Un informe analiza el impacto del Covid en la industria periodística de Iberoamérica

Se presentó el informe “Transformaciones y aprendizajes de los medios de comunicación iberoamericanos en la pospandemia”, trabajo que evidencia el impacto que tuvo la emergencia sanitaria durante la pandemia por el COVID -19 en los medios y en el ejercicio periodístico de la región.

El informe se dio a conocer en el marco de la 181ª Junta de Directores de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), organización que estuvo a cargo del relevamiento, en conjunto con la asociación Infociudadana, que se ocupó de la investigación académica.

“Este informe nos muestra qué dejó la  pandemia en la industria periodística iberoamericana; las lecciones, la capacidad de reacción  y los daños que persisten”, señaló el presidente de Adepa, Daniel Dessein, durante la presentación.

Por su parte, Adriana Amado, presidenta de Infociudadana, dijo que “este estudio comparativo nos permitió ver una de las paradojas de lo que pasó con los medios y los periodistas durante la pandemia. Los periodistas fueron considerados esenciales sin embargo no contaron con el respaldo de políticas públicas que les permitiera desempeñar esa esencialidad con plenitud y sin riesgo para su vida”.

El informe “Transformaciones y aprendizajes de los medios de comunicación iberoamericanos en la pospandemia”, realizado de manera conjunta entre Adepa e Infociudadana, analiza el impacto de la COVID-19 en los medios de comunicación masivos de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Panamá, México, Honduras, Nicaragua y España.

Durante la pandemia, el mundo entero se detuvo, pero la industria periodística funcionó con una intensidad extraordinaria. Los profesionales de medios no solo debieron responder a una demanda de información sin precedentes, sino también enfrentar desafíos adicionales asociados a la falta de financiamiento, la labilidad de la seguridad física y laboral, la reestructuración de las condiciones y los modos de trabajo y fenómenos como la desinformación, entre otros aspectos.

En la presentación, realizada en el auditorio de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), el presidente de Adepa dijo que “en Latinoamérica la recuperación ha sido relativa, dejando vulnerable al periodismo, en tiempos en el que su función se torna más necesaria”.

“En el período analizado -agregó Dessein– crecieron los niveles de polarización, desinformación y debilitamiento institucional de nuestras sociedades. El periodismo es un factor imprescindible para contrarrestar estos avances. Por eso es tan relevante contar con un diagnóstico adecuado sobre la salud de la prensa para poder plantear vías adecuadas para su recuperación y fortalecimiento”.

Por su parte, Amado explicó que “la pandemia generó que la humanidad acelerara los tiempos de digitalización, y a su vez mostró que no en todos los lugares de Latinoamérica en contraste con España, estaba la estructura necesaria para que la conectividad fuera confiable. Si bien esto es crítico para toda la sociedad, es excluyente para la labor y función de medios y periodistas de localidades donde no hay buen acceso a la conectividad”.

PUNTO DE PARTIDA

A partir de un relevamiento exhaustivo de políticas públicas, legislaciones y normativas específicas, datos primarios y entrevistas con actores clave del sector, el estudio realizado por Adepa e Infociudadana constituye un insumo valioso para comprender las tendencias de la industria que surgieron o se aceleraron a partir de una circunstancia excepcional, como fue la pandemia. Al mismo tiempo, aporta claves para pensar medidas que puedan fortalecer la sustentabilidad de los medios con el futuro como horizonte.

Los principales hallazgos del informe se centran en las medidas adoptadas por actores gubernamentales, asociaciones profesionales y gremiales, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales. En este aspecto, se indagaron aquellas acciones de tipo financieras, laborales, sanitarias, tecnológicas y legislativas enfocadas en brindar apoyo a la industria en general y a los profesionales.

Algunas de las conclusiones que se desarrollan en el informe:

En la mayoría de los países los profesionales de medios fueron declarados “trabajadores esenciales”. No obstante, esa habilitación no significó que fueran considerados personal de riesgo, aunque en su trabajo estuvieran expuestos al COVID-19. 

La pandemia ocasionó una caída de los ingresos que obligaron a los medios a tomar medidas para evitar despidos masivos o cierres. Paradójicamente, la demanda de información de las audiencias tuvo un aumento significativo.

Los trabajadores de medios no sólo no fueron beneficiarios de políticas específicas de protección sanitaria, sino que el comienzo de las campañas de vacunación en los países analizados tampoco los contempló como uno de los grupos a ser priorizados, a pesar de los pedidos de las asociaciones que los representan.

Los sistemas de medios de cada país se vieron afectados por la pandemia de COVID-19. A pesar de las medidas que cada medio creyó conveniente asumir frente a la caída en la inversión publicitaria, hubo cierres, despidos, reestructuraciones de personal y algunos medios gráficos pasaron a operar enteramente como digitales.

Ante la generalización de la modalidad de teletrabajo en el sistema de medios a partir de la emergencia sanitaria, se puso de manifiesto la necesidad de contar con las herramientas de conectividad y tecnología apropiadas para que los profesionales pudieran hacer frente a sus rutinas profesionales de manera virtual.

Los profesionales de la información debieron enfrentar cuestiones sanitarias y manejar información médica por fuera de lo habitual. Esta necesidad de capacitación fue tomada principalmente por organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales, en algunos casos con alianzas con universidades, empresas y medios de comunicación.

La dificultad en el acceso a la información pública fue uno de los obstáculos que los periodistas debieron enfrentar durante la pandemia. El retraso en la carga de información sobre casos y cantidad de personas vacunadas fue otra constante. En este contexto, instituciones como John Hopkins o Our World in Data cobraron mayor protagonismo. También lo hicieron actores individuales como científicos o metodólogos, que recopilaron datos e informaron durante toda la pandemia a través de Twitter.