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El extraño caso del Hombre y la Bestia

(Título de la película de Mario Soffici en 1951 basada en el libro Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson, 1886)

Esta novela fue motivo para la realización de muchas películas y obras de teatro ya que trata de esclarecer el problema tan visto en la clínica cotidiana en los consultorios de las personalidades múltiples y de las disociaciones de la personalidad en donde los pacientes muestran facetas contradictorias en sus vidas debido a múltiples causas.
También se comprobó que muchos aspectos de la obra reflejaban la vida del autor Stevenson. Enfermo desde muy pequeño era alcohólico y sus amigos confesaron que utilizaba narcóticos.
En la obra el Dr. Jekyll era un científico que crea una poción o bebida que tenía la capacidad de separar la parte más humana de la más animal y maléfica. Mr. Hyde aparece como el producto de esa disociación en donde el mismo era dos.
Desde pequeño Stevenson estuvo a cargo de una cuidadora que le contaba historias horripilantes y dramáticas que el respondía con pesadillas. No podía ir a la escuela y recibía clases particulares. Tuvo tuberculosis y antes de fallecer dijo” durante 14 años no he conocido un solo día de salud, he escrito con hemorragias y con estertores de tos”.
Su vida fue un “puro trauma” que es precisamente lo que vemos como uno de los elementos característicos de la disociación o desdoblamiento de la personalidad.
Lo singular de la novela es que el autor describe una fórmula para dividir la personalidad y aparecen el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde que es su resultante que realiza actos antisociales luego de la toma de esa pócima.
Esta obra surge en pleno “Iluminismo” en donde la razón parecía primar en el llamado “siglo de las Luces”. Todo debía ser racional mientras que esta novela se ocupa de la irracionalidad de lo humano como contrapartida al ser racional proclamado.
Vuelve a incorporar el bien y el mal como hechos cotidianos de la vida y la búsqueda de paliativos del dolor que lo aumentan aún más (como hoy pueden ser las drogas y las distintas sustancias que Stevenson consumía).

ACTOS DISOCIADOS
En muchas ocasiones nos encontramos con pacientes disociados que realizan actos que están distanciados de hasta hacia pocas horas o minutos hacían.
El problema de las drogas y la abstinencia agravan aún más estos actos disociados: parecen dos o tres seres en uno. Como ese empresario de una multinacional que de repente es “barra brava” y se somete al jefe de ese grupo y culmina chocando en un auto a toda velocidad con un circuito marginal a su alrededor.
La persona por una irrupción inconsciente se separa parte de su yo, de su memoria y de su ambiente; pareciera haber un personaje interno que toma el control de su vida.
Fugas incomprensibles. Vagabundeos autodestructivos. Olvidos de lo que realizo en momentos de disociación (amnesia disociativa). Una paciente me decía: “…funcionaba como si no tuviera un cuerpo”. Luego una estadía en terapia intensiva por sobredosis tomo conciencia de su límite mientras tanto renegaba de las consecuencias.
Olvidaba sus abusos infantiles y precisamente se precipitaba en sus actos adictivos a aquello que lo había traumatizado. Ella también parecería ser “una pasajera” de su propio cuerpo.
Cuando hay una disociación de la personalidad el individuo parece pensar, sentir y actuar según el personaje que encarna y que toma el control de su vida psíquica y social.
La persona parece tener distintas personalidades, cada personalidad tiene sus propios valores, identidad, historia, estilo de vida y hasta timbre de voz y nombre. El grito de alguien en “la manada lo hace ser otro”. Es otro.

PERSONALIDADES MULTIPLES
Lo más común de estas identidades disociadas o personalidades múltiples que vemos hoy son:
* Abandonos precoces (secretos sobre su origen o linaje y de su procedencia, etc), abandonos en el “segundo nacimiento” que es la adolescencia.
* Duelos no metabolizados, elaborados pobremente y falta de figuras supletorias identificatorias, tragedias familiares con posteriores agravadas.
* Traumas repetidos en la historia vincular del niño con abusos, violencia e incluso incesto.
* Drogas y alcohol desde la infancia o pubertad.
* Stress postraumáticos en donde fueron víctimas o testigos de hechos cruentos con amenazas a la integridad.
La disociación de la personalidad y las personalidades múltiples son un verdadero enigma en la clínica de las adicciones.