“Dolarizar es un objetivo para Milei”

El superávit fiscal es la esencia del programa económico de La Libertad Avanza, destaca el economista Miguel Boggiano. Tras bajar la inflación y “acomodar la macro”, la economía volverá a crecer. “En las elecciones legislativas el Gobierno hará un papel espectacular”, proyecta el experto.

Habitué de las tertulias domingueras en la Quinta de Olivos, adonde el presidente Javier Milei disfruta de la proyección de operas rodeado de un selecto grupo de invitados, Miguel Boggiano le toma el pulso a la economía y se atreve a afirmar que el dogma del superávit fiscal ha llegado para quedarse.

Graduado en Chicago, se considera un liberal clásico más que un libertario, aunque recalca que “a los efectos prácticos funcionan de manera muy similar”. Es noviembre en Buenos Aires y por los cristales de su oficina, en un piso 10, puede verse cómo la ciudad se tiñe de lila jacarandá.

-¿Hay en la Argentina un cambio de lógica en la manera de pensar la economía? Por ejemplo en esto de repensar el rol del Estado.

-Va bastante más allá. No es que este gobierno tiene una lógica distinta. Sí la tiene, pero no es que esta economía funciona diferente porque tiene una lógica diferente, es que han hecho cosas distintas. El programa económico en esencia es tener superávit fiscal. A partir del superávit fiscal hay un montón de consecuencias positivas. Por lo pronto se produce la caída de la inflación porque se deja de emitir. ¿Cuál fue siempre el problema de la Argentina desde la salida de la Convertibilidad para acá? Que el Estado, cuando tenía déficit fiscal, o emitía moneda o emitía deuda. Y muchas veces hacía una combinación de las dos. ¿Y quién emitía? El Banco Central, prácticamente sin hacer muchas preguntas. A veces a través de eufemismos como Adelantos Transitorios del Tesoro, que le facilitaban a todos los políticos la posibilidad de seguir gastando sin límite a través de la emisión de papel moneda. Por supuesto que la emisión de papel moneda es una estafa.

-¿Por qué?

-Porque es decirle a cada uno de los argentinos que tiene un peso en su bolsillo: “Ahora tu peso vale menos porque los políticos decidieron crear más de esos papelitos para gastar en los que a ellos les parezca y por supuesto beneficiándose”. Crean una riqueza artificial y destruyen la riqueza de todos los que tienen papel moneda en la mano. La gran convicción de Milei ha sido entender que era imperativo erradicar el déficit fiscal. Y eso estaba en dos lugares: en el Banco Central, con 10 puntos del PBI; y en el Tesoro, con 5 puntos del PBI. Y lo hizo en el primer mes de gobierno. De esa manera pudo frenar la bomba de emisión que había dentro del Banco Central, donde había una deuda que prometía emisión futura creciente. La cortó bajando la tasa de interés.

-¿De no haber hecho esto íbamos hacia una hiperinflación?

-Sin ninguna duda. De hecho, a finales del año pasado había una inflación que estaba en el orden del 1% diario. La composición de eso daba algo así como 3.000% anual. Efectivamente estábamos en un escenario de hiperinflación. Si tomamos en cuenta la inflación mayorista, que tuvo un impacto por el sinceramiento del tipo de cambio, eso generó una inflación del 54% mensual, que compuesta estaba en la zona del 7.000. Se estaba acelerando el problema de la inflación. Hoy estamos en reversa. Incluso algunos fueron incrédulos cuando durante cuatro meses la inflación no logró perforar el piso del 4%.

-¿Qué foto ve de la Argentina a partir del dato de inflación, que fue del 2,7% en octubre, y de la recomposición salarial?

-Yo no veo ninguna foto, lo que hay que mirar es la película. Si miramos la foto nos vamos a perder siempre. Es el sexto mes consecutivo en el cual los salarios le han ganado a la inflación. Siempre están los que dicen “bueno, pero no todo el mundo trabaja en el sector privado”. Pero las métricas que hay de los salarios en la informalidad le han ganado a la inflación. Y también los del sector público, en menor medida. Todo el mundo recupera poder adquisitivo y eso va a suceder en la medida en que la inflación continúe bajando y el país vuelva a crecer. Ya estamos con los mismos niveles de actividad que en diciembre del año pasado. Claro que después siempre aparece alguien que dice “en la producción de cucuruchos esto no sucede”. Bueno, por supuesto. Un indicador de actividad es un promedio, y un promedio va a tener a algunos que están mejor que en diciembre y otros que están peor. Otro factor importante es que cuando hay inflación, eso le permite al empresario malo, al que gestiona mal, esconderse detrás del bueno. Si tiene un restaurante, es malo gestionando y tiene un descontrol de costos, en un contexto inflacionario se puede meter todo eso en la bolsa de la inflación. Y como nadie sabe lo que valen las cosas, probablemente zafe. Cuando la inflación desaparece, la gente empieza a tener memoria de los precios de referencia. Eso hace que sea más difícil que se pueda cobrar cualquier cosa por un producto. Una parte de las pymes que se funden eran empresas que no estaban bien gestionadas. Ahora hay una supervivencia del más apto, ya no pueden trasladar sus errores administrativos a precios.

ORDEN Y PROGRESO

-La fase 1 es ordenar los números de la economía y tener al superávit fiscal como estandarte. Fase 2: ¿cómo crecerá la economía? A veces la crítica sostiene que el Gobierno no tiene un programa económico de desarrollo.

-Lo que pasa es que eso es una idea totalmente estatista. No va a haber un programa de desarrollo donde el Estado diga qué hay que hacer. Eso no está en la cabeza de ningún liberal. Lo que va a hacer Milei es acomodar la macro. Pone las condiciones, después que el privado decida qué va a hacer. No se va a decir “ahora vamos a direccionar para que haya un desarrollo en las provincias…” No funciona así en ningún lugar del mundo adonde hay libertades. Esta es la confusión de muchos que cuestionan que no hay un plan integral. El plan es que vamos a hacer que baje la inflación. La vuelta del crédito es una de las consecuencias provechosas. El plan platita no era otra cosa más que decir: Bueno, estamos todos mal pero vamos a emitir y le damos pesos a todos. Es una enorme tentación para el político porque tiene un impacto inmediato en la economía, sobre todo para el que recibe los pesos antes y va a comprar. Ese no sufre tanto la suba de precios. Los últimos ya sufren los precios más altos. Es un juego de corto plazo que vinimos jugando durante 20 años. Se acabó. No se puede vivir del plan platita.

-Hace unos días el Financial Times destacó la labor de Federico Sturznegger y señaló que el objetivo del gobierno es que la Argentina sea una de las economías más libres del mundo. ¿Alcanzaremos esos parámetros?

-No tengo la menor duda de que eso es lo que Milei tiene en la cabeza. Acá empieza el dilema de los que lloran por la devaluación. Son los que no quieren hacer los deberes y piden devaluar. Haceme más competitivo vos a través de algo artificial como que el peso sea más barato. Así se benefician los que tienen poder de lobby. Así ha pasado en buena parte de la historia argentina con los llora devaluación. Sturzenegger dice que la devaluación es una estupidez, es como un perro que se muerde la cola. No tiene sentido. Lo que hace con la Deep Motosierra es atacar el costo argentino, quitar regulaciones que a los efectos prácticos tiene las mismas consecuencias que quitar impuestos. Lo que hace es mejorar el resultado a aquellas empresas de los sectores que se ven beneficiados por las desregulaciones. Muchas regulaciones responden a alguna arbitrariedad de algún burócrata.

-Alcanzar el objetivo llevará tiempo. ¿Se corre el riesgo, en el efecto pendular de la democracia, de que una fuerza de signo político distinto pueda venir a echar por tierra con todo lo que se está haciendo?

-¿Cómo regreso si venimos de 30 años de esto y sólo van 10 meses de gestión? Si para algún lado se está moviendo el péndulo es para el lado de la libertad. No veo nada a la vista que haga pensar que esto pueda ponerse en reversa. La popularidad del presidente crece. Tiene muy buenas chances de tener una gran elección el año que viene. La prueba del gobierno será la elección legislativa. En mi visión estoy muy confiado en que hará un papel espectacular. Creo que va a llegar a las elecciones con un país creciendo al 4% o 5% y con una inflación de entre el 20 y el 25%.

-No es una pregunta con sesgo derrotista. Está muy cercano el ejemplo de Mauricio Macri, que también hizo una gran elección de medio término y luego se desplomó.

-¡Pero esto no tiene nada que ver con el gobierno de Macri! El gobierno de Macri fue una enorme cantidad de enunciados de las cosas que querían hacer, de las cosas que les encantaría hacer. Pero si querían hacer 10, hicieron 1,3. Milei quería sacar el déficit fiscal y lo borró de un plumazo. La convicción y la osadía para hacer reformas no es ni remotamente comparable con lo de Macri. Con Macri casi que no hubo reformas, fue un casi continuar con lo que se estaba dando.

-Esa lectura fina, política y económica, no la tiene la gran masa de votantes frente a las urnas.

-Bueno, está bien. Pero yo veo esa diferencia. Leo con otros ojos las chances de éxito que tiene La Libertad Avanza para el año que viene. Además, insisto con que venimos de 30 años mal. Cuando salimos de la Convertibilidad fue porque se hicieron un montón de cosas de manera desastrosa. Se cae porque el Gobierno siguió teniendo déficit fiscal y ya no nos prestaban más. Venimos de un larguísimo período de déficit fiscal, con la carambola de Néstor Kirchner que tuvo superávit dos o tres años porque no pagaba intereses de la deuda y tuvo una devaluación con un efecto real porque se benefició de 10 años de inflación bajísima. Y precios internacionales favorables.

DOLARES

-Muchos liberales destacan que se debe avanzar con la dolarización para que, cuando retorne algún gobierno amigo del gasto público, tenga las manos atadas. ¿Qué opina de esa idea?

-Bueno, puede ser. Eso es algo que Milei tiene en la cabeza. A veces es extraña la interpretación del periodismo que dice: “Milei dejó la idea de la dolarización”. ¿En qué momento dijo que la había dejado? Dijo y repitió decenas de veces que la dolarización era un objetivo, que no estaba seguro de si la iba a poder alcanzar, pero que seguro no lo iba a hacer el primer día. Después aparecía Melconian diciendo “no tenés ni fideos ni tuco”. ¿Y en qué momento Javier Milei dijo que el 11 de diciembre iba a dolarizar? ¿Con qué dólares? No entra en la cabeza de nadie. Por supuesto se tienen que dar un montón de cosas para que el presidente pueda dolarizar. Cuando hay competencia de monedas, al final termina siendo algo así como una dolarización de hecho o endógena donde la gente termina por elegir al dólar.

-Queda por resolverse el tema del cepo cambiario.

-Veo que el presidente ha tenido mucho criterio para entender que levantar el cepo al estilo de Macri, de un día para el otro y liberando todas las restricciones, no tenía sentido. Y que efectivamente la única manera de hacerlo sin tener un salto en el tipo de cambio es tener una montaña de dólares para conseguir que aquellos que tienen pesos y quieren divisas, las puedan comprar. Por supuesto significa que nos presten una cantidad de dólares muy grande, también difícil de estimar. El problema de los flujos se ha resuelto. Antes a los importadores les estaban dando los dólares a 180 días y ahora se lo dan a 30. En breve se los van a dar en forma inmediata. Pero sigue estando dentro del sistema una cantidad de pesos que se autoperciben dólares. Si pudieran se transformarían en dólares. Son los pesos de dividendos de empresas no girados al exterior.

-¿El RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) es la normativa que hacía falta para captar mayor inversión?

-Esta semana Caputo (Luis) anunció una inversión de u$s 1.000 millones para una minera en San Juan; Telecom anunció una inversión de u$s 300 millones. Y vamos a seguir escuchando cosas semejantes.

-En materia de inversiones, ¿a qué sectores le pone una ficha?

-El sector bancario va a crecer enormemente por el crédito.

EL IMPACTO DEL TRIUNFO DE DONALD TRUMP

“Del cepo se podría salir el año que viene”

-Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. ¿Cómo cree que impactará en el futuro de la Argentina?

-Va a impactar positivamente. No sólo porque yo lo piense. Así reaccionó el mercado argentino. Trump más una inflación del 2,7%. ¿Cómo leo yo la inflación del 2,7%? El mercado dice “a esta gente le está yendo bien y están aumentando las probabilidades de que ganen las legislativas y que en consecuencia sean reelectos”. El que compra acciones y bonos de Argentina hoy está apostando a unas elecciones de medio término exitosas para el Gobierno. Por eso los activos suben y suben. Unas elecciones con una victoria contundente deja al gobierno virtualmente a las puertas de la reelección. Macri tuvo también unas muy buenas elecciones de medio término, pero tenía todo atado con alambre. No había hecho nada de toda la purga económica, de limpiar el sistema y sacar todo lo que estaba sucio como el déficit fiscal. Siguió tomando deuda y en mayo de 2018, cuando fue al Fondo Monetario, se acabó su gobierno. Estuvimos dos años perdiendo el tiempo. Para después perder el tiempo cuatro años más.

-¿Alinearnos nuevamente con Occidente rinde más réditos políticos que económicos?

-El presidente tiene una clara alineación con Estados Unidos y con Israel. Lo ha dicho en múltiples ocasiones.

-¿Puede vislumbrarse alguna línea de crédito que ayude para salir del cepo?

-No lo sé, es una decisión del presidente. Del cepo se podría salir el año que viene en etapas, sin la necesidad de tener que tomar crédito. Siempre hay que entender algo: el que está en el poder y toma las decisiones tiene mucha mejor información que uno. Confío en la capacidad técnica y en la honestidad de los que están en el gobierno.

-Trump baja una línea de política económica nacionalista y proteccionista. ¿Cuál es el punto de contacto con un gobierno de perfil libertario?

-No sé si no es algo inexacto lo del proteccionismo. Donald Trump en su batalla con China lo que ha tratado es de emparejar el tablero. El intercambio había quedado demasiado favorable para China. Busca ejercer un poder de negociación. Decir que va a poner barreras arancelarias o no, al final, es un elemento de negociación. Tratar de evitar que otro país juegue el juego devaluatorio que iría en contra de sus intereses. No da un sesgo proteccionista. Me parece que es simplificar este tema, que es más complejo.