Alberto Fernández está entusiasmado con su papel internacional y espera ansiosamente la próxima reunión de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) a realizarse el mes que viene en los Estados Unidos. Fernández es presidente “pro tempore” del foro y esperaba convertirse en protagonista del evento, pero se encontró con la competencia de Andrés López Obrador. El mejicano avisó que no iría a la reunión por el veto de los EE.UU. a Venezuela, Cuba y Nicaragua y consiguió que Joe Biden mandara una delegación a su país para persuadirlo de que abandone esa idea.
Alberto y la CELAC II
Otro hecho que generó ansiedad en la Cancillería fue la decisión del gobierno norteamericano de comenzar un diálogo con el régimen de Nicolás Maduro para levantar las sanciones contra Venezuela. Ya hay un principio de autorización a Chevron para que inicie negociaciones con PDVSA. Este acercamiento, alentado por la guerra europea, pone en duda el protagonismo que Alberto Fernández pretendía asumir en la reunión de Los Angeles en el papel de mediador. Si la gira europea tuvo resultados menos positivos de lo que esperaba, la cumbre americana no promete ser mejor.
Alberto y los empresarios
Ante la soledad política y la volatilidad de la economía la Casa Rosada comenzó a mejorar su relación con los grupos económicos más importantes del país. En ese marco AEA, que reúne a los grupos de mayor poder, Techint, Clarín, Arcor, etcétera, celebrará el mes que viene su vigésimo aniversario y se espera que el presidente participe de la conmemoración. Sería una señal en dirección de la racionalidad económica que provocará rechinar de dientes en la Cámpora. Pero la movida fortalecería a Martín Guzmán que la recomendó desde su rol de interlocutor con el “establishment”.
Números poco auspiciosos
Dos encuestas se conocieron durante la última semana, una de Poliarquía y otra de ARESCO, ambas con malas noticias por el oficialismo. La primera registró el daño que le causa la inflación y el pesimismo económico a la imagen de Cristina Kirchner. La imagen negativa de la vice alcanzó por primera vez en toda su carrera el 60% y la positiva rompió el piso del 30%. Por su parte ARESCO, en una medición de intención de voto para unas eventuales PASO presidenciales, detectó primero a Milei (20,7%) y segunda CFK (19,9%). Alberto Fernández en tanto obtuvo 11,9% de intención de voto.