Llevaba casi dos años en el ejercicio de la presidencia el Dr. Marcelo Torcuato de Alvear, hombre honesto e ilustrado que trató con los intelectuales de su tiempo y caminaba tranquilamente desde la Casa de Gobierno hasta la pena del Café Tortoni, para reunirse con algunos de ellos. Apoyaba lo público y lo privado, y por esa razón dio todo su aval el 15 de julio de 1924 a Adelia Acevedo para la fundación de una entidad llamada Amigos del Arte.
Bien está recordar esa benemérita institución en su centenario por la obra realizada que es señera hasta hoy y fue una mirada renovadora en sus dos décadas de existencia. El mismo presidente y su mujer Regina Pacini fueron nombrados presidente y vicepresidente honorarios, a la vez que la secretaría estuvo a cargo de Julio Noé, consagrado crítico de arte, escritor y director de la revista literaria Nosotros (padre de Luis Felipe Noé “Yuyo” el reconocido artista plástico).
A los dos años sucedió a Adelia en la presidencia Elena Sansinena de Elizalde, conocida como Bebé y fue como bien lo señala Ernesto Schóo “su época más gloriosa” hasta su cierre en 1946.
Escribió Manuel Mujica Láinez que “gracias a ella se divulgó la creación de nuestros plásticos primitivos. Aprendimos la importancia de Horacio Butler, Basaldúa, Badi, Berni, Del Prete, Victorica, Spilimbergo, Pettoruti, Raquel Forner, Norah Borges, Xul Solar. Descubrimos a Figari y a los grabadores del siglo XIX argentino. ¿Y los conciertos? Allí se abrieron los oídos al esplendor inquietante de Stravinsky, de Honegger, de Milhaud, de Satie, de Poulenc, de nuestro Juan José Castro, de nuestro Juan Carlos Paz. Cantaba Jane Bathory, se sentaban al piano Claudio Arrau y Ricardo Viñes. Asimismo -y especialmente-, debemos a Amigos del Arte la actuación en Buenos Aires de escritores de la talla de Keyserling, de Ortega y Gasset, de García Lorca, de Waldo Frank. En el pequeño escenario que ocupaban los conferenciantes, dentro del salón de actos de Van Riel, calle Florida, asistimos a la magia lírica de Ramón Gómez de la Serna”.
La entidad comenzó a funcionar en Florida 940 y desde 1927 alquiló la espaciosa galería Van Riel en Florida 659. Amigos del Arte exhibió a los dibujantes y acuarelistas del siglo XIX, que visitaron o se radicaron en nuestro país como Mauricio Rugendas César Hipólito Bacle, Carlos Morel, y pioneros de nuestra pintura, como Prilidiano Pueyrredón y Carlos H. Pellegrini al que la señora de Elizalde le dedicó un magnífico libro; asimismo, difundió la literatura argentina y la música popular (un recital de tangos en la voz de Azucena Maizani y Sofia Bozán se organizó en la semana en que estuvieron simultáneamente en Buenos Aires Waldo Frank y Keyserling).
Contó con el apoyo de muchas mujeres, algunas esposas de funcionarios espectables como Stella Morra de Cárcano, María Rosa Oliver, Carola Cárcano de Martínez de Hoz, Marta Casares de Bioy, que fueron los motores de la entidad por sus numerosas vinculaciones familiares y sociales.
LA EXPOSICION
Dispuesta a colaborar con las nuevas instituciones, Amigos del Arte recibió al Dr. José Pacífico Otero fundador el 5 de abril de 1933 del Instituto Sanmartiniano (hoy Instituto Nacional) y acogió favorablemente la organización de una “Exposición iconográfica sobre el Libertador Gral. San Martín”, en el mes de octubre de ese año. El Instituto llevaba apenas seis meses de su fundación cuando mostraba al público su gestión, en una exposición que duró desde el 7 al 14 de octubre de ese año.
Se exhibieron 31 retratos, 10 escenas de batallas, 22 alegorías, escenas y episodios; 8 daguerrotipos y fotografías, 10 miniaturas sobre marfil, 2 estudios, tres caricaturas, 5 medallones y 6 fotograbados, éstos de la colección del Dr. Otero. Entre los autores de los retratos encontramos a Mercedes San Martín de Balcarce, Edmundo Castán, R. Cooper, T. Gericault, José Gil de Castro, Cristiano Junor, Bror Kornstrand, G. Krafft, Madou, Núñez de Ibarra, Manuel J. Olascoaga, Medardo Rosso y Rafael del Villar. Las escenas de las batallas tenían entre sus autores a T. F. Brown, Julio Fernández Villanueva, Apolinario Frank, Gericault, Mauricio Rugendas, Pedro Subercaseaux y Ricardo Teodori. Los artistas de las alegorías y episodios fueron: Antonio Alice, Augusto Ballerini, Pedro Blanque, José Bouchet, Eduardo Cerruti, Eliseo Fausto Coppini, Antonio Estrada, Reinaldo Guidice, Sofía Posadas, Medardo Rosso, George Scott, Luis Servi, Pedro Subercaseaux, Carlsen Waldemar. Los daguerrotipos y fotografías correspondían al tomado al Libertador en París en 1848, de su hija y yerno, de su nieta Josefa Balcarce y a su marido el diplomático mexicano Fernando Gutiérrez de Estrada, de una miniatura de Remedios de Escalada y una fotografía tomada en París del estandarte de Pizarro dedicada al general Mitre por Mariano Balcarce.
Las miniaturas representaban a Remedios de Escalada, a Merceditas por Juan F. Goulú, a los hermanos del Libertador María Elena de San Martín de Gutiérrez Menchaca y Justo de San Martín, a su sobrina Petronila Gutiérrez Menchaca, y una del propio San Martín por Gil de Castro que le obsequiara al coronel Manuel de Olazábal que mereciera junto con Tomás Guido repetidas muestras de su afecto y la del británico Tomás Wheeler. Los estudios eran del San Martín en Boulogne Sur Mer de Antonio Alice, que había pertenecido al Dr. Joaquín V. González y estaba en poder de su hijo Carlos Alberto González; mientras que el original se encuentra en el Instituto Bernasconi y por sus dimensiones no pudo ser trasladado a la exposición. El otro era el estudio de San Martín y Guido para la Revista de Rancagua de Blanes. Los medallones correspondían a Elías Duteil, Henri Allouard, Cattani y Alejo Yoris.
LAS CARICATURAS
Tres caricaturas representaban al Libertador, la primera revestido con piel de tigre, al pie un trono y junto al trono la figura de O'Higgins ofreciéndole una corona; la segunda, cabalgando sobre un asno y arriando una majada de carneros, la majada representa al pueblo de Chile, ambas de 1819. Y la tercera, también revestido con piel de tigre, de su cabeza se desprende una corona. Tanto las manos como los pies están transformados en garras. Con la garra derecha empuña la cabeza de Luis Carrera y con la izquierda la de su hermano José Miguel Carrera. El personaje caricaturado se apoya en las cabezas de Rodríguez y Mendizábal. En un plano inferior están las de Prieto, Conde y Murillo.
Esta caricatura fue publicada en 1825 en un libelo que se dio a luz contra el Libertador, titulado: Primera parte de la vida del general San Martín. Por error fue atribuido a Benavente, militar chileno. La crítica histórica ha descubierto su paternidad y demostrado que fue escrito por el general Alvear.
En el prólogo Otero agradeció la diligencia del Ministro de Justicia don Manuel de Iriondo para facilitar con un decreto el traslado de las piezas de los museos Histórico Nacional y Mitre, como a sus directores Federico Santa Coloma Brandsen y Luis Mitre, y a las colecciones de José Luis Cantilo, Honoria Cáceres de Ascasubi, Matías Errázuriz, Juan M. Gugialmelli, Cámara de Diputados de la Nación, Club Gimnasia y Esgrima, Círculo Militar, Círculo Militar, Policía de la Provincia de Buenos Aires, Juan Oyuela, Colección Stein, Víctor Escobedo y José Eugenio Compiani.
Como complemento la exposición organizó cuatro conferencias, la primera de ellas del doctor José Pacífico Otero sobre “El arte pictórico y litográfico en torno a San Martín” con proyecciones luminosas; el doctor Carlos Obligado disertó sobre “Libertador y el liberalismo”; Atilio Chiáppori sobre “El monumento del héroe” y del Instituto Sanmartiniano capitán de fragata Héctor R. Ratto lo hizo sobre la acción docente que desarrollaba la entidad, los mencionados revistaban como miembros de número. Un folleto de 88 páginas editado al año siguiente daba cuenta de los actos realizados y publicaba las conferencias completas.
Hace muchos años que no se realiza una muestra iconográfica sobre el Libertador, si bien los tiempos no permiten un amplio despliegue bueno sería reeditar esta exposición, en los Museos Mitre e Histórico Nacional, el próximo año en el 175 aniversario de su fallecimiento, a la vez que federalizar la muestra en el interior del país.
Y también poder exhibir los dibujos de Antonio Berni sobre nuestro héroe en el Instituto Nacional Sanmartiniano, ya que fue descubierto su talento por Amigos del Arte, como lo señaló Mujica Láinez. De ese modo tres instituciones públicas que atesoran sus pertenencias y evocan su memoria podrían unirse en digno homenaje.