Opinión
Default humanístico
“Al mundo le falta un tornillo”
“…procreación artificial, drogas libres, zoofilia con sexo con animales, hormonización de niños, el sexo no existe es una construcción cultural de un patriarcado fenecido, eutanasia y eugenesia eliminando seres discapacitados, desaparición completa de los vínculos familiares y de filiación, etc…etc” (La filosofía se ha vuelto loca. Un ensayo de lo políticamente incorrecto. Juan Francisco Braunstein. Profesor de Filosofía Sorbona I Paris, 2023).
Intento en este artículo mostrar el cambio de época que vivimos en un intento de cambio cultural que incide grandemente en la educación y nuestros estilos de vida en un Occidente en crisis.
Este cambio de época surge de grandes Universidades (John Hopkins, Berkeley, Cambridge, etc) y de renombrados filósofos amados por su “feligresía” con amplio apoyo político y como esto incide en nuestra tarea cotidiana como terapeutas en adicciones ya que una de las premisas de esta nueva época es el “medicar el vivir”. Braunstein plantea esto desde su texto con gran claridad.
Mientras tanto vuelvo a la Argentina y recuerdo aquella entrevista que me marco con un gran dirigente deportivo y que indudablemente conocía todos los autoengaños de nuestro modo de ser y me decía: “Todo pasa” mientras tanto la televisión nos anunciaba en los noticieros que el 71 % de los menores probo alcohol antes de los 15 años, el 12, 4 lo hizo antes de los 12 y el 57 % lo mezcla con energizantes.
El me enseñó que el mundo argentino es como un gran noticiero en donde las noticias se suceden una tras otra, aunque la esencia grave de lo que acontece quedará ahí en el declive de la decadencia y entrarán en la “nave del olvido”.
Este aumento de consumo de alcohol lo anuncia la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires en un estudio de 18.000 jóvenes entre 12 y 21 años. Pero “todo pasa” mientras el dirigente me mostraba un anillo que decía también “todo pasa” y sacó una tarjeta de su saco con la misma consigna y había un pequeño cuadro que colgaba de su escritorio. Era un viejo conocedor de la banalización argentina de las conductas y sabía que el tiempo se ocupaba de ocultar vergüenzas y traiciones, así como estafas.
Según datos de organismos internacionales Argentina es el primer país de consumo juvenil de alcohol en el continente americano superando incluso a U.S.A. Ganamos el trofeo. Y en América Latina somos el primer país junto Uruguay consumidor de marihuana y cocaína.
CAMBIO DE EPOCA
“Medicar el vivir” (con drogas legales e ¿ilegales?), teorías de género, derecho de los animales y la eutanasia se han convertido en debates sociales y muchos filósofos en centros universitarios de Europa y U.S.A. predican con énfasis estos conceptos.
Hay organismos internacionales que promueven y dan dinero para limitar la natalidad, promover el uso de drogas, campañas de marketing sobre incluso el sexo con animales y también el sexo con chicos. Se discute si la identidad de género es distinta a la identidad sexual …si los animales son seres sensibles y si debe legalizarse la eutanasia.
Mientras tanto la eugenesia esta también en la agenda tratando de mejorar los rasgos humanos a través de la manipulación y además métodos selectivos de los humanos eliminando los discapacitados. La fecundación “in vitro” y la ingeniería genética están en discusión con fervientes defensores que cancelan todo pensamiento diferente.
AMPUTUTOMANIA, ZOOFILIA Y EUGENESIA
Si el género no tiene más que ver con el sexo porque no cambiarlo todas las mañanas…,si el cuerpo está a disposición de nuestra conciencia porque no cambiarlo también cuando nos plazca y modificarlo “ad infinitum”…porque no “hormonizar” niños para que cambien de sexo... porque no pedir cambiar de miembros sanos porque no se corresponden con nuestra imagen. Si no hay diferencias entre animales y humanos porque no tener relaciones sexuales recíprocamente satisfactorias…porque no hacer experimentaciones con sujetos en estado comatoso antes que con animales pletóricos de salud …porque no acabar con niños defectuosos o indeseados. Se ha borrado la frontera entre el hombre y el animal.
Pediatras de USA alertan hoy sobre las consecuencias destructivas de la “moda transgenerista” en los alumnos de colegios e institutos. Psiquiatras y psicoanalistas no son , en su inmensa mayoría, fervientes adeptos a la teoría de género, los juristas favorables al derecho de los animales son una ínfima minoría y rarísimos los médicos que sostienen la legalización de la eutanasia.
Afortunadamente hay una reacción de filósofos y escritores y Philippe Murray ve “emerger una humanidad reanimalizada…se acabó la distinción entre lo animal y lo humano …volvamos al redil de la naturaleza”.
Michel Houellebecq describe una humanidad agotada que no aspira a otra cosa que, a su propio final, el hombre organiza su propia sustitución…según este autor un personaje de su novela “Las partículas elementales” un científico Bruno se extraña de los alucinantes aciertos en las predicciones de “Un Mundo Feliz” de Huxley escrito en 1932 en donde la distopia de Huxley es en efecto nuestro presente: procreación artificial, sexualidad sin ataduras, drogas libres y eutanasia…control cada vez más preciso de la procreación que acabara de la disociación total con el sexo y en la reproducción total de la especie humana en laboratorios con fiabilidad genética, desaparición completa de las relaciones familiares, de la noción de paternidad y de filiación, cuando no sea posible luchar contra la vejez desaparecemos por eutanasia. la libertad sexual será total, nada obstaculiza el placer, las drogas estarán a la mano.
Es como describe Nietzsche al “Ultimo Hombre” en “Así hablo Zaratustra”: resultado final de la evolución humana caracterizado por su mediocridad, conformismo y ausencia de grandes aspiraciones y lo describe valorando la comodidad y la seguridad por encima de todo, incapaz de correr riesgos y tomar decisiones importantes, se conforma con una vida mediocre y sin desafíos, no tiene grandes pasiones ni aspiraciones, se enfoca en el placer y la satisfacción inmediata.
Es el resultado de la decadencia de los valores tradicionales y la perdida de la fe en una autoridad superior. En este sentido el “Ultimo Hombre” es visto como un estado de declive y degeneración en lugar de un ideal a alcanzar. El “Ultimo Hombre” de Nietzsche es un concepto critico que busca destacar la mediocridad y el conformismo de la sociedad mientras que el superhombre representa un ideal de humanidad que busca trascender y crear un nuevo sentido de vida.
También prevé el borramiento de las diferencias entre el hombre y el animal, ya que si el hombre no se eleva como “Superhombre” corre el riesgo de terminar su caída en el abismo animal, le será indiferente todo ideal, todo aquello que permitía al hombre superarse, todo lo que dio sentido a la vida de sus ancestros.
SUS CONSECUENCIAS
Todo esto avanza como dice magistralmente Braunstein en su libro como el discurso de lo políticamente correcto mientras California se llena de “zoombies” por el fentanilo (“todo pasa” dirá el dirigente que entreviste hace unos años o Discépolo hablaría del “Cambalache” del siglo XXI o al “Mundo le falta tornillo” magistralmente cantado por Julio Sosa). En España (una de las cunas de este experimento “woke”) decrece la natalidad y sigue muy por debajo de los fallecimientos. ¿Para qué tener hijos?; luego sobrarán los viejos. Esa es una tendencia de lo “políticamente correcto” junto a un consumo voraz de drogas.
El homo “incipiens” de Ortega (que esta siempre hacerse y es ilimitado en su capacidad de desarrollo) trocara en “homo demens” (progresa regresivamente hacia el deterioro).
Este cambio de época surge de grandes Universidades (John Hopkins, Berkeley, Cambridge, etc) y de renombrados filósofos amados por su “feligresía” con amplio apoyo político y como esto incide en nuestra tarea cotidiana como terapeutas en adicciones ya que una de las premisas de esta nueva época es el “medicar el vivir”. Braunstein plantea esto desde su texto con gran claridad.
Mientras tanto vuelvo a la Argentina y recuerdo aquella entrevista que me marco con un gran dirigente deportivo y que indudablemente conocía todos los autoengaños de nuestro modo de ser y me decía: “Todo pasa” mientras tanto la televisión nos anunciaba en los noticieros que el 71 % de los menores probo alcohol antes de los 15 años, el 12, 4 lo hizo antes de los 12 y el 57 % lo mezcla con energizantes.
El me enseñó que el mundo argentino es como un gran noticiero en donde las noticias se suceden una tras otra, aunque la esencia grave de lo que acontece quedará ahí en el declive de la decadencia y entrarán en la “nave del olvido”.
Este aumento de consumo de alcohol lo anuncia la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires en un estudio de 18.000 jóvenes entre 12 y 21 años. Pero “todo pasa” mientras el dirigente me mostraba un anillo que decía también “todo pasa” y sacó una tarjeta de su saco con la misma consigna y había un pequeño cuadro que colgaba de su escritorio. Era un viejo conocedor de la banalización argentina de las conductas y sabía que el tiempo se ocupaba de ocultar vergüenzas y traiciones, así como estafas.
Según datos de organismos internacionales Argentina es el primer país de consumo juvenil de alcohol en el continente americano superando incluso a U.S.A. Ganamos el trofeo. Y en América Latina somos el primer país junto Uruguay consumidor de marihuana y cocaína.
CAMBIO DE EPOCA
“Medicar el vivir” (con drogas legales e ¿ilegales?), teorías de género, derecho de los animales y la eutanasia se han convertido en debates sociales y muchos filósofos en centros universitarios de Europa y U.S.A. predican con énfasis estos conceptos.
Hay organismos internacionales que promueven y dan dinero para limitar la natalidad, promover el uso de drogas, campañas de marketing sobre incluso el sexo con animales y también el sexo con chicos. Se discute si la identidad de género es distinta a la identidad sexual …si los animales son seres sensibles y si debe legalizarse la eutanasia.
Mientras tanto la eugenesia esta también en la agenda tratando de mejorar los rasgos humanos a través de la manipulación y además métodos selectivos de los humanos eliminando los discapacitados. La fecundación “in vitro” y la ingeniería genética están en discusión con fervientes defensores que cancelan todo pensamiento diferente.
AMPUTUTOMANIA, ZOOFILIA Y EUGENESIA
Si el género no tiene más que ver con el sexo porque no cambiarlo todas las mañanas…,si el cuerpo está a disposición de nuestra conciencia porque no cambiarlo también cuando nos plazca y modificarlo “ad infinitum”…porque no “hormonizar” niños para que cambien de sexo... porque no pedir cambiar de miembros sanos porque no se corresponden con nuestra imagen. Si no hay diferencias entre animales y humanos porque no tener relaciones sexuales recíprocamente satisfactorias…porque no hacer experimentaciones con sujetos en estado comatoso antes que con animales pletóricos de salud …porque no acabar con niños defectuosos o indeseados. Se ha borrado la frontera entre el hombre y el animal.
Pediatras de USA alertan hoy sobre las consecuencias destructivas de la “moda transgenerista” en los alumnos de colegios e institutos. Psiquiatras y psicoanalistas no son , en su inmensa mayoría, fervientes adeptos a la teoría de género, los juristas favorables al derecho de los animales son una ínfima minoría y rarísimos los médicos que sostienen la legalización de la eutanasia.
Afortunadamente hay una reacción de filósofos y escritores y Philippe Murray ve “emerger una humanidad reanimalizada…se acabó la distinción entre lo animal y lo humano …volvamos al redil de la naturaleza”.
Michel Houellebecq describe una humanidad agotada que no aspira a otra cosa que, a su propio final, el hombre organiza su propia sustitución…según este autor un personaje de su novela “Las partículas elementales” un científico Bruno se extraña de los alucinantes aciertos en las predicciones de “Un Mundo Feliz” de Huxley escrito en 1932 en donde la distopia de Huxley es en efecto nuestro presente: procreación artificial, sexualidad sin ataduras, drogas libres y eutanasia…control cada vez más preciso de la procreación que acabara de la disociación total con el sexo y en la reproducción total de la especie humana en laboratorios con fiabilidad genética, desaparición completa de las relaciones familiares, de la noción de paternidad y de filiación, cuando no sea posible luchar contra la vejez desaparecemos por eutanasia. la libertad sexual será total, nada obstaculiza el placer, las drogas estarán a la mano.
Es como describe Nietzsche al “Ultimo Hombre” en “Así hablo Zaratustra”: resultado final de la evolución humana caracterizado por su mediocridad, conformismo y ausencia de grandes aspiraciones y lo describe valorando la comodidad y la seguridad por encima de todo, incapaz de correr riesgos y tomar decisiones importantes, se conforma con una vida mediocre y sin desafíos, no tiene grandes pasiones ni aspiraciones, se enfoca en el placer y la satisfacción inmediata.
Es el resultado de la decadencia de los valores tradicionales y la perdida de la fe en una autoridad superior. En este sentido el “Ultimo Hombre” es visto como un estado de declive y degeneración en lugar de un ideal a alcanzar. El “Ultimo Hombre” de Nietzsche es un concepto critico que busca destacar la mediocridad y el conformismo de la sociedad mientras que el superhombre representa un ideal de humanidad que busca trascender y crear un nuevo sentido de vida.
También prevé el borramiento de las diferencias entre el hombre y el animal, ya que si el hombre no se eleva como “Superhombre” corre el riesgo de terminar su caída en el abismo animal, le será indiferente todo ideal, todo aquello que permitía al hombre superarse, todo lo que dio sentido a la vida de sus ancestros.
SUS CONSECUENCIAS
Todo esto avanza como dice magistralmente Braunstein en su libro como el discurso de lo políticamente correcto mientras California se llena de “zoombies” por el fentanilo (“todo pasa” dirá el dirigente que entreviste hace unos años o Discépolo hablaría del “Cambalache” del siglo XXI o al “Mundo le falta tornillo” magistralmente cantado por Julio Sosa). En España (una de las cunas de este experimento “woke”) decrece la natalidad y sigue muy por debajo de los fallecimientos. ¿Para qué tener hijos?; luego sobrarán los viejos. Esa es una tendencia de lo “políticamente correcto” junto a un consumo voraz de drogas.
El homo “incipiens” de Ortega (que esta siempre hacerse y es ilimitado en su capacidad de desarrollo) trocara en “homo demens” (progresa regresivamente hacia el deterioro).