Según el diccionario de la Real Academia Española, la bandera es una "tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución". O bien "Insignia de una unidad militar que lleva incluido un símbolo o distintivo que le es propio".
Es un distintivo exterior que aglutina, reúne, uniforma y que representa la uniformidad interior y espiritual que une a un pueblo o nación, o a un ejército, para llegar a ser un solo sentimiento, un solo corazón, una sola voluntad y un solo frente ante al enemigo.
Las banderas son pues, la manifestación de una comunión espiritual verdadera.
El general Manuel Belgrano, entendía esto claramente y creó la bandera con significación trascendente. Porque conocía la naturaleza humana para conducir a sus hombres y mujeres a la lucha por la Patria.
Los liderazgos (como el de Belgrano) se construyen y se apoyan en el uso de los símbolos, gestos y rituales, estratégicamente pensados, y en otros casos espontáneos. Los símbolos acompañan al líder a reforzar su identidad, condiciona a sus seguidores a identificarlo con algún elemento que lo hace particular, los símbolos son parte de la persona que construye su liderazgo; por otra parte, "los rituales son una serie de acciones basadas en las creencias del líder y el entorno, que gozan de valor psicológico y establecen vínculos, acuerdos y patrones de comportamiento entre el equipo; estos suelen ser más poderosos que la firma de un contrato, que el paso del tiempo y que la distancia geográfica" (Profesor A. Ojeda).
La Bandera es un símbolo de esa realidad humana que Dios quiso para nosotros que es la Patria. Es un símbolo, y un símbolo que está por encima de cualquier otro símbolo. Con ello, afirmamos contundentemente, que la Patria está por encima de las divisiones de clases y de las divisiones de partidos y de cualquier otra división. Porque el Bien Común de la Patria está y tiene que estar por encima de todos los intereses particulares.
Nuestra Bandera es el único símbolo que une a todos los argentinos en una empresa común. Y esa empresa común es la Patria.
El Padre Alberto Ezcurra nos recuerda: "El símbolo es algo que hacen los hombres. Pero los hombres para hacerlo tienen en motivo, y después ese símbolo que ha sido elegido pudo a lo mejor ser de otro color, de otra forma, pero ese símbolo que ha sido elegido se une a la historia de una Patria. Y van pasando los siglos, los años, va pasando el tiempo y ya no se puede decir de ese símbolo que se puede cambiar, que es sólo un pedazo de trapo, que es algo que podría ser distinto. No. ¿Por qué? Porque cuando ese símbolo ha pasado a ser el distintivo de una Nación y de una historia, ese símbolo de alguna manera está siendo consagrado por los hombres. Por los hombres en el cual mirándolo se reconocen, por los hombres que han derramado su sangre para defender ese símbolo sabiendo que defendían a la Patria, por los hombres que han prestado por generaciones y generaciones el juramento, por los que han sentido un día en su corazón la emoción al ver la Bandera que se iza en la mañana en el patio de la escuela, o en el mástil del cuartel. El símbolo que une a todos los argentinos por encima de cualquier otra cosa, el símbolo decíamos, dependiendo de quienes han derramado su sangre, ya no es algo accidental, ya es algo importante, es algo que va unido de profunda a la historia de una patria".
LAS RAICES MARIANAS DE LA BANDERA
Nuestra bandera, si bien pudo haber sido de otra manera, o con otro diseño y color; sin embargo, es azul celeste y blanca. El General Manuel Belgrano quien decidió elegir ese símbolo, no lo hizo por casualidad. Lo hizo mirando las raíces más profundas de nuestra Patria y de nuestra Fe. Los colores de nuestra Bandera son los colores del manto de la Virgen. Y así nos lo señala la Historia.
El Rey Carlos III consagra en 1761 España y las Indias a la Inmaculada y proclama a la Virgen como principal Patrona de sus reinos. Los colores de la Inmaculada en forma de cinta fue usada por los voluntarios que acompañaron a Pueyrredón en 1806 en la lucha contra los invasores ingleses y la llevaban anudada al cuello, como el pañuelo del criollo. Y habían elegido para esa cinta la medida de 38 centímetros que era el alto de la imagen de la Virgen de Luján. Y también, los mismos húsares de Pueyrredón, van a usar esta cinta en 1807 en la defensa de Buenos Aires contra los invasores ingleses. Pueyrredón y Azcuénaga usaban la cinta. Belgrano juró defender el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Patrona de las Españas. Cuando en el año 1794 Belgrano es nombrado Secretario del Consulado , lo puso bajo la protección de Dios y eligió como Patrona a la Inmaculada Virgen María y colocó los colores azul y blanco en el escudo del Consulado que estaba en el frente del edificio. Cuando emprende la marcha con sus tropas hacia el Paraguay para luchar por nuestra independencia, asiste a Misa con todo su ejército en Luján y pone al ejército bajo la protección de la Virgen. No es por tanto por casualidad que Belgrano elige el color azul y blanco para dárselo a nuestra Bandera. Según testimonia José Luis Gamboa, que era miembro del Cabildo de Luján junto con un hermano de Belgrano y que estaba allí cuando el General pasa con sus tropas, escribe: "Al darle Belgrano los colores azul y blanco a la Bandera de la Patria había querido, cediendo a los impulsos de su piedad, honrar a la Pura y Limpia Concepción de María de quien era ardiente devoto, por tener amparado en su Santuario de Luján''. Y el otro testimonio, que es el del Sargento Mayor Carlos Belgrano, hermano de Manuel, desde 1812 Comandante Militar de Luján y Presidente del Cabildo de Luján. Dice Carlos Belgrano: "Mi hermano tomó los colores de la Bandera del manto de la Inmaculada de Luján, de quien era ferviente devoto''.
Por eso mismo, el Coronel Domingo French, jefe de los Gloriosos Arribeños del 3 de Infantería; pudo decir en su proclamación a las tropas de la Villa de Luján el 25 de septiembre de 1812: "Soldados, somos de ahora en adelante el Regimiento de la Virgen; jurando nuestra banderas os parecerá que besáis su manto. Al faltar a su palabra, Dios y la Virgen por la Patria se lo demanden".
Así nació nuestra Bandera. Esos ardientes patriotas y grandes devotos de la Virgen, fueron los que fundaron esta Nación. Y eso es una realidad que nadie puede negar y que nosotros, no tenemos derecho a olvidar.
MARCADA A FUEGO
Nuestra Bandera está marcada a fuego con la sangre gloriosa de los gauchos de Güemes, de los Granaderos del Ejército de los Andes, con la de los Patricios de Saavedra, los Arribeños de Belgrano, con la de los muertos silenciosos en el cumplimiento del deber en todas las épocas de nuestra historia, con la que cayó en la turba malvinera, la sangre de los grandiosos "halcones" caídos desde el cielo, o aquella que yace bajo las olas de nuestro mar austral.
Nuestra bandera es motivo de entusiasmo y alegría, fruto infaltable del amor a la Patria que nos une.
Y esta bandera y esa sangre nos reclaman que ante todo hagamos las cosas bien, con honestidad, disciplina, firmeza y sacrificio, y a pesar de todo, con el corazón encendido por sabernos herederos de grandezas. Como las que realizaron hombres como el General Manuel Belgrano.