El Tigre de los Llanos sigue cabalgando

Un repaso por los textos que abordan la vida de Facundo Quiroga en un aniversario de su asesinato.

Pasados unos días de un nuevo aniversario del asesinato de Facundo Quiroga, en Barranca Yaco, Córdoba, el 16 de febrero de 1836, me parece interesante repasar los textos que abordaron su vida y obra.­

El 2 de mayo de 1845, el diario `El Progreso', de Santiago de Chile, empezó a publicar en la sección Folletín "Civilización i Barbarie: Vida de Juan Facundo Quiroga". Su autor, y redactor editorial del periódico, fue Domingo Faustino Sarmiento. En veinticinco entregas, que culminaron con la edición del 21 de junio de ese año, con el capítulo IX, "Barranca Yaco", el autor, acérrimo opositor a los federales argentinos y a Juan Manuel de Rosas en particular, intentó contrarrestar la visita del embajador de la Confederación Argentina al país hermano, denunciando el accionar rosista con este texto. Ese mismo año apareció editado por la Imprenta del Progreso, de la capital chilena, en formato libro, y no sólo fue un éxito de ventas sino que se convirtió en un instrumento político de lucha contra Rosas y en uno de los ensayos políticos más importantes de habla castellana.­

Con una introducción impactante, con notas shakesperianas y mística simbólica de la Masonería, a la que se afiliaría en tierras trasandinas por 1854, interpeló al lector: "¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto: ¡Revélanoslo! Diez años después de tu trágica muerte, el hombre de las ciudades y el gaucho de los llanos argentinos, al tomar diversos senderos en el desierto, decían: `¡No, no ha muerto! ¡Vive aún! ¡Él vendrá!' ¡Cierto! Facundo no ha muerto, está vivo en las tradiciones populares, en la política y revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero, su complemento; su alma ha pasado a este otro molde, más acabado, más perfecto. Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz, fue reemplazado por Rosa, hijo de la culta Buenos Aires. y la Esfinge Argentina, mitad mujer, por lo cobarde; mitad tigre, por lo sanguinario, morirá a sus planteas, dando a la Tebas del Plata, el rango elevado que le toca entre las naciones del Nuevo Mundo".­

Conceptos potentes, aunque no se correspondiesen con la verdad histórica, tal como expresó en carta al general Juan José Paz: "Remito a V. E. un ejemplar de Facundo que he escrito con el objeto de favorecer la revolución y preparar los espíritus. Obra improvisada, llena por necesidad de inexactitudes a designio a veces, no tiene otra importancia que la de ser uno de los tantos medios tocados para ayudar a destruir un gobierno absurdo y preparar el camino a otro nuevo".­

Aprovecho que cito a Paz para señalar sus `Memorias' de 1855, las que junto a las Memorias del general Gregorio Aráoz de La Madrid, las que empezó a escribir en 1855 y se editaron en 1895, y las Memorias, en varios tomos, del general Tomás de Iriarte son fuentes primarias para acercarse a conocer a Quiroga, desde la visión "unitaria", de sus adversarios militares que tanto lo combatieron.­

Recién a principios del siglo XX se retomó la figura de Quiroga en la obra de David Peña, "Juan Facundo Quiroga" (1904); para luego valorarla en dos obras, una de Carlos Urien, "Quiroga: estudio histórico constitucional" (1907) y, más de dos décadas después, Ramón Cárcano, con "Juan Facundo Quiroga: Simulación, infidencia, tragedia" (1931). Le siguieron Héctor Quesada, "Barranca Yaco" (1934); la colección de Jacinto Yaben, "Biografías argentinas y sudamericanas" (1937-1940), donde se incluye al Tigre de los Llanos; Pedro de Paoli, "Facundo: Vida del Brigadier General Don Juan Facundo Quiroga, víctima suprema de la impostura" (1952); y Enrique Barba, quien compiló y editó: "Correspondencia entre Rosas, Quiroga y López (1958).­

Mención especial a la edición en tres tomos del Archivo del Brigadier General Don Juan Facundo Quiroga por el Instituto de Historia Argentina Dr. Emilio Ravignani, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, brindadas las copias de los documentos pro el bisnieto Jorge Demarchi, saliendo el primer tomo en 1957, el segundo en 1960 y el tercer en 1986.­

A su vez se le sumaron los trabajos de Jorge Newton, "Facundo Quiroga: aventura y leyenda" (1965), Félix Luna, "Los Caudillos" (1966), donde se incluyó al caudillo riojano;y la obra de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde (1968), "Facundo y la montonera". Unos años después Armando Bazán lo incluyó en su "Historia de La Rioja" (1979), y en "Historia del Noroeste Argentino" (1986); al tiempo que Noemí Goldman escribió en 1993 "Legalidad y legitimidad en el caudillismo: Juan Facundo Quiroga y La Rioja en el interior rioplatense (1810- 1835)", en el Boletín n° 7 del Instituto Ravignani; Silvia Ratto bosquejó al riojano en "Quiroga (1788 - 1835)", incluido en la obra editada por Jorge Lafforgue, y con estudio preliminar de Tulio Halperín Donghi, "Historia de los caudillos argentinos" (1999); entre muchos otros.­

En las páginas del diario La Prensa se publicó el comentario de Jorge Martínez sobre el libro de Miguel Angel De Marco, "Quiroga" (2020); una nota de Omar López Mato sobre el caudillo; y un lejano artículo: El Chacho y Facundo Quiroga (Perfiles de la montonera), de Luis Fernández Zárate, del 5 de octubre de 1952, del período "cegetista".­

En el cine argentino se reflejó su figura en "Facundo, el Tigre de los Llanos" (1952), de Miguel Tato y Carlos Borcosque; "Juan Manuel de Rosas" (1972), de Manuel Antín; "Yo maté a Facundo" (1975), dirigida por Hugo del Carril; y en "Facundo, la sombra del tigre" (1994), de Nicolás Sarquís, con Lito Cruz, quien encarnó magistralmente al caudillo de los llanos. A ello se suman las canciones de Roberto Rimoldi Fraga sobre Facundo y el inmortal poema de Jorge Luis Borges de 1925, "El general Quiroga va en coche al muere". Actualmente su presencia también se destaca en los documentales del Canal Encuentro y como personaje de Zamba en el Canal Paka Paka.­

Finalmente, queda mucho por develar de aquel héroe sudamericano, amado en su terruño, y al que todos los años se lo honra frente a su tumba del Cementerio de la Recoleta, sea desde la Comisión de Homenaje a Facundo Quiroga y del recientemente creado Instituto de Investigaciones Históricas Juan Facundo Quiroga, el cual, como secretario general, me enorgullezco de difundir su historia y recordar su valentía sin par.­

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