EL PULSO DE LOS MERCADOS

Desaparece el apetito al riesgo

 El mercado ha arrancado marzo con calma, a pesar de que varios miembros de la Fed anticiparon una serie de aumentos de tasa de interés de un cuarto de punto en cada uno de los próximos encuentros. Alivia, al setenta por ciento de los encuestados, que no se piense en un sablazo de medio punto para el encuentro del miércoles 22.

  Nos encaminamos a conocer los próximos días numeros importantísimos de la primera economía mundial. El viernes 10, los datos de desempleo. Actualmente está en 3,4 % y el mercado espera mayoritariamente un alza ínfima hasta el 3,5 %. El martes 14, vendra la inflación minorista, que se encontraba en febrero en el 6,4 % anual. Los analistas ponen todo de sí tratando de anticipar qué es lo que viene. Se coincide en que el empleo estadounidense está firme, pero algunas cifras que miden el nivel de actividad muestran que la economía ha comenzado a amesetarse e incluso a hundirse. Sobre todo en el sector inmobiliario que se encuentra entre un 40 y un 50 % por debajo del nivel que ostentaba antes de que comenzara el brutal aumento de tasas de la Reserva Federal (desde cero al 4,75 % anual de hoy en día). Lo que se mantiene estable es el tandem ingreso y gasto personal.

  Horas atrás conocimos una encuesta de la Asociación Nacional de Economía de Negocios de Estados Unidos (NABE, por sus siglas en inglés). El 58% de los 48 economistas encuestados pronosticó que habrá una recesión este año; el mismo porcentaje había respondido así en el sondeo de diciembre. Pero solo una cuarta parte considera que ello ocurrirá antes de fines de marzo, la mitad de lo que pensaban lo mismo en diciembre. Una tercera parte de los que respondieron ahora creen que habrá una recesión entre abril y junio. Una quinta parte cree que vendrá entre julio y septiembre.

  En este contexto, el dólar se mantiene 1,06 contra el euro y 136,50 contra el yen. En las apuestas gana con claridad la percepción de que seguirá el ciclo del dólar fuerte, tal como lo muestra el fly to quality a la moneda estadounidense y, como segunda alternativa, a los bonos del Tesoro que están en su versión de diez años al 4,50 % anual, un valor histórico muy alto que <prueba el poco apetito al riesgo.

Las cotizaciones del oro y la plata tienen serias posibilidades de mantenerse en los niveles actuales; el primero en 1.800 dólares la onza, y 21 dólares, la segunda, pero sin grandes pretensiones de alzas, al menos en el corto plazo.

LAS CRIPTOS

  Las criptomonedas han perdido enorme terreno por el aumento del costo del dinero. Pero el peor golpe a su reputación lo recibieron por causa de la retahila de escándalos, gatillados por los controles defectuosos a las empresas que operan en este segmento tan promisorio.

Me parece importante recordar que cuando uno invierte dinero en un banco o en un broker hay un montón de instancias públicas que controlan hacia dónde va ese dinero, cuál es la palanca que aplica el inversor, cuál es el perfil del cliente... Esto no existe en el mercado cripto y por eso los terribles golpes. El último devastó a Silvergate, un banco vinculado a Binance. Todo esto me lleva a pensar que, si bien las cripto se mantienen razonablemente a flote, le va a llevar bastante tiempo poder recuperar los brillos de un par de años atrás.

Para que usted tenga una idea del colapso, señalemos que el volumen actual de operaciones con el bitcoin es un 20 % del promedio histórico; y en el ethereum es entre el 10 y el 15 %. Se están explorando nuevas alternativas, con menos riesgos.

Se trata de confirnar el peligro al tradicional riesgo de precios que ocurre en todas las inversiones tradicionales. Y que desaparezca de un plumazo el riesgo de créditos, es decir que nadie tenga dudas sobre el destino de su dinero, que no desaparezca un día como por arte de magia.

  A mis clientes de Aconcagua Capitals, desde que se desató el infierno cripto un año atrás, les sugiero que la mejor manera para reducir el riesgo de crédito es apostar a los ETF vinculados a los valores del bitcoin, ethereum, etc. El BITO, por ejemplo, que puede comprarse en cualquier broker regulado por la SEC. Así, se evitan las malversaciones como la que hizo FTX. Se corre solo el peligro del desplome de precios, como pasa con acciones y bonos.