El próximo viernes 7 de julio se realizará un festejo con un concierto de piano y con entrada gratuita
El Palacio Barolo cumple 100 años
La magnífica obra arquitectónica porteña fue creada por el arquitecto Mario Palanti y el empresario Luis Barolo, dos inmigrantes italianos que se inspiraron en la Divina Comedia de Dante Alighieri para construirlo.
Puede que el paraíso se encuentre en la Ciudad de Buenos Aires. Eso es lo que consigue, por un rato, cualquier visitante luego de participar de un tour organizado para recorrer el Palacio Barolo. Es en la punta del edificio, luego de subir una escalera en forma de caracol y llegar al piso 22, donde se sitúa un mirador dentro de un faro. Así se consigue llegar al cielo disfrutando de una vista privilegiada de la ciudad.
Este emblemático edificio, que por unos años fue el primer rascacielos latinoamericano, está a punto de cumplir 100 años. Para celebrar este aniversario, el próximo viernes 7 julio a partir de las 19 se proyectará en la planta baja del edificio un video relatando su historia. Luego, la pianista Martha Noguera ofrecerá un repertorio selecto de Frédéric Chopin.
Pero para entender la proeza que marcó su construcción, hay que comenzar con los dos pioneros italianos que lo idearon: el arquitecto Mario Palanti y el empresario Luis Barolo, que se conocieron en la Argentina durante el centenario de la Revolución de Mayo. Además de compartir el mismo país de origen, también admiraban profundamente al poeta nacional Dante Alighieri.
LA DIVINA COMEDIA
Frente a la crisis bélica que imperaba en Europa al principio del siglo XX, Barolo proyectó la construcción de un edificio en Buenos Aires que pudiera albergar los restos del gran autor si llegarán a correr peligro.
La obra "La Divina Comedia" fue la inspiración para la planificación de cada detalle edilicio y que, hasta el día de hoy, pueden ser observados en particularidades que florecen por todos sus rincones. Un dato pintoresco es que en arquitectura esto se conoce como un Danteun.
El Palacio Barolo está dividido en tres partes, que corresponden a las tres grandes divisiones del poema: el Infierno (en sus dos subsuelos y planta baja), el Purgatorio (piso 1 al 14) y el Paraíso (piso 15 al 22).
Basta con ingresar al hall situado sobre la Avenida de Mayo 1370 para quedarse maravillado por la calidad del material utilizado y su diseño en base a la sección áurea y al número de oro. En el pasaje central de la planta baja, el palacio cuenta con 9 bóvedas de acceso que representan los 9 pasos de iniciación y las 9 jerarquías infernales. Para Dante era el punto de partida en las etapas de iniciación emprendidas para la llegada al paraíso.
En las bóvedas transversales sobre las columnas, se encuentran doce lamparas sostenidas por cuatro cóndores y ocho dragones, que representan los principios alquímicos, el mercurio y el azufre. También se ubican citas personales en latín sobre la obra del Dante en el edificio y objetos que remiten a la masonería, logia a la que pertenecían ambos constructores, todas ellas son algunas particularidades cuidadosamente insertadas en los espacios que caracterizan este proyecto.
La gran cantidad de ornamentos y decoraciones resaltan los primeros 14 pisos, referido al Purgatorio, siguiendo la visión del diseño de Palanti. Cada dos pisos se representa uno de los siete pecados capitales.
Luego de esta sección los ambientes son más simples y austeros para cumplir con la idea de dejar atrás todo lo material para estar más cerca del tramo ascenderte de la construcción cercana al paraíso, un mundo etéreo dividido en nueve cielos.
Una característica del diseño se puede visualizar en sus antiguos ascensores. Solo seis de ellos llegan hasta el piso 14 y si se quiere dirigir hasta la torre, donde se encuentra el faro, existe uno, el séptimo, que sólo es accesible para los dueños de las oficinas que allí se sitúan. Los simples mortales deberán subir por una angosta escalera en forma de caracol que culmina con una de las mejores vistas de la ciudad.
El faro, según la visión de sus creadores, representa el punto más alto del cielo, con los Nueve Coros Angelicales y la presencia misma de Dios.
Del 1 al 4 de junio a las 20, el eje del edificio situado sobre el faro se alinea con la constelación de la Cruz del Sur. Durante la década de 1920 este era el punto más alto de la ciudad por lo que desde allí se podía observar kilómetros a la redonda. Debido a la confusión que generaba su luz en los navegantes es que se prohibió utilizarla y se mantuvo paralizado el faro por 70 años hasta que se lo reparo para la celebración del bicentenario.
PANORÁMICA
El inmueble, que sigue vivo hasta hoy como edificio de oficinas, tiene 206 locales que son ocupados por profesionales. Barolo no vivió para disfrutarlo, pero su visión es replicada a través de visitas guiadas.
El recorrido organizado por http://www.palaciobarolotours.com es el único autorizado en el edificio y permite acceder a una de las terrazas del Paraiso en que se destaca un estilo de arquitectura diferente, si se lo compara con el resto de la construcción.
Entre las particularidades que marcan la construcción de este magnifico palacio existe una llamativa anécdota entorno a la cantidad de 100 metros de altura que tiene la edificación. Según las crónicas de la época la cifra superaba en casi cuatro veces la máxima permitida por la avenida en la década de 1920, pero el entonces intendente José Luis Cantilo permitió la excepción. Cabe preguntarse por qué esa cifra era importante para Palanti y Barolo y la respuesta es que: 100 cantos tiene la obra de Dante; hay 22 pisos tantos como estrofas en algunos de los versos de la Divina Comedia; y son 11 balcones frontales como estrofas en algunos cantos. Y es que al final, esta obra les hizo conocer el cielo y el próximo 7 de julio serán ya 100 años en que vienen compartiendo esta experiencia con todos los que quieran hacerlo.