Resulta difícil seleccionar un círculo del infierno adecuado, dentro de los descritos por el Dante, para ubicar a quienes se aprovechen de las víctimas de una tragedia para exigir sexo con niños a cambio de comida o medicamentos. No hay manera de describir tamaña maldad y sin embargo se trata de un hecho que se repite una y otra vez que ya es moneda corriente dentro del rubro: ayuda humanitaria.
Esta semana se dio a conocer, porque no se pudo ocultar por más tiempo, que al menos 21 empleados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) violaron a mujeres y niñas mientras eran parte de la delegación de ayuda durante el brote de ébola sufrido por la República Democrática del Congo entre 2018 y 2020. Las víctimas sufrieron violaciones y a posteriori extorsiones y amenazas para abortar dado que las violaciones se llevaban a cabo sin anticonceptivos, por imposición de los empleados de ONU.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, (exmiembro de una organización terrorista marxista y famoso por su complicidad con China en el encubrimiento sobre el origen y la expansión del covid) se declaró responsable de los "fallos en el sistema'' y aseguró que se tomarán acciones para "volver a tener la confianza de la gente a la que servimos''. También dijo que se tomarán medidas para prohibir que los agresores puedan volver a trabajar en la OMS y otras agencias ligadas a Naciones Unidas. Esto sería, para Tedros, suficiente; y de más está decir que sigue como si nada sentado en su sillón.
Otro que no se movió de su puesto es el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres (expresidente de la Internacional Socialista y ex Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados de 2005 a 2015), que también se hizo el compungido y pidió que las acusaciones se "investiguen a fondo'', pero esta muestra de preocupación apareció recién luego de que The New Humanitarian y la Fundación Thompson Reuters publicaran el reportaje que desató el escándalo.
Este mecanismo es habitual en la organización que, triste ironía, es la encargada de dictar los lineamientos morales del mundo en materia de salud, niñez, cultura, alimentación y prácticamente cualquier cosa imaginable.
Curiosamente ONU Mujeres es la nave nodriza del hojaldre de organizaciones e instituciones destinadas a la mujer y a su protección. Pero para ONU nada de esto es nuevo ni lo suficientemente grave, el intercambio de ayuda humanitaria por sexo fue una constante en las misiones que Naciones Unidas envió a Siria y fue la organización la que con más ahínco ocultó informes y denuncias hasta que le estallaron en la cara.
SIRIA, ULTRAJADA
"La ONU lo sabía y no hizo nada'' es la conclusión de informes y denuncias periodísticas que mostraron cómo miembros del organismo explotaron sexualmente a mujeres de Siria a cambio de comida y medicinas. En una nota de 2018 de la BBC no sólo se describían con detalle las aberraciones sexuales que ocurrían en el sur del país, sino que se demostraba que el tema era así desde hacía varios años. La situación era tan grave y extensa que las mujeres sirias se sentían estigmatizadas si concurrían a los centros de ayuda porque sus vecinos daban por descontado que acudir allí era prostituirse por comida. En el informe titulado Voces de Siria 2018 constaba que las más vulnerables eran las viudas que no tenían protectores masculinos.
El primer caso documentado es del 2015 en un campamento de refugiados de Jordania (recordemos quién estaba a cargo de los refugiados de ONU para la época: ¡sorpresa!). El modus operandi era el siguiente: los funcionarios de ONU retenían durante días la ayuda internacional para luego presionar a las mujeres para tener sexo si querían recibir medicamentos, ropa, comida o artículos de higiene. "La explotación sexual y el abuso de mujeres y niñas ha sido algo conocido e ignorado durante siete años'', según informa la BBC. "En algún lugar se tomó la decisión de que está bien que los cuerpos de las mujeres continúen siendo utilizados, abusados y violados para que la ayuda se entregue a un grupo más grande de personas''. También fue cómplice el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que estuvo presente cuando se denunció en 2015 y lo ocultó.
La mascarada de la ayuda humanitaria para desarrollar redes de trata, trabajo forzado y pedofilia es una fuente inagotable de recursos que, increíblemente, no se terminan aún cuando las aberraciones se incrementan año a año. Aún opera, incluso en Argentina, la ONG Oxfam que admitió delitos sexuales en la República Democrática del Congo, Haití, etc. Oxfam tiene un largo historial de casos en los que sus trabajadores y directivos violaron niños y adultos, malversaron fondos para pagar orgías y una serie más de delitos que dejan a Gadafi a la altura de un poroto.
ASPIRADORA DE FONDOS
Oxfam es una multimillonaria aspiradora de fondos mayoritariamente estatales conformada por 19 ONGs de 90 países. Su lema es "trabajar con otros para combatir la pobreza y el sufrimiento''. El primer escándalo masivo de Oxfam estalló en Haití donde los responsables de la organización celebraban orgías "dignas de Calígula'' con menores. Tal fue el escándalo que se descubrió que había decenas de casos más en todo el mundo. Fue el Times de Londres el primero en mostrar las denuncias de violaciones de menores y venta posterior de pornografía. En aquel entonces Oxfam dijo que sabía de las denuncias en 2011 pero que no fueron lo "suficientemente francos'' y se disculpó por su propia investigación defectuosa. Según informó The Guardian existieron dos correos electrónicos, fechados en julio y agosto de 2011 y en los que se decía que eran de una niña de 13 años y otra de 12 las violadas por directivos, pero Oxfam dijo en ese momento que las acusaciones "no eran serias''.
El diario The Guardian reveló que la organización encubrió otro caso similar en el Chad donde se pagaron con el dinero de las donaciones, las casas y hoteles donde se realizaban las orgías con niños en 2006. La ONG investigó y documentó el caso y se encargó de que no saliera a la luz al igual que otras organizaciones como Save The Children y Cruz Roja.
La comisión inglesa dependiente del organismo del Gobierno británico que fiscaliza a las ONG y que investigó a Oxfam concluyó que el acoso, la explotación y los abusos sexuales "se producen en todo el sector'' humanitario.
Para mostrar sólo una pequeña parte: Médicos sin Fronteras reportó 24 casos de abuso sexual sólo en 2017. Save the Children reconoció que en un año habían despedido a 38 empleados destinados en Haití por los mismos delitos. El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) reconoció haber investigado en 2017 trece casos de acoso sexual. World Vision reportó diez casos de abusos sexuales y explotación de menores en 2016 y 4 casos se adjudicaron a Mercy Corps. Más de 120 trabajadores de ONGs británicas fueron acusados de abusos sexuales en 2017.
The Times documentó a más de 40 organizaciones de ayuda cuyos trabajadores mantenían relaciones de explotación sexual con niños refugiados como: ACNUR, el Programa Mundial de Alimentos, Save the Children, Merlin, Médicos sin Fronteras, Care International, el Comité Internacional de Rescate y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja.
FENOMENO ENDEMICO
Las investigaciones indican que los trabajadores humanitarios están "entre los principales explotadores sexuales de niños refugiados, a menudo utilizando la misma asistencia humanitaria y servicios destinados a beneficiar a los refugiados como una herramienta de explotación''. Alimentos, petróleo, acceso a la educación y láminas de plástico para construir refugios son intercambiados por sexo, y las familias entienden que deben entregar a sus hijas adolescentes a los abusadores "para ganarse la vida''. En el ámbito internacional es un fenómeno endémico.
La OMS para solucionarlo recomienda empoderamiento, elaboración de informes, rendición de cuentas e investigación, y las organizaciones proponen generar más puestos y gastos para nombrar defensores del pueblo y destinar presupuestos adicionales a la creación de un "fondo global de integridad''. El gatopardismo más explícito posible.
Lo cierto es que el encubrimiento es la norma y la pretensión de mostrar el fenómeno como un caso aislado se desmienten cuando se comprueba que la inmensa mayoría de los cargos renuncian o son relocalizados sin ningún tipo de acción disciplinaria. La mafia no puede permitirse delaciones y queda claro que nadie irá por las cabezas responsables.
ACTIVISMO VIOLENTO
El ONGeismo humanitario no agota su accionar en delitos sexuales. Oxfam, por caso, financia el activismo violento ambientalista en diversos países como el Perú, según consta en su página: "El modelo de incidencia juvenil promovido por Oxfam en Perú en dos proyectos: `Escuela: de la Protesta a la Propuesta' del Foro Juvenil de Izquierda (FJI) y `Jóvenes 2018-19' de la Red Interquorum, para amplificar los activismos juveniles y la creación alianzas para incidir en las personas que toman decisiones'' (1).
Oxfam recibe millones aportados por donaciones públicas de todos los países donde opera, además de otros organismos oficiales y multilaterales. Incluso han recibido fondos del gobierno de Haití, sí, dinero de los contribuyentes haitianos para que se organizaran las orgías con sus niños huérfanos y desamparados. Es que el nivel de perversión excede lo imaginable.
Según el portal Político, es la organización que aporta mayor presión a la Unión Europea, con decenas de lobbistas registrados que mantienen cientos de reuniones con funcionarios y altos cargos ejecutivos de diversos países, gastando en los lujosos servicios de lobby gran parte del dinero que recibe de las mismas arcas estatales. Oxfam también destina esos dineros a productos financieros, en concreto derivados y fondos, instrumentos de patrimonio, créditos a terceros; valores representativos de deuda. Es importante recordar que las ONGs están exentas del pago de impuestos. Sutilezas.
Como en el caso de las ONGs ecologistas, las dedicadas a ayuda humanitaria brindan el servicio de venta de reputación e imagen, es por esto que cientos de entidades financieras aportan ingentes cantidades de dinero además de lo que ponen los gobiernos.
Lo curioso es que son las organizaciones humanitarias las que más condenan al capitalismo y son las que marcan la agenda contra la creación de riqueza y contra el lucro. Los grandes denunciantes del lucro son flexibles, no obstante, con sus cuentas privadas, como por ejemplo el ex presidente de Oxfam y ex directivo de ONU Juan Alberto Fuentes, que fue detenido en Guatemala por delitos de fraude por millonarias sumas obtenidas de fondos destinados a luchar contra el salvaje capitalismo.
Oxfam publica regularmente informes de enorme divulgación que son luego usados por los influencers del progresismo. Son ellos los que difunden los mensajes del tipo "las 26 personas más ricas del mundo poseen la misma riqueza que la mitad de la población más pobre''.
Como es tradición, estos informes se publican justo antes del comienzo de las Conferencias de Davos que luego proponen el famoso Gran Reseteo y la implementación de la Agenda 2030 que nuestros políticos abrazan descerebradamente. No sorprende en lo más mínimo que con todos estos escándalos estos personajes nos sigan dando lecciones sobre cómo lograr un mundo mejor y repartiendo su moralina rancia mientras los pagadores de impuestos del mundo mantenemos sus vicios y sus infiernos.
(1) https://policy-practice.oxfam.org/resources/activismo-juvenil-contra-la-desigualdades-peru-621070/