Crítica: "Infancia clandestina", la verdad detrás de nuestra más espantosa historia

El chico se llamaba Ernesto

Filme auténtico, con diálogos y sentimientos verosímiles, "Infancia clandestina" exhibe puntos de contacto con la recordada "Kamchatka" de Piñeyro, donde primaba, también, la mirada del niño en un contexto de clandestinidad.

"Infancia clandestina". Argentina, 2011. Dirección: Benjamín Avila. Guión: Marcelo Müller y Benjamín Avila. Fotografía: Iván Gierasinchuk. Música: Pedro Onetto. Actores: Natalia Oreiro, Ernesto Alterio y Cristina Banegas. Presenta: DCA. Duración: 112 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Juan es hijo de una pareja montonera que decide retornar al país en 1979. Epoca dura en la Argentina cuando el ministro del Interior informaba sobre mil setecientos detenidos a disposición del Poder Ejecutivo y más de mil en libertad vigilada, mientras se producía la sublevación del general Menéndez, contra el comandante en jefe del Ejército, el general Viola.
 
Traído por sus padres desde el exilio en Cuba, recibido por su tío para integrar nuevamente la familia que también incluye una nueva hermanita, Juan se entera que ahora su nombre va a ser Ernesto y que si hay algún problema en la casa, él tiene un escondite asignado y una disciplina que cumplir. Su casa es centro y depósito político; una distribución de alfajores, el mejor camuflaje por el momento. El chico está finalizando la niñez y quién sabe cómo toma este "juego de adultos" que disfraza situaciones y personas. Juan, ahora Ernesto, vivirá nuevas experiencias como la del primer amor y ninguna disciplina se acepta pacíficamente ante tamaño sentimiento. 
 
HECHOS REALES
 
El filme del director Benjamín Avila ("Nietos") está basado, en algunos aspectos, en hechos reales. Su madre, compañera de un jefe montonero, muerto posteriormente, fue secuestrada con su hijo, recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo, y permanece desaparecida. Avila, en su filme, pone el acento en el plano familiar, emocional, antes que en el político, del que, sin embargo, es imposible apartarse. Es muy difícil seguir sin sobresaltos, una historia donde la cotidianeidad, la ida a la escuela, el nacimiento del amor de un chico, permanece en la cuerda floja, como bien lo muestra la abuela de Juan, que llega al lugar clandestino, muerta de amor y miedo.
 
Filme auténtico, con diálogos y sentimientos verosímiles, "Infancia clandestina" exhibe puntos de contacto con la recordada "Kamchatka" de Piñeyro, donde primaba, también, la mirada del niño en un contexto de clandestinidad.
 
Excelentes actuaciones de Natalia Oreiro, el uruguayo César Troncoso y en una breve e intensa aparición, Cristina Banegas. Ernesto Alterio, como el tío bohemio, se gana el papel con idealismo y simpatía, mientras es correcta la actuación de los niños. Impecable el plano formal, con el recurso de la animación en determinados momentos, como creativos recursos que enriquecen la narración y atemperan el clima dramático, controlando la tensión.
 
Calificación: Muy Buena