El balance de 2024: un año difícil

Anteriormente decíamos en La Prensa: “El objetivo estadounidense es la hegemonía o dominio sobre Rusia y China. Este es el pensamiento imperial estándar: si Estados Unidos no domina a Rusia y China, entonces Rusia y China dominarán a Estados Unidos. Esta es una mentalidad muy peligrosa, porque conduce a un conflicto incesante y al riesgo siempre presente de una escalada que desemboque en una guerra nuclear. Parte de la motivación de Estados Unidos es la arrogancia, la creencia en la superioridad estadounidense. Parte de esto es miedo, basado en la ignorancia de Rusia y China y en ideas muy simplistas sobre las motivaciones de estos países. Parte de esto es financiero, porque la guerra es un gran negocio, con más de un billón de dólares al año en gasto militar estadounidense”.
Estas son declaraciones recientes de Jeffrey D. Sachs, profesor de economía de renombre mundial y director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia. Hay muchas especulaciones sobre los cambios de situación ante la llegada de Trump a la presidencia de los EE.UU.

MIRANDO AL FUTURO
Normalmente los balances de fin de año a menudo desembocan en empalagosas listas de acontecimientos y previsiones, la mayoría de las veces erróneas, al final de un año tan trágico y tumultuoso como el que termina y en el inicio de 2025, tal vez sea útil elaborar un balance para intentar entender lo que nos depara el futuro. Siempre recordando que la prospectiva no consiste en adivinar el futuro sino en entender cómo y por qué se pueden materializar diferentes escenarios.
El año 2024 comenzó con la extremadamente violenta operación militar de Israel en Gaza, y los primeros ataques selectivos israelíes en Siria y el Líbano, así como los ataques de los hutíes (grupo yemení también conocido como Ansar Allah) al tráfico comercial en el Mar Rojo, presagiaron una posible expansión del conflicto a toda la región de Oriente Medio.
De acuerdo a las crónicas anticipatorias que ofrecemos semanalmente a nuestros lectores, se producía mientras tanto, tras la fallida contraofensiva de las fuerzas armadas ucranianas en el verano de 2023, el conflicto en el país de Europa del Este empezó a empeorar para Kiev. Ucrania carecía de hombres y equipo. Occidente estaba perdiendo el desafío de la producción bélica frente a Rusia.

CRISIS ECONOMICA
También debido a las repercusiones de la guerra de Ucrania, en 2024 Europa comenzó a hundirse en una crisis económica y política, en gran medida resultado de las decisiones desastrosas de los últimos años: las prolongadas políticas de austeridad, la redefinición de las cadenas de suministro iniciadas con la crisis del Covid-19, la decisión europea de renunciar a la energía barata suministrada por Rusia. (todo esto ocultado al gran publico europeo por la Niebla de la guerra 2.0).
La realidad es evidente: los dos principales países de la UE, Alemania y Francia, han comenzado a caer en graves crisis internas que han afectado progresivamente su estabilidad política.
En un vano intento de cambiar el rumbo del conflicto en Ucrania, los países de la OTAN han adoptado medidas militares cada vez más provocativas (aunque militarmente no concluyentes), alentando a Kiev a atacar objetivos en territorio ruso y violando progresivamente las "líneas rojas" de Moscú.
La incursión ucraniana (aun inexplicable) en agosto en la región rusa de Kursk, con probable ayuda occidental, presagiaba un otoño que resultaría dramático, especialmente en Oriente Medio, donde mientras tanto la campaña de alta virulencia llevada a cabo por Israel en Gaza no daba señales de disminuir en intensidad.
El asesinato del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, la invasión israelí del Líbano y el intercambio de misiles entre Irán e Israel marcaron la regionalización definitiva de la crisis que estalló en Gaza tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
Esta regionalización condujo inesperadamente a la caída del régimen del presidente Bashar al-Assad en Siria, desarticulando el eje proiraní y allanando el camino para una posible redefinición del equilibrio en Oriente Medio. Mientras tanto, la elección de Trump en un Estados Unidos en crisis ha generado débiles esperanzas sobre la posibilidad de iniciar negociaciones con Rusia y ha abierto nuevas preguntas sobre las futuras políticas estadounidenses hacia Europa, Medio Oriente y el Pacífico.
La situación en Kursk hoy es determinante. Si se recupera Kursk y Ucrania se retira, queda abierta la puerta para que las fuerzas rusas, ahora concentradas cerca de Sumy, se movilicen hacia Ucrania desde el norte. En paralelo con la expansión de los ataques en el este, Ucrania podría quedar dividida en dos. En occidente muy pocos analistas señalan esto.

LA PAZ EN EUROPA
Otro tema. Las internas dentro de la angloesfera atentan contra la paz en Europa, para muestra de ello veamos lo que ocurrió en Rumania. Es emblemático del clima en Europa, donde una serie de figuras políticas, desde el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, hasta la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, sólo por nombrar algunos, están trabajando para frustrar cualquier futura apertura de negociaciones con Moscú posiblemente promovida por el recién elegido presidente estadounidense Donald Trump.
Igualmente peligrosa es la propuesta, planteada por Francia y otros países europeos, de desplegar una "fuerza de paz" europea en Ucrania, fuera del marco de la OTAN, una vez que se haya alcanzado el alto el fuego en el país. (Hablamos de esto en esta columna)
Según las intenciones, dicha fuerza debería estar compuesta por al menos 50.000-60.000 (o más) hombres y fuertemente mecanizada, para constituir un elemento de disuasión eficaz contra un posible deseo ruso de reanudar las hostilidades.
Esa fuerza no sería permanente, pero se desplegaría durante el tiempo necesario para permitir que Kiev se rearmara a un nivel que disuadiera un posible ataque ruso.


GUERRA MUNDIAL POR PARTES
Según nuestra opinión: un alto el fuego que implique la entrada de fuerzas de la OTAN en Ucrania y permita a Kiev rearmarse sería completamente inaceptable para Moscú y, por tanto, rechazado desde el principio.
Volvemos a la probable evolución de la “guerra mundial por partes” al decir del Papa Francisco: No es erróneo pensar o anticipar que hay una visión bastante realista: Los acontecimientos trascendentales de los últimos meses en Oriente Medio podrían buscar una derrota de Irán, un debilitamiento de Rusia y, en última instancia, un aislamiento de China, el adversario más peligroso de Washington. (Es una intención, pero del dicho al hecho…)
Sin lugar a dudas, Teherán es visto actualmente como el eslabón débil del alineamiento antioccidental y una posible redefinición del equilibrio de Oriente Medio como un posible "cambio de juego" en la lucha global por la hegemonía.
Si estas ideas cobran fuerza en la administración Trump, que asumirá el cargo en enero, podemos esperar una peligrosa escalada de las tensiones en Medio Oriente, un posible fracaso de los esfuerzos de negociación en Ucrania y un mayor deterioro del panorama internacional.