Con perdón de la palabra

El club Evaristo (IV Parte): el caso del 'Invincible'

En la reunión de junio no se trataron asuntos policiales pues fue algo así como una tenida blanca, con participación de las familias de Los Evaristos. Se trató de un almuerzo, milanesas con  papas fritas reemplazaron al puchero habitual y, dado el aumento de participantes, el comedor principal suplantó al más pequeño, presidido por la imagen del Plus Ultra. Bullicio de chicos corriendo y  charlas femeninas se aposentaron en el Asturias, contrastando con  cierta circunspección que caracterizaba los encuentros formales del club. Firpo, el gato barcino observaba con aire de dignidad herida la irrupción en sus dominios de los depredadores infantiles. ­

Tampoco en julio sesionó el club, pues las vacaciones de invierno  y la feria judicial dispersaron a sus miembros. De manera que recién el último viernes de agosto se retomaron las actividades. Le tocó exponer a Matías Zapiola. Orilla éste el medio siglo de existencia, es de los últimos porteños que usan chaleco, tiene el pelo tordillo y una red de finas venitas le enciende las mejillas. Habla con propiedad, utiliza a veces términos camperos y se esfuerza por evitar que se le escapen en público las malas palabras que emplea  coloquialmente.

-Pues sí, señores -empieza diciendo-, esta noche voy a desarrollar un tema que tal vez pueda discutirse si ya es histórico o todavía pertenece al ámbito periodístico. Porque se trata de un asunto vinculado con la Guerra de Malvinas.

-Pero la Guerra de Malvinas no es un hecho policial -observó Cueto-. Y los que tratamos aquí tienen que ver con crímenes y esas  cosas. ­

-Sí, pero el club se ocupa de casos policiales en sentido amplio. Yo diría que mejor sería definirlos como casos misteriosos o que presentan aspectos no suficientemente aclarados. El que voy a desarrollar constituye un verdadero enigma y les aseguro que vale la pena analizarlo. Además, nadie se opuso cuando lo propuse hace dos meses. No vengan a jo...robarme ahora.

-Metele nomás. ­

-Con relación a la Guerra de Malvinas casi no quedan actual mente hechos que no sean conocidos y admitidos por las partes enfrentadas. Más aún: quizá el que voy a exponer sea el único res pecto al cual se mantengan posiciones opuestas entre la Argentina y Gran Bretaña. Y consiste en el resultado del ataque llevado a cabo por pilotos argentinos contra el portaviones Invincible.

"Empezaré por recordar sucintamente cómo se realizó. Que efectuaron dos aviones Super Etendard de la Aviación Naval, tripulados por el capitán de corbeta Alejandro Francisco y el teniente de navío Luis Collavino, quienes portaban el último misil Exocet con que contaba la Armada. A esos dos aparatos los acompañaron cuatro Douglas A4C de la Fuerza Aérea, a cargo de los primeros tenientes Ernesto Rubén Ureta, José Vázquez, Omar Jesús Castillo y el alférez Gerardo Guillermo Isaac. Dos Hércules KC 130, también de la Fuerza Aérea, se encargaron de reabastecer en dos oportunidades a las máquinas. Que, el domingo 30 de mayo de 1982, a mediodía, despegaron de Río Grande para, dando un largo rodeo, caer desde el sureste sobre el portaaviones, cuya presencia se había establecido mediante la intercepción y rastreo de comunicaciones radiales''.

"Enganchado un buque grande por los radares de la escuadrilla, a unas 24 millas náuticas del blanco fue disparado el Exocet y los Super Etendard emprendieron la vuelta. Los A4C prosiguieron tras el misil, sus pilotos observaron al buque envuelto en humo y recibieron fuego de las defensas de éste, siendo derribados los aparatos  de Vázquez y Castillo. Ureta e Isaac continuaron el ataque, disparando sus cañones y arrojando sus bombas de 250 kilos sobre el objetivo. Después, mediante un viraje cerrado, iniciaron la retirada.  Cumplida la misión y oportunamente reabastecidos, los aviones que  no habían sido abatidos regresaron a Río Grande, siendo recibidos con entusiasmo. Vázquez y Castillo se incorporaron a la brillante legión de soldados argentinos que dieron la vida por su patria. Mis amigos, los invitó a rendir homenaje a esos héroes no suficientemente recordados, caraj...''

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RESPETUOSO SILENCIO­

Se levantó Zapiola, también lo hicieron los demás y permanecieron en silencio un momento. Después prosiguió el expositor.

"Ureta e Isaac jamás abrigaron dudas en cuanto a que la nave atacada fuera el Invincible. Los ingleses lo niegan, agregando que  pudo tratarse de los restos humeantes del Atlantic Conveyor, alcanzado días antes por dos Exocet, o de la fragata Avenger que dicen andaba por allí y repelió la agresión''.

"Lo cierto es que, a partir de esa operación, disminuyeron los vuelos de aviones británicos y que, concluida la guerra, el Invincible no volvió a Inglaterra con el resto de la flota sino que lo hizo meses después, el 17 de septiembre, mostrando un sector recién pintado y sin que se informara dónde estuvo mientras tanto.

-Curioso, pero todo eso no termina de probar que el portaaviones haya sido alcanzado por nuestra aviación -reflexionó Kleiner. ­

-No, no lo prueba. Pero todavía hay mucho más. Dejame terminar, la gran siete -respondió Zapiola. ­

"Con motivo de la exploración petrolera realizada por Gran Bretaña en el fondo del mar que rodea las Islas Malvinas, la compañía adjudicataria pidió a las autoridades un mapa detallado, donde fi guraran los buques hundidos en la zona, a fin de no operar sobre los llamados cementerios de guerra. El mapa aportado por los ingleses incluyó los barcos echados a pique en la batalla naval de las  Falkland, durante la guerra del 14, y los hundidos en 1982. Señalados todos con un puntito rojo, el nombre del buque y la fecha en que fue  enviado al fondo del océano''. ­

"Lo que no parece razonable ni congruente es que, en el mapa, figura un puntito rojo sin el nombre del barco respectivo ni la fecha en que se hundió. Y ocurre que la ubicación de ese punto colorado, desprovisto  de todo dato, coincide con el lugar donde fue atacado el portaaviones Invincible, en mayo del 82''. ­

-¡A la pucha! -exclamó O'Connor. ­

-Sí, a la pucha. Pero eso no es todo. ­

"Si bien el dato que acabo de aportar es harto sugestivo, queda en pie una grave dificultad. Pues, aunque con retraso y recién pintado, el portaaviones habría entrado finalmente a Portsmouth en septiembre de 1982, como dije. Cosa que indicaría que, al fin de cuentas, no fue hundido en el mes de mayo''.­

"Planteada esta duda, duda capital por cierto, un marino me  suministró la información siguiente, que contribuiría a despejarla: el Invincible tenía dos  portaaviones mellizos. Que se llamaban el Ilustrious y el Ark Royal. Alguno de los cuales pudo entrar a puerto haciéndose pasar por aquél''.

"Sin embargo, aún subsistiría una objeción atendible, que me han formulado recientemente: parece materialmente imposible que, a lo largo de tantos años, los numerosos tripulantes que se hallaban a bordo del Invincible cuando el ataque hayan guardado silencio, manteniéndolo en secreto. Por severas que fueran las instrucciones recibidas para no hablar, cuesta creer -me dicen- que se las respetara  durante tan largo tiempo''.

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LYNDA CASH­

"Pero puedo responder a la objeción: no todos los tripulantes se  callaron. El que primero habló fue un enfermero transexual del portaaviones llamado Brian Cash quien, después de terminada la guerra, optó por llamarse Lynda Cash y que, según informó el diario  Clarín del 20 de noviembre del 2002, aseguró padecer un trauma por haber tenido que tratar "terribles heridas'' en la enfermería del Invincible, debido a los feroces ataques de aviones argentinos durante el conflicto''. ­

"Pero no es el travestido Cash el único testimonio proveniente  del lado británico que confirma la eficacia del ataque al portaaviones. En efecto, Leandro Fernández Rivas escribió en la revista Políticamente Incorrecto de marzo-abril 2012: en una entrevista televisiva, el príncipe Andrés, duque de York, habló del momento en que el barco estuvo bajo ataque (el príncipe actuó en la guerra como helicopterista y estaba embarcado en el Invincible): `Recuerdo mo mentos de hilaridad, dijo, estábamos bajo ataque de misiles y un día un amigo y yo estábamos tratando de terminar el `cubo Rubik'.­

Y cuando tuvo lugar el ataque del misil, lo completamos. Nos ordenaron que nos acostemos sobre cubierta, nos pusimos a cubiert  con el cubo terminado entre nosotros'. ­

"Si de testigos se trata, el príncipe Andrés resulta, sin duda, un  testigo calificado''. ­

"Más adelante, Fernández Rivas cita al comodoro Roberto Briend, quien condujo uno de los Hércules que reabastecieron a los aviones argentinos aquel día y a quien tengo el gusto de conocer. El cual, respecto a lo declarado por el príncipe comentó: `Sería la primera vez que un inglés habla sobre el tema. Será que no estábamos tan equivocados los que hablábamos del bombardeo al Invincible'''.  ­

"Los británicos han establecido un plazo de 90 años para fran quear el acceso a determinadas informaciones vinculadas con la Guerra de Malvinas. De modo que, seguramente, aún habrá que esperar hasta que admitan las consecuencias del ataque llevado a cabo el 30 de mayo de 1982. Por mi parte, reunidos y armonizados los elementos de juicio que acabo de presentarles, considero que el enigma del Invincible ha dejado de serlo''.

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CAVILACIONES­

Los presentes se quedaron pensando al concluir Zapiola su ex posición. Hasta que Ferro expresó: ­

-Coincido con vos. La suma de indicios que has mencionado conduce, estimo, a la conclusión de que el ataque no sólo existió sino que fue exitoso. Ahora bien, según se dijo, en algún momento  también fue alcanzado el otro portaaviones inglés que estaba en  Malvinas, el Hermes. Si eso hubiera sido así, los aviones británicos habrían tenido que dejar de operar. Sin embargo, aunque los vuelos parece que disminuyeron, no cesaron por completo. ­

-Es cierto. Pero, por un lado, yo no he traído a colación el caso del Hermes, porque nunca estuvo muy claro. Además, dicen que fue averiado y reparado. A lo cual hay que agregar que, según parece, los norteamericanos mandaron el portaaviones Saratoga para ayudar a los ingleses. Pero, insisto -remató Zapiola-, el caso que yo vine a exponer es el del Invincible y creo que debemos reducirnos a tratar el mismo.­

-Tenés razón -intervino Gallardo-. Y también me inclino a creer que el Invincible fue hundido por nuestra aviación en la Guerra de Malvinas.  ­

Tal fue la opinión que se adoptó por mayoría. Fabiani votó en contra porque dijo que necesitaría más pruebas para sumarse a los demás. ­

Esa noche, además de brindar por la memoria del comisario  Meneses, se rindió homenaje a los pilotos Vázquez y Castillo, caídos en cumplimiento de su deber.­