El aula y la importancia de un upgrade

Fines de febrero, principios de marzo y como todos los años comienzan las clases. Esta claro que el inicio de un nuevo ciclo lectivo es el momento perfecto para darle un impulso a los equipos que uno utiliza para trabajar. No importa si uno está en en primaria, secundaria o universidad, la computadora es una herramienta esencial e indispensable para realizar trabajos prácticos, almacenar información y acceder a recursos en línea.
Sin embargo, con el tiempo, los equipos tienden a volverse más lentos, lo que claramente puede afectar la productividad. Si la computadora de uno está experimentando demoras al guardar documentos, abrir aplicaciones o manejar múltiples tareas al mismo tiempo, está claro que necesita inmediatamente una actualización.
No es necesario gastar un dineral en comprar de modo apresurado un equipo nuevo, una simple actualización o upgrade puede ser una opción más económica y eficiente para mejorar el rendimiento del equipo.
En todo laptop y pc hay tres componentes de los cuales depende la performance: estos son el procesador o CPU, la memoria RAM y el disco o unidad de almacenamiento interno, que necesitan de un buen balance entre ellos para alcanzar el desempeño necesario. De estos tres elementos vitales, el único que nunca se puede reemplazar es el CPU.
José Luis Fernández, gerente de Tecnología de Kingston para LATAM, comentó a La Prensa que “afortunadamente, en la mayoría de los casos, es lo único que no necesitas tocar, sólo con aumentar la memoria y cambiar a una unidad de estado sólido, que es más veloz y seguro que un disco, se solucionan la enorme mayoría de los problemas más comunes que hacen que percibas un equipo de pobre rendimiento”.
Para luego concluir señalando que “en la actualidad, tanto para hogar u oficina ya está estandarizado en 16 gigas el mínimo de memoria necesario para trabajar productivamente. Además, aplicaciones profesionales de mayor porte pueden requerir 32GB o más, así también como si querés introducirte en el mundo de la IA y no morir en el intento”.

MEMORIA RAM
Uno de los factores más importantes para mejorar el rendimiento de un equipo es aumentar la memoria RAM. En la actualidad, 16 GB de RAM es considerado el mínimo necesario para un uso productivo. El sistema operativo y las aplicaciones de oficina, más el navegador con varias pestañas abiertas, pueden consumir fácilmente más de 8 GB de memoria. Si uno necesita utilizar aplicaciones más exigentes o desea adentrarse en el mundo de la Inteligencia Artificial, debería pensar en contar con 32 GB o más.
Si el equipo que uno posee tiene 8 GB de RAM, una actualización no sólo es necesaria, también es sencilla. Sólo necesitarás buscar en la página del fabricante el código correspondiente al modelo del equipo que uno posee. Según el que poseea la computadora, se podrán agregar 8 GB o 16 GB adicionales. Aunque lo ideal es que las memorias sean del mismo tamaño para un mejor rendimiento, también se puede optar por configuraciones asimétricas como 8 GB + 16 GB, priorizando capacidad sobre velocidad y ajustando el presupuesto.

SSD
Si el equipo aún utiliza un disco duro mecánico (HDD), es probable que esté limitando el rendimiento. Desde estas páginas varias veces hemos hablado de los bondades de la unidad de estado sólido (SSD), ya que su cambio mejora no sólo la velocidad de arranque sino también el rendimiento general. Un SSD puede acelerar la carga del sistema hasta 10 veces en comparación con un HDD. La opción más recomendada es cambiar a un SSD NVMe, que ofrece velocidades de lectura/escritura de hasta 6000 MB/s. Pot ejemplo, hay unidades como la Kingston NV3 PCIe 4.0 NVMe, que se encuentran disponibles en capacidades de 500 GB a 4 TB y son ideales para quienes buscan un rendimiento rápido y confiable. Además, las SSD son más seguras y duraderas que los discos mecánicos, lo que mejora la confiabilidad de cualquier equipo a largo plazo.

¿VALE LA PENA EL UPGRADE?
Con sólo actualizar la memoria RAM y cambiar a una unidad SSD es posible darle nueva vida a un computadora de 5 o 6 años de antigüedad. Un equipo con procesador Intel de séptima generación, por ejemplo, podría pasar de arrancar en varios minutos a hacerlo en sólo 20 segundos, con capacidad para manejar aplicaciones actuales y ofrecer un rendimiento fluido durante un par de años más.
Con aproximadamente $60.700 se puede buscan optimizar un equipo sin hacer un gasto excesivo (Kingston NV3 de 500 GB). Esta unidad proporciona la velocidad y capacidad necesarias para las tareas cotidianas, desde la edición de documentos hasta la edición de videos o gaming. Además incluye un año gratuito de software Acronis True Image, lo que te permitirá realizar copias de seguridad y gestionar tu SSD con facilidad.

ACTUALIZACIONE ADICIONALES
Si estás considerando hacer un upgrade a una notebook, se puede optar por memorias RAM de 8 GB o 16 GB. Los precios varian entre $25.000 o $42.000, deende si es de 8 GB o 16 GB. Además, para almacenar y transferir archivos de manera eficiente, se puede optar por memorias USB DataTraveler (DT) Exodia, que tienen capacidades de hasta 256 GB y son compatibles con USB 3.2 Gen 1, lo que permite transferencias rápidas y almacenamiento seguro de tus documentos, música, fotos y más. Este tipo de DT es ideal para aquellos que necesitan un dispositivo portátil y de alta capacidad para almacenar datos importantes durante todo el año. Sus precios varían desde los $8.500, para el modelo de 64 GB, y hasta $32.700, para el modelo de 256 GB, esta memoria USB es una excelente solución para quienes buscan conveniencia y velocidad.

ACCESIBLE Y EFICIENTE
En lugar de apresurarse, como dijimos al principio, y salir a comprar un nuevo equipo, un upgrade en los componentes clave puede ser una excelente solución para mejorar el rendimiento de una PC o notebook sin romper el presupuesto. Aumentar la memoria RAM, cambiar a un SSD y considerar otros dispositivos de almacenamiento pueden revitalizar cualquier equipo, permitiéndo enfrentar el ciclo lectivo con una computadora optimizada, lista para cumplir con todas las exigencias académicas y laborales.