Antonio Beruti, una figura sanmartiniana

Los fantasmas del pasado

Se cumplieron 177 años de la muerte de Antonio Luis Beruti. Vastamente difundido por la hagiografía escolar como aquel que junto con Domingo French distribuyó las cintas celestes y blancas en los brumosos días de mayo, fue preciso un renovado trabajo de investigación, a lo largo de varias décadas, para advertir la falacia de la anécdota.

Pero que Antonio Luis Beruti (el hermano de aquel otro Beruti que escribió las sabrosas Memorias curiosas) repartiera símbolos subversivos -como que por distribuir cintas celestes y blancas fue puesto preso en 1811- o que en realidad entregara distintivos rojos o blancos en prenda de unión entre criollos y españoles, ha constituido un hecho casi superficial en su vida.

De todas maneras, el episodio ocultó para la posteridad sus verdaderos y meritorios servicios a la patria naciente.

LEGION INFERNAL

Colaborador de Hipólito Vieytes en el periódico montevideano La Estrella del Sur, animó cierta Legión Infernal que daría nacimiento al regimiento América. 

La Legión -que estaba integrada por unos seiscientos hombres- actuó enérgicamente en la Semana de Mayo. Gente de buena posición, y no de los bajos estratos sociales como erróneamente ha sostenido Paul Groussac, vestía capa y casaca, un atuendo poco convincente para los manolos de la arbitraria clasificación debida al historiador francoargentino.

Teniente coronel del regimiento América, con mando de segundo jefe, Beruti se destacó prontamente por su fogosa actividad política, que lo llevó al destierro en 1811, aunque por pocas semanas. 

"En enero de 1812 se lo nombra teniente coronel del Regimiento Nº 3 -explica minuciosamente uno de sus contados biógrafos-, y el 1º de noviembre del mismo año, teniente de gobernador de Santa Fe, permaneciendo en dicho cargo hasta junio de 1813, en que le fue discernido un cargo similar en Tucumán, que ejerce hasta el 4 de mayo del año siguiente, luego de lo cual debe hacerse cargo de la jefatura del primer batallón del Regimiento Nº 3, para ser destinado posteriormente a la comandancia del segundo tercio de la Guardia Nacional de Infantería de Buenos Aires. El 6 de agosto de ese mismo año fue graduado de teniente coronel y se le encomienda el cuidado y vigilancia de los prisioneros. Fue ministro de Guerra en dos oportunidades y el 30 de agosto de 1816, asciende a coronel efectivo y se lo destina a la Subinspección del Ejército de los Andes, siendo en fecha del 24 de enero de 1818 designado por el general José de San Martín, segundo jefe del Estado Mayor, concurriendo con ese grado a la batalla de Chacabuco".

En rigor de la verdad, su actuación en el Ejército de los Andes es prácticamente desconocida, constituyendo, sin embargo, una de las facetas más interesante de su desempeño público.

FERVOR UNITARIO

Habrá que computar en las hipótesis sobre el asombroso desconocimiento que se tiene de la vida de Beruti, el hecho de que militara con fervor en el unitarismo. Porque si bien es cierto que la historia la escriben los vencedores, no es menos cierto que esa es una afirmación relativa -no hay historiografía absoluta ni hay historiografía que no esté sometida a la acción de los francotiradores-, pues la historia tiene ciclos en que sus escribas se alternan según variaciones ideológicas.

En verdad, la acción unitaria de Beruti fue más allá de lo meramente político: intervino en la batalla de Rodeo del Medio, en la que su líder, el inolvidable Gregorio Aráoz de Lamadrid, caería derrotado en Pacheco. Dícese que el desastre militar influyó hondamente en Beruti, que éste murió a consecuencia del pesar, falleciendo en efecto al mes y medio, el 19 de noviembre de 1841, y no el 3 de octubre de 1842, como suponen algunos biógrafos.