“Apuntan a los niños solo para dañar”
Es la primera vez en la historia de la Medicina que esto sucede, advierte la pediatra Angelina Farella. En abierto desafío a sus colegas, un grupo de profesionales pediátricos busca mediante una Declaración alertar que los pequeños fueron los menos vulnerables frente al covid y son los más perjudicados por las medidas adoptadas. Urgen a frenar esta insensatez.
Primero no hacer daño es una máxima que supuestamente ha regido la medicina moderna. Sin embargo, durante la denominada pandemia de covid-19 lo más importante para los médicos fue seguir protocolos. Algunos dejaron de atender pacientes enfermos. Se negaron tratamientos tempranos y ambulatorios a quienes contrajeron la infección por una hipotética “falta de evidencia” pero no tuvieron pruritos en aconsejar masivamente un inóculo experimental con autorización de emergencia. El resultado es un gran caso de mala praxis médica, un crimen contra la humanidad, como ya es cada vez más aceptado. Entre los múltiples damnificados, los niños son sin dudas los que peor parte llevan. Ellos cargarán con las secuelas a largo plazo, según vaticinan. Es por eso que ahora un grupo de pediatras ha decido alzar en conjunto la voz y desafiar a sus colegas a proteger a los niños de esta insensatez. A través de la Declaración Pediátrica de la Global Covid Summit, llaman a reparar en los daños producidos a los más pequeños por las políticas públicas implementadas ante el covid y detener esta locura. Se trata de una iniciativa en línea con la Declaración de Médicos, que ya firmaron más de 17.000 profesionales de la salud de todo el mundo.
"Sentimos como pediatras que necesitábamos salir y dar un paso al frente. Así es que decidimos hacer nuestra propia declaración por separado, pero en concordancia con la Global Covid Summit y con la declaración previa, dispuestos a afinarla y enfocarla en los niños que realmente han sido extremadamente afectados en los últimos dos años y también desatendidos, de alguna manera, por la comunidad médica”, afirmó en una entrevista con La Prensa la doctora Angelina Farella, una de las autoras y firmantes de la Declaración Pediátrica.
En el documento, este grupo de pediatras, especialistas en pediatría y médicos que atienden niños en sus consultas, subrayan que “nunca ha habido un estado de emergencia para los bebés, niños y adolescentes con respecto al covid-19, ya que su inmunidad natural es robusta y su riesgo de enfermedad grave o muerte es mínimo. Además, la mayoría de los niños ya han desarrollado una inmunidad natural contra el SARS-CoV-2”.
Al respecto, Farella explicó: “Los niños no se vieron en absoluto afectados por el covid: la tasa de hospitalización es de entre 0% y 2% -lo cual es nada-. Si uno mira los números, es similar a un año de gripe en cuanto a las muertes de niños -generalmente con enfermedades de base-. Así que cuando uno observa la respuesta que se ha dado en los dos últimos años, advierte que está muy fuera de concordancia con lo que hemos hecho en años anteriores de gripe, por ejemplo, en 2017 cuando tuvimos la pandemia de gripe española. No hicimos todo esto: no cerramos las escuelas, no embarbijamos a los niños… y sabemos que la gripe es mucho más transmisible entre los niños de lo que mostró el covid-19. Así que sentimos que era muy necesaria esta declaración porque, teniendo en cuenta que los niños no fueron realmente afectados, ¿por qué hay esta presión para vacunarlos globalmente contra un proceso de enfermedad que ni siquiera les genera una molestia considerable?”.
La pediatra, con 25 años de ejercicio de la profesión, aseguró que esta es la primera vez en la historia de la Medicina “que estamos apuntando específicamente a los niños para dañar, porque no hay beneficio, solo hay daño”.
"Ahora que tenemos pediatras de todo el país uniéndose y son cada día más. Es fantástico unirse para promover que los niños son seres saludables, que tienen un sistema inmune impresionante, que la inmunidad natural es muy abundante en ellos. Sabemos que antes de la pandemia hasta un 75% ya era inmune. Al principio fue una estimación pero luego se comprobó, porque no enfermaban de covid, y actuaban como amortiguadores para los adultos”, añadió Farella.
En la Declaración, los expertos apuntan que las políticas de salud pública innecesarias e ineficaces contra el covid-19 han tenido consecuencias especialmente desastrosas para los niños y los adolescentes. “Estamos alarmados por los recientes cambios en los hitos del desarrollo de los niños que probablemente reflejan estas consecuencias”, destacan.
En esa línea, señalan que nunca se ha demostrado la eficacia de los barbijos para detener la transmisión del SARS-CoV-2, pero sí se ha demostrado que son perjudiciales para el desarrollo social y la salud mental de los niños y adolescentes.
"Las consultas a terapia del lenguaje aumentaron un 300% en un año”, lamentó Farella, para luego agregar: “Y eso es porque los niños no podían ver los rostros con los barbijos, impiden el reconocimiento facial, causan problemas de socialización, los diagnósticos de autismo se van a disparar y esos son todas secuelas que se van a manifestar”. Según destacó, la ansiedad se disparó, los suicidios y las sobredosis en adolescentes se fueron al techo… “Todas estas cosas las estamos viendo ‘anecdóticamente’ entrando por nuestra puerta del consultorio. Y luego vemos a los niños sufriendo a través del VAERS… si uno mira los números, ya no es un secreto”, prosiguió.
Los autores de la Declaración Pediátrica remarcan: “Este es el mayor desastre de salud pública de nuestra vida, y como profesionales debemos alzarnos como una sola voz para hablar por los más vulnerables entre nosotros”.
Consultada sobre cuáles han sido los factores que permitieron estas medidas infundadas y que ocurra tal desastre, Farella consideró que fueron el miedo y el control. “Cuando estás lidiando con una población que está temerosa, porque nuestro lado de la historia fue amañada, fue censurada… el sentido común fue censurado desde el principio. Nunca antes hemos visto algo así. No hemos visto que no podamos tener lo que llamo ‘iniciativa intelectual’, en la que tengamos una conversación sobre seguridad, eficacia, por qué esto es una buena idea, por qué no lo es”, se explayó.
Farella confió que desde el principio advirtió que algo no estaba bien. “Es extraño que funcionarios de salud pública le estén diciendo a las personas que no llamen a sus médicos cuando están enfermos. ¡Nunca hemos visto eso antes! Nunca les hemos dicho a las personas sanas que se queden en su casa. Nunca le dijimos a las personas que se pongan un barbijo. Jamás. Con la gripe u otras enfermedades mucho más contagiosas, nunca usamos barbijos”, puntualizó.
La pediatra apuntó que todos los estudios que muestran que los barbijos no funcionan “o bien desaparecieron misteriosamente de internet o, cuando hablamos al respecto, nos dicen que eso era en aquel momento, que es antiguo. Pero hacen nuevos estudios y los nuevos muestran exactamente lo mismo. Se han cultivado las cosas más repugnantes de los barbijos de los niños en las escuelas. Estamos hablando de patógenos importantes”.
EXTRAÑO FENOMENO
En opinión de Farella, las políticas de salud pública adoptadas, en especial las inoculaciones, han dado lugar a un extraño fenómeno: una incidencia de enfermedades fuera de la temporada en que se dan habitualmente. “Nunca habíamos visto lo que llamo un viraje estacional. Es decir, en ciertas estaciones hay determinados procesos de enfermedad. Sabemos que en el Hemisferio Norte entre fines de septiembre y fines de febrero tenemos lo que llamamos una temporada de gripe. Y en esa temporada de gripe es muy probable que se sufran enfermedades respiratorias, en especial virus, incluyendo gripe A y B, y virus sincitial respiratorio (VSR)”, precisó Farella, quien agregó: “Bueno, estamos en junio y la semana pasada tuvimos dos niños con gripe A en el consultorio. Tuvimos un niño que fue hospitalizado por VSR en el consultorio… ¿Cómo pasó esto? ¿Por qué ya no tenemos una temporada? Era extremadamente inusual en el pasado encontrar casos de gripe en agosto. Con las prohibiciones de viajar, las restricciones, todas las cosas extrañas que han ocurrido, ¿cómo es que la gripe A ahora se está convirtiendo en predominante en mayo y junio en el área de Houston? El VSR se disparó el verano pasado, también alrededor de mayo y junio. Incluso hubo casos en ¡adultos! de VSR. Personas que podrían tener inmunidad frente al VSR, se están enfermando gravemente con neumonías y hospitalizaciones por esta causa. El VSR no afecta a los adultos, a menos que estén altamente inmunocomprometidos”.
Respecto de los motivos que llevaron a sus colegas a aceptar los absurdos protocolos establecidos, Farella evaluó que está relacionado con el proceso que se dio tras la aprobación en Estados Unidos de la Ley de Atención Asequible (ACA, por sus siglas en inglés), que dejó a muchos médicos en la bancarrota a partir de 2015. Así, una mayoría de médicos independientes, se vieron obligados a vender sus consultorios a grandes hospitales, perdiendo en muchos casos la capacidad de decisión. “De 40 médicos independientes en esta zona quedamos ocho. Y todas esas personas fueron compradas por un sistema hospitalario grande, con sus protocolos y su propio lavado de cerebro que hacer. Cuando me vinieron a ofrecer comprar mi consultorio, les pedí que me pusieran por escrito todo lo que me harían hacer porque cada vez que veo a un médico vender su consultorio, es como si vendieran su alma”, expresó la pediatra.
En ese sentido, en la Declaración Pediátrica, los firmantes también condenan enérgicamente la interferencia de los hospitales, los empleadores y los organismos reguladores en la relación médico-paciente. “Los médicos han sido amenazados con la pérdida de la matrícula, la certificación profesional y el empleo, lo que perjudica en gran medida su capacidad de obtener un consentimiento verdaderamente informado de los pacientes adultos o de los padres de los niños menores”, enfatizan en referencia a la inoculación con productos génicos experimentales.
"Los principios éticos del consentimiento informado exigen la divulgación completa de los riesgos, los beneficios y las alternativas, sin persuadir con promesas ni coacción, para todas las terapias médicas. Además, los niños carecen de capacidad de decisión médica y no se debe negar a los padres el derecho a tomar decisiones médicas sobre sus hijos menores”, añade la Declaración.
Farella estuvo de acuerdo en que la ciencia ha perdido credibilidad, en especial desde el surgimiento del covid. “Por un lado es frustrante porque sabemos que para progresar como sociedad necesitamos de la ciencia. Necesitamos entender lo que sucede. Necesitamos construir sobre las bases que se fijaron muchos años atrás, cuando científicos y médicos observaban las cosas. Así es como tenemos los nombres de las enfermedades que existen. Estas personas fueron primordiales en nuestro progreso hacia adelante para que podamos reconocer enfermedades, tratarlas y potencialmente curar algunas”, analizó, para luego proseguir: “Ahora vemos medicamentos como la ivermectina, que ganó el premio Nobel de Medicina, lo usamos todo el tiempo, lo usamos en niños para la pediculosis, esto no es nada nuevo. Son productos que han estado disponibles desde hace tiempo. Es más segura que el paracetamol, más segura que el ibuprofeno. Se ha utilizado para las parasitosis desde hace tiempo, así que no es algo difícil de descubrir o encontrar. ¿Entonces por qué de repente nos hemos desviado por completo de un antiviral que ha existido durante cuarenta o cincuenta años? Tenemos también hidroxicloroquina con datos de seguridad de más de 60 años”.
A modo de conclusión, la Declaración Pediátrica expresa: “Las preocupaciones de los médicos, especialmente en lo que respecta a la seguridad de cualquier intervención médica, no deben ser silenciadas nunca más. Se debe permitir a los médicos utilizar su experiencia profesional para prestar atención a los pacientes sin amenazas ni conflictos de interés de los organismos reguladores, los empleadores, los hospitales y las empresas farmacéuticas”.
Para Farella y estos pediatras ha llegado el momento de levantarse. Por eso invitan a firmar la Declaración a todos aquellos colegas que estén de acuerdo en que estos atropellos no pueden permitirse más.