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Adicciones y ludopatías

“La ignorancia es la fuerza” (lo importante es mantener el poder) - Novela “1984”- G.Orwell.

El informe de la Universidad Católica Argentina dice que la Argentina es el segundo país consumidor de drogas de toda América. Además, somos el primer país consumidor en América Latina de cocaína y marihuana junto a Uruguay. A esto debemos sumar la ludopatía que es un elemento clave en las adicciones de hoy.

Un tema importante es el lavado de activos que es la usina multiplicadora de los negocios y por ende la multiplicación “ad-infinitum” de pacientes graves. Es el motor de una economía que ansía tener más esclavos para dominar y más pacientes esclavos a sus demandas y/o como transportadores de sustancias con el pago con las mismas sustancias. Uno de los lavadores de activos más importantes son los casinos y bingos y ahora apuestas de juego; sobre esto el experimentado y brillante periodista colombiano Gerardo Terán dice en un maravilloso trabajo titulado ‘¿Qué tipo de libertad se va a aplicar?’: casinos, bingos y loterías fueron manejados por el Estado hasta los ‘90, luego pasaron a manos privadas.

La gran mayoría están en la provincia de Buenos Aires (30 por ciento del negocio). Una de las máximas entradas son los tragamonedas (81.000) en 306 salas; de cada 100 pesos jugados solo 6 quedan en manos del Estado (informe de Walter Martello, Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires). En cada tragamonedas, se juega 296 dólares diarios los cuales al año generan alrededor de 9.000 millones de dólares.

¿INVERSION PRODUCTIVA?

¿Qué pasaría si ese dinero fuera a una inversión productiva y no sirviera para esquilmar a la población o para justificar dineros mal habidos? Recuerdo un maravilloso Obispo de San Isidro (Buenos Aires) que se opuso por razones religiosas a que en su Diócesis se colocaran salas de juegos de distinto tipos, y sufrió drama y escarnio por esa medida virtuosa. Eran otros tiempos, hoy no le preguntarían a un Obispo. Cincuenta mil millones en casinos, bingos y máquinas tragamonedas, 44 mil en Loto, Quini 6, loterías y quinielas.

A esto hoy se agregan apuestas en el fútbol lo cual hace dudar de ciertos resultados de acuerdo con el juego de apuestas. Parece un chiste ya que si bien el Poder Legislativo en una de sus cámaras se pronunció contra el juego en el futbol se anuncia a toda voz antes de cada partido un premio si participa y al mismo tiempo casi con sorna e hipocresía se dice “prohibido para menores de 18 años”.

Por otra parte, el juego con criptomonedas se está haciendo habitual fomentando una imaginación patológica de ganancias fuera el campo del trabajo. El GAFI, grupo de acción financiera internacional, considera que el juego es uno de los grandes lavadores de activos de actividades ilegales y tiene mucho que ver con el financiamiento del terrorismo internacional y el negocio de la venta de drogas. Esos casi 9.000 millones de dólares anuales representan un robo organizado a la economía real, dice maravillosamente Terán, y eso que él se maneja con datos del 2015. Ahora seguramente subieron mucho y, además no se cita todavía casinos y apuestas. El dilema futuro de la libertad que se proclama es si es libertad es para hacer cualquier cosa, aunque haga mal al sujeto o a la sociedad o la libertad para distinguir entre lo que hace bien o hace mal. La libertad del “para qué” y ahí aparece el bien común, la promoción del capital humano (verdadero capital de los pueblos) y el capital social que es la red institucional que constituye a los grandes países. Remata Terán con el maravilloso ejemplo del General Mosconi que después de crear YPF murió pobre pagando 9 pesos mensuales de una cuota de su casa. “Altri tempi”.

Mientras tanto en” estos tiempos” California, sus políticos y fiscalistas se quejan porque la venta del cannabis legal no supera los 6.500 millones de dólares en cinco años (ni pensemos lo que entra por la venta ilegal con mayor dosis de drogas). El Estado de Massachusetts está preocupado porque bajo un 8 % la venta mensual y en Nueva México un 3% (Benzinga - Publicación especializada americana 2024).

Las drogas están ya naturalizadas. El concepto de salud pública esta cancelado. Es una entrada más presupuestaria.

EL COMBO DEL CONSUMO PANDEMICO

El consumo pandémico se asemeja a un “combo” en donde intervienen elementos derivados y que inter y retro actúan unos con otros:

A)- De la psicopatología infantil especialmente ligados al abandono temprano.

B)- Las variadas crisis de la identidad en ese “segundo nacimiento” que es la adolescencia en donde desde los 11 o 12 años el tabaco, el alcohol y la marihuana empiezan a incidir junto a un cerebro poco evolucionado en las áreas de la humanización creativa (lóbulo frontal y demás estructuras corticales que culminan su evolución a los 25 años).

C)- La escolarización deficiente en la transmisión de contenidos que permitan la comprensión de textos y el inicio del pensamiento abstracto, así como en la transmisión de valores y modelos de vida.

D)- La creciente des-familiarización que genera ausencias de figuras simbólicamente significativas: ya sea el padre o la madre o la familia ampliada (elemento sumamente importante en la formación y contención).

E)- Las patologías concurrentes a las adicciones como las psicopatías adquiridas, las psicosis ligadas a la ingesta de tóxicos, los delirios y alucinaciones concomitantes y las psicosis orgánicas unidas a cuadros crónicos por defrontalización (por ejemplo, infartos cerebrales, hipo-flujos en zonas críticas del cerebro ligadas a lo cognitivo) conforma lo que denomino la infraestructura que forma dependientes o sujetos en busca de un amo (dealer, “padre-Padrone”, “capangas”) y de una sustancia que colme vacíos de sentido y de modelos de vida.

El capital humano (familia, escuela, cultura barrial y territorial) está dañado severamente, ya que miles de jóvenes y adultos tienen patologías crónicas, prevenibles, progresivas y terminales cuando, en realidad, el capital humano es el verdadero capital de los pueblos. También el capital social esta escoriado, o sea la trama de instituciones que rodean un desarrollo (desde las escolares, religiosas, barriales, jurídicas, el Estado mismo).

Asistimos a una sociedad “rota” a lo cual se une una pobreza infantil que alimenta el desempleo y la promoción de una mano de obra esclava para los negociantes de drogas y actividades ilegales. La infantilización de la pobreza nos muestra que los menores son más pobres que el resto de la población.

Los adolescentes son los más vulnerables junto a niños de hogares monoparentales. Incluso hay niños no registrados, sin documentos; “son nadies entre los nadies”. ¿Qué es un padre? ¿Qué es una madre? Datos del primer semestre de 2023 muestran que el 57 por ciento de los niños de 0 a 17 años de nuestro país son pobres, o sea casi 7 millones y medio. El 14,3 por ciento vive en pobreza extrema (1,8 millones) que no cuentan con recursos suficientes para acceder a una alimentación básica. La pobreza infantil alcanzó su punto máximo en la segunda parte del 2020 con un 58 por ciento.

Todos estos datos surgen del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. La pobreza crece a medida que crecen los niños. Entre los 0 y 3 años el porcentaje de niños que viven en pobreza extrema es del 10,4 por ciento; se eleva al 12,5 por ciento entre los 4 y 9 años y luego aumenta al 15 por ciento entre los 10 y 17 años. La mono-parentalidad está comprobada, es una vulnerabilidad muy importante. La figura del padre luce ausente, desconocida, adicta, abandonador, rechazante; o sea una sociedad sin función paterna transmisora. También hay madres que venden drogas con sus hijos (empresa familiar que los sucumbe en la marginalidad y la enfermedad).

LA SUPERESTRUCTURA DE PODER

Sobre esto se monta una superestructura de poder que en su invisibilidad ya se muestra para los que trabajamos en esto y es cada vez más visible. Son varias estructuras de la destrucción que se montan articuladas (muchas en pugna entre sí para ganar negocios a costa de mucho “plomo” o de influencias políticas). No me voy a referir a aspectos conectados con este super Estado que hace de los Estados nacionales meras marionetas como las zonas de producción: Colombia produce más cocaína que petróleo y hace lo posible para producir más y más y por supuesto exportarla. Tampoco me voy a referir a las variadas redes de tráfico mexicanas con enlaces en todos los países. Ni a las zonas de narcomenudeo.

También el papel de la fabricación clandestina en países asiáticos de fentanilo y la variedad de estados americanos en donde la droga fluye con la frialdad ante los miles de “zoombies” que se mueren en las calles.

Muchos movimientos terroristas basan su capital en la venta de drogas y sus dineros fluyen entre empresas que cotizan en Bolsas europeas y americanas. La plusvalía a costa de la muerte de miles y la esclavitud de millones

EL NARCO-MARKETING

Sobre esta estructura de desvalimiento y de intemperie afectiva e incluso alimenticia se monta un narco-marketing de banalización de los daños que sirve a la vez para zurcir daños y traumas, pero solo anestesiándolos por un breve tiempo mientras crece el resentimiento y se van así configurando personalidades antisociales y con daños cerebrales por el consumo precoz. Este narco-marketing tiene una financiación de un Estado supranacional productor de drogas en América latina cada vez más fuerte que transforma a los Estados nacionales en meras marionetas. Este consumo precoz daña porque el cerebro está inmaduro para resistir el embate de los daños que genera el proceso adictivo (pensemos que la maduración recién termina a los 25 años) y además no hay reserva cognitiva.

La reserva cognitiva es nuestra salvación en la vida: educación, escuela, valores familiares y sociales, lectura, deporte, amor y ternura familiar. El cerebro para configurarse necesita de Letras y Amor. Esto constituye una reserva cognitiva para superar traumas tóxicos y psíquicos.

MENTIRAS INSTITUCIONALIZADAS

Se va creando una “neolengua” diría G. Orwell, (en su novela “1984”) en donde la cancelación de muchas palabras es fundamental: daños causados por las drogas, prevención, política anti institucional asistencial, libertad para consumir que no lleva a la esclavitud, etc.

Los grupos que no respeten esta “neolengua” deben ser cancelados y son considerados disidentes. Surgirá la “policía del lenguaje”. No se podrá expresar las propias ideas porque esto lo lleva a la disidencia. La destrucción de la posibilidad de pensar está ahí. Nuevos textos se agregan a la pobre y deficitaria formación escolar porque habrá que “reescribir la historia”. Surge un “Gran Hermano” ideológico que todo lo controla. ¿Para qué leer a los clásicos como Shakespeare, Cervantes? Adoctrinar es la clave. Las palabras familia, hijos, papel sagrado la niñez, el nacimiento tienen menos valor que la promoción del aborto, el consumo libre de drogas, etc.

Surgirá así un sistema de corrección política que genera desde el Gran Hermano ideológico una vigilancia permanente. No importan los datos de la pandemia de consumo ni las consecuencias a la salud pública, ya que se crea la interiorización de la coacción ideológica con la institucionalización de la mentira y el imperio del pensamiento políticamente correcto.