a voluntad con un impresionante repertorio de lujos. Gremio no oponía resistencia. Se sentía superado y sin argumentos para reaccionar ante tamaña superioridad del Rojo. El resultado era mentiroso, pues Independiente estaba varios tantos arriba del elenco brasileño. Pero el 1-0 era una goleada en el juego y en el ánimo de los locales.

"Cuando empezó el partido nos silbó toda la cancha, pero a diez minutos del final nos aplaudieron 80 mil personas", explico Bochini. No era para menos. Independiente había dado el primer paso para apoderarse de su séptima Copa Libertadores jugando el partido perfecto.

LA SINTESIS

Gremio 0 - Independiente 1

Gremio: Joao Marcos; Paulo Cesar Magalhaes, Jorge Baidek, Hugo de León, Casemiro Mior; Osvaldo, Luis Carlos Martins, China; Renato Gaúcho, Tarciso, Guilherme Macuglia. DT: Carlos Froner.

Independiente: Carlos Goyén; Néstor Clausen, Hugo Villaverde, Enzo Trossero, Carlos Enrique; Ricardo Giusti, Claudio Marangoni, Ricardo Bochini, Jorge Burruchaga; Sergio Bufarini, Alejandro Barberón. DT: José Omar Pastoriza.

Incidencias

Primer tiempo: 24m gol de Burruchaga (I). Segundo tiempo: 20m Gilson Genio por Guilherme Macuglia (G); 34m Gerardo Reinoso por Barberón (I).

Cancha: Estadio Olímpico de Porto Alegre (Brasil). Arbitro: Juan Daniel Cardellino, de Uruguay. Fecha. 24 de julio de1984.