Garrincha ocupó el trono de Pelé
El baúl de los recuerdos. O´Rei se lesionó muy pronto en el Mundial de Chile ´62. La corona pasó a manos de Garrincha, que condujo a Brasil al título. En cuartos de final, se lució en un triunfo contra Inglaterra.
Pelé probó puntería. Su remate sacudió un poste del arco del checo Viliam Schroif. Justo en ese instante, a los 30 minutos de juego, O´Rei cayó como fulminado por un rayo. Se había desgarrado. El Mundial de Chile ´62 se terminaba para él y complicaba las aspiraciones de Brasil de retener el título conseguido cuatro años antes. Los campeones necesitaban un salvador y entonces apareció Garrincha en todo su esplendor. El extraordinario puntero derecho ocupó el trono del atacante herido y condujo a los verdiamarillos hacia la gloria. Pero antes, en cuartos de final, deslumbró con una formidable actuación contra Inglaterra.
Después de vencer 2-0 a México con goles Mario Zagallo y Pelé y de empatar 0-0 con Checoslovaquia el día de la lesión de O´Rei, Brasil encontró un sustituto acorde en Amarildo. El atacante del Botafogo marcó los dos tantos en el triunfo 2-1 sobre España que catapultó al equipo conducido técnicamente por Aymoré Moreyra a la siguiente instancia.
Aunque había rendido más de lo esperado, Amarildo, el suplente que tenía destino de espectador de las hazañas de Pelé, había conseguido disimular la ausencia de O´Rei. Pero no era suficiente. Brasil necesitaba algo más. Le hacía falta un fenómeno para sustituir a otro fenómeno. Y el indicado era nada más y nada menos que Garrincha, el socio del genio del Santos en las aventuras triunfales de Suecia ´58.
Manuel Francisco do Santos había nacido el 28 de octubre de 1933 en Pau Grande, un humilde barrio de Río de Janeiro. Las privaciones dominaban la vida de esa familia con 15 hijos. Manuel tenía la pierna derecha seis centímetros más corta que la izquierda, sus rodillas estaban demasiado juntas y sus pies estaban girados hacia el centro. En síntesis: era patizambo. Se movía con cierta dificultad, lo que llevó a sus hermanos a apodarlo Garrincha, pues se parecía a esa ave veloz y de torpes desplazamientos.
Para los hinchas del Botafogo, el equipo al que había llegado en 1951 a los 18 años, era Mané. Muy pronto, ese apelativo pasó de boca en boca y fue repetido con admiración por los simpatizantes de todo el país.
Garrincha viajó a Suecia convocado por el técnico Vicente Feola. Sin embargo, el DT se resistía a incluirlo en el equipo por el consejo del psicólogo Joao Carvalhaes, quien sostenía que el jugador “tenía botellas en vez de sesos en la cabeza”. Más allá del juicio profesional de Carvalhaes, el entrenador recurrió a Pelé y a Garrincha, los dos jóvenes diamantes en bruto del plantel. Con ellos, Brasil fue campeón en 1958.
En Chile, cuando Pelé se lesionó, el fabuloso Garrincha, rápido, habilidoso, capaz de dejar con sus amagos a los defensores con las piernas anudadas, dijo presente en el momento en el que su selección buscaba un líder futbolístico.
UN GENIO SIN LÍMITES
El juego de Garrincha no tenía grandes misterios. Tomaba la pelota, encaraba a su marcador y quebraba la cintura una y otra vez para sacárselo de encima. Llegaba con pelota dominada hasta la línea de fondo y enviaba el centro para el remate de Vavá que, invariablemente, terminaba en gol. Todo el mundo sabía qué iba a hacer. Nadie era capaz de detenerlo.
El entrenador de Inglaterra, Walter Winterbottom, estaba al tanto de cuánto dependía Brasil de Garrincha. Sí, Amarildo había sorprendido con sus buenos desempeños, pero el máximo argumento de los verdiamarillos era ese puntero de gambeta indescifrable.
Winterbottom sabía que Ramon Wilson, el encargado de custodiar a Mané, necesitaba ayuda para no fracasar en su misión. El público británico solía decirle Ray a ese defensor cuya madre había decidido bautizarlo Ramon, por su admiración por el actor mexicano Ramón Novarro.
De baja estatura, rápido y con tendencia a proyectarse en ofensiva, Wilson contó con varios colaboradores para detener a Garrincha ese 10 de junio del ´62 en el estadio Sausalito, en Viña del Mar. El defensor del Huddersfield Town debía esperar que Robert Charlton -en primera instancia- y Ronald Flowers -luego- intentaran despojar del balón al puntero brasileño y, en caso de fracasar, le tocaba a Wilson enfrentar a un jugador que, en los planes ingleses, ya iba a estar cansado de forcejear con una marca tan pegajosa.
El técnico inglés se equivocó. Garrincha era lo suficientemente astuto para no quedarse afincado sobre el costado derecho. Se movió hacia la habitual posición de Pelé y desde el centro del ataque comandó las acciones ofensivas de su equipo. El trío Bobby Charlton-Flowers-Wilson no tuvo la más mínima posibilidad de controlar al imprevisible genio que tenía el número 7 en la espalda.
Pero Garrincha hizo mucho más. Zagallo ejecutó un córner y el puntero del Botafogo, que solo medía 1,69 metro, le ganó en el salto al zaguero Maurice Norman, de 1,85, y con un cabezazo abrió la cuenta para Brasil. Unos minutos más tarde, los ingleses igualaron cuando Gerry Hitchens venció al arquero Gilmar luego de capturar un rebote en el travesaño tras un remate de Jimmy Greaves.
El primer tiempo terminó 1-1 y, si bien Garrincha ya había hecho de las suyas, en el complemento se encargó de sentenciar el triunfo de los campeones del mundo. Un tiro libre de Mané impactó en el pecho del guardavalla Ronald Springett y la pelota le quedó mansita a Vavá, quien se encargó de desnivelar.
Un rato después se produjo la obra cumbre del wing brasileño. Amarildo le alcanzó la pelota a unos metros del área grande británica. Garrincha amagó y se quitó en encima a Bobby Moore. Luego enganchó hacia el centro y pasó entre Norman y Wilson. Dio unos pasos y sacó un preciso remate que se incrustó en el ángulo superior izquierdo del arco de Springett. Un golazo.
Brasil ya estaba en semifinales y se encaminaba hacia el bicampeonato del mundo. Con Garrincha sentado en el trono de Pelé, todo era posible.
LA SÍNTESIS
Brasil 3 - Inglaterra 1
Brasil: Gilmar; Djalma Santos, Mauro Ramos, Zózimo, Nilton Santos; Didí, Zito, Zagallo; Garrincha, Vavá, Amarildo. DT: Aymoré Moreira.
Inglaterra: Ronald Springett; James Armfield, Maurice Norman, Robert Moore, Ramon Wilson; James Greaves, Ronald Flowers, John Haynes; Bryan Douglas, Gerald Hitchens, Robert Charlton. DT: Walter Winterbottom.
Incidencias
Primer tiempo: 31m gol de Garrincha (B); 38m gol de Hitchens (I). Segundo tiempo: 8m gol de Vavá (B); 14m gol de Garrincha (B).
Estadio: Sausalito (Viña del Mar). Árbitro: Pierre Schwinte, de Francia. Fecha: 10 de junio de 1962.