Sociedad sin límites: la palabra robada

Asistimos con asombro a diversas manifestaciones de una sociedad en la cual los límites que establecen un concepto o categoría son cuestionados y esto pasa a ser la nueva verdad. El fenómeno se está dando en todas las áreas y quizás no nos damos cuenta de las consecuencias de no tener marcos referenciales en ningún área. Se busca cambiar el discurso, y las palabras que nos sirven de referencia a la realidad para apoderarse del mismo. Nosotros, entretanto, imaginando la libertad, estamos inmersos en la esclavitud del vacío.

 

Era 2016 y en un programa de radio "Bar el Crimen" entrevistábamos a una persona por la desaparición de una niña de 12 años que había abandonado su hogar. La familia la buscaba desesperadamente. El caso acaparó los medios y durante un mes se la buscó, hasta que por pesquisas inclusive de organismos internacionales se encontró a un sospechoso de haberla secuestrado. 
El mismo confesó posteriormente haberla asesinado y enterrado y el 28 de mayo de 2016, más de un mes después de su desaparición, el 23 de abril de 2016, se encontró el cuerpo de Micaela Ortega. Micaela fue considerada la primera víctima mortal de Grooming. Su asesino, Johnatan Luna, comenzó a purgar una pena de cárcel de por vida, pero cuyo fallo aún no está firme.
Este tipo de delitos y los personas detrás de ellos empezaron a ser detectados cada vez más y en 2020 se sancionó la Ley 27.590, llamada también Ley Mica Ortega. Esta Ley y su Decreto 407/2022 de reglamentación crearon el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes.
La referencia surge porque en estos días los medios y abogados de Bahía Blanca nos notifican que Johnatan Luna dice que cambió de género y por ende deber ser considerado mujer y llamado "Yoana Luna" y exige ir a una cárcel de mujeres. Es interesante ya que el único aspecto que ha cambiado ha sido su autopercepción.
Este tipo de casos ya cotidianos, en los cuales la autopercepción predomina sobre la realidad, se ven en múltiples situaciones como las de género. Por ejemplo, ciertos certámenes deportivos donde ahora la categoría femenina está tomada por hombres biológicos, que se autoperciben mujeres y que en base eventualmente a demostrar durante un periodo de tiempo niveles inferiores de testosterona compiten en torneos femeninos, dejando obviamente a las mujeres por fuera de su propia competencia. O hasta las muy frecuentes ya de violadores que también se autoperciben mujeres y sin ningún cambio, ni control son trasladados a cárceles de mujeres donde evidentemente reinciden y violan a todas las otras internas. Por último, el caso de las asesinas de Lucio Dupuy en el cual el estado pagará por el tratamiento de la pareja de Esposito Valente, la madre biológica de Lucio, para transicionar (tal el verbo) y ser hombre.
¿Qué pasa en una sociedad que altera casos que hasta hace algún tiempo harían la crónica de comedia o la referencia psiquiátrica y ahora pasan a ser casi la norma? Estos casos extremos dejan por debajo la infinidad de hechos menores en los cuáles el cambio de las palabras, la narrativa respecto de la realidad, no busca otra cosa que alterar y por ende apoderarse de un discurso respeto a la misma.
Hace unos días fallece un joven, Leandro Darío Nespral, por el envenenamiento por una droga llamada "moncler verde", otra de las tantas drogas sintéticas emparentadas al éxtasis, MMDA, anfetaminosimiles. El inconveniente es que en una sociedad que busca reconstruir el discurso, se las llama "drogas recreativas", no tóxicos que matan, aunque al igual que el caso de Johnatan Luna, la realidad no necesite reescrituras o nuevas interpretaciones.
Hemos mencionado en otras notas, de qué manera buscan suplantar los temas que hacen al abuso sexual infantil y considerarlos una de las posibles elecciones en cuanto a la sexualidad, poco importan siglos de tradición o si se prefiere el avance que se logró en la protección del maltrato infantil.
En el campo de la salud mental la idea que avanza es que el diagnóstico médico es una estructura perimida e inclusive se expone a la psiquiatría al escrutinio y casi auditoría de una secta seriamente cuestionada en su país de origen, la cienciología (Scientology) y también al movimiento de la antipsiquiatría. Hace ya años, la que seguimos mencionando como "nueva" ley de Salud Mental (26.657) presenta inconvenientes graves que solo aparecen en los medios cuando hay algún episodio policial por alguien que debía estar hospitalizado. Y, de manera muy semejante a la perspectiva de género, en el asesino de Micaela Ortega la ideología se impone a la evidencia, al hecho.
Klaus Schwab presentó luego de su libro el "Gran reseteo", otro que llamó la "Gran narrativa" al año siguiente. Efectivamente vivimos una época en la que la narrativa sustituye a la realidad.
En el campo de la salud lamentablemente tenemos experiencias recientes como se ha mostrado en diversos artículos en esta sección Salud, como por ejemplo el último de Agustina Sucri, "La trama secreta para ocultar la eficacia de la ivermectina en el país" en la cual los pasos típicos de la investigación científica han sido soslayados a favor de un relato que en realidad oculta un interés por detrás.
George Orwell en su 1984 presenta al "Newspeak", la nueva forma de hablar en la que la característica era que se reducía el número de términos, se restructuraba el discurso, se reestablecían valores a los conceptos y a las palabras. Todo esto era auditado por un grupo de editaba la realidad a tal punto que ya nadie sabía qué pasaba. Hoy en redes sociales el uso de ciertas palabras hace que algunos términos o expresiones provoquen el cierre de una cuenta o un cartel dirá "la necesidad de aportar información precisa", ya que la que uno expone así sea científica, no responde a la validez y verificación dada por el "algoritmo".
Cuando los términos son sustituidos, editados de manera cada vez más impersonal, con lo cual la estructura del Gran Hermano imposibilita siquiera el cuestionamiento, en realidad se instala una nueva estructura narrativa en la cual la realidad no la podemos ver y evaluar o informarnos, o intentar formarnos, sino que nos es entregada -en cuanto al contenido y forma- por otra instancia frente a la cual no tenemos otra posición que aceptar el dogma. Así vamos perdiendo nexo con la realidad, es decir etimológicamente estamos alienados, recortados de nuestra propia existencia. 
Las implicancias de este movimiento que avanza de manera avasalladora en nuestra salud son peligrosas, pero el único recurso es revalidar nuestro espíritu crítico y formarnos de manera continua.
El joven que murió por drogas nos ilustra sobre el fenómeno de la adicción. Recordando la etimología de la palabra adicto (esclavo, aquel que adhiere a los dictámenes del otro de manera no crítica), quizás sea buen momento para entender que en este camino de deconstrucción progresiva de los parámetros que definían a la cultura entramos en esta acepción de aceptar pasivamente un discurso, pero también en la esclavitad del adicto que espera desesperadamente se le indique cada paso a dar.
Decimos que el maltrato infantil consistía también en profundizar la característica de aquellos que no podían emitir un fonema, los infantes, los sin voz. Una sociedad infantilizada y que espera le digan qué hacer, no parece un buen porvenir. Habrá que ir viendo hacia dónde avanza la deconstrucción de la cultura.