Carlos Varela, clásico y renovador

Celebra cuarenta años de carrera artística editando su 24° disco, titulado 'Pasos'.

Cantante y compositor tanguero de sólido recorrido, Carlos Varela celebra cuatro décadas de actividad artística con la publicación de su 24° disco, titulado 'Pasos', un material variado del que toman parte Susana Rinaldi, Daniel Maza y Mario Parmisano, entre más invitados, y que, según dice el protagonista, "se lo gané a la pandemia''.

"En ese tiempo de aislamiento, a la pandemia le gané inventando algo que no se podía hacer, y en la virtualidad, mientras muchos colegas hicieron streamings, yo aproveché para hacer un disco'', repasa Varela.

El intérprete, que en paralelo a su camino solista se desempeñó como mánager y productor de Rubén Juárez y recientemente generó un álbum y un documental sobre el poeta Héctor Negro, confiesa que de la mano de 'Pasos' ``me creé todo un mundo que me ayudó a sobrellevar ese momento tan extraño y difícil''.

 

REPERTORIO

'Pasos', cuyo título se debe a la canción homónima de la artista uruguaya Malena Muyala, incluye a ese género dentro de una paleta dominada por tangos y milongas donde se aprecian las firmas de Horacio Ferrer, Alejandro Szwarcman, José Arenas, Ernesto Lecuona, Carlos Cabrera, Homero Expósito, Astor Piazzolla, Virgilio Expósito y José Ogivieki entre otros.

El repertorio registrado reúne 'Balada para mi muerte' (con recitado a cargo de Susana Rinaldi), 'El gordo triste' (con la participación, desde los Países Bajos, del guitarrista Hernán Ruíz), 'Dos angustias', 'Buenos Aires como quisiera' (junto a su autor, Carlos Cabrera) y 'El vicio' (dedicado a Rubén Juárez por su autor y arreglador Edgardo Acuña, quien ejecuta guitarra y piano midi).

El cancionero se completa con 'Que te vaya bien', 'Troveros', 'Milonga del traidor', 'Siboney', 'Vete de mí' (sumando el piano de Mario Parmisano) y 'Candombe para Evaluna' (en yunta con Daniel Maza).

"Por ese candombe que quise regalarle a mi nieta, que nació en Córdoba en enero de 2020, es que terminó armándose el disco'', señala Varela al repasar la génesis del material. En ese proceso, con la influyente figura del bajista, compositor y cantante uruguayo Maza, Varela conoció a Leandro 'Pitu' Marquesano, quien arregló cinco de las doce piezas y devino en técnico de grabación del álbum.

 

LAPIZ Y OREJA

Otro nombre saliente en la hechura del repertorio y su concepto sonoro fue el del bandoneonista Gabriel Merlino, presente en 'El vicio' y 'Que te vaya bien'.

-Se vinculó con artistas de diversas procedencias sin perder el color del tango. ¿Esa versatilidad es un signo de la época?

-Sin duda. Es que hay una cantidad de músicos jóvenes que son muy formados y también son orejeros. Tienen lápiz y oreja, y entienden el tango de una manera maravillosa; eso es muy diferente a épocas pasadas cuando estaba el músico de orquesta por un lado y el parrillero, por el otro, y no se fusionaban. Yo creo que además de los conservatorios y del semillero que es la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce, Rubén Juárez tuvo mucho que ver y de alguna manera mostró un camino en ese sentido.

-También se atrevió a grabar un repertorio nuevo.

-Hay bastante obra nueva. Por ejemplo, 'Pasos', que da nombre al disco, es un tema circular muy interesante que fue cerrando toda la idea del material. Un arreglo, un músico, una idea, te empujan más a que creas en una determinada obra.

-¿De qué manera se sumó Susana Rinaldi en 'Balada para mi muerte'?

-Cuando me decidí a hacer este tema que tenía mucho que ver con ese momento de la pandemia, recordé un encuentro de Susana con la Sinfónica de Israel que está en YouTube y donde está la que me parece por lejos la mejor versión del tema con esa artista suprema. Entonces me atreví a llamarla a través de su hijo Alfredo, con quien tengo relación, pero como quería que ella empezara recitando encontré el texto de 'Tu penúltimo tango', también de Horacio Ferrer y dedicado a Zita, la esposa de Pichuco, y con música de Aníbal Troilo, para incluirlo.

 

SI LO SABE...

-¿Qué balance hace de este camino suyo y por qué pone la fecha de 1982 como punto de partida?

-Son muchos años de esfuerzo pero también de muchas concreciones. Tomo como fecha el año 1982 porque aunque yo canto desde que estaba en primaria, cuando en la bodega del Café Tortoni participé en la cantata porteña `Fundación del gorrión' (con música y dirección de Carlos Massetti y poemas de Héctor Negro, Roberto Selles y Héctor Reitano) fue la primera vez que cobré. Y poco tiempo después, el bandoneonista Arturo Penón -que integraba la orquesta de Osvaldo Pugliese y formaba parte del elenco de la cantata- me invitó a cantar en una galería de arte donde a modo de paga me dieron un cuadro hermoso que aún conservo. Pero antes de eso hasta participé en 'Si lo sabe, cante' y me gané la posibilidad de cantar en el boliche Tangolerías, que Roberto Galán tenía en un subsuelo en Pacheco de Melo y Callao. Hacia 1986 recién logré grabar el primero de mis 24 discos, 'La piel de Buenos Aires'.