Banks le ganó a Pelé, pero no pudo con Brasil

El baúl de los recuerdos. Una atajada formidable del arquero inglés ante un cabezazo demoledor de O´Rei quedó para siempre en la historia. Pero en ese partido de México ´70 el triunfo fue para los verdiamarillos.

“Yo marqué el gol, pero Gordon Banks lo paró”. Las palabras de Pelé parecían albergar una contradicción. Pero no era así. O´Rei sacó uno de sus mortíferos cabezazos que la mayoría de las veces terminaban dentro del arco rival. Sin embargo, el 7 de junio de 1970 apareció en escena ese inglés campeón del mundo en el ´66 para contener ese testarazo que le permitió protagonizar la atajada más famosa de la historia de los Mundiales. Más allá de esa fantástica jugada, la victoria quedó en poder de Brasil, esa mágica constelación de estrellas que siguió su camino hacia el título en tierras mexicanas.

El partido entre Brasil e Inglaterra por la segunda fecha del Grupo 3 se palpitaba como un auténtico duelo de campeones. Los verdiamarillos, ganadores en 1958 y 1962, se medían con los británicos, vencedores en 1966 en un polémico certamen en el que los sudamericanos, con un equipo superado por el peso de los años pero con Pelé en su esplendor, habían sucumbido en la ronda inicial, apaleados por la violencia de portugueses y búlgaros.

La primera demostración de que ese choque estaba destinado a quedar en la historia se dio muy temprano. Apenas se habían jugado diez minutos cuando un largo pase de Carlos Alberto derivó en una escapada de Jairzinho por el costado derecho. El centro al segundo palo hizo blanco en Pelé. O´Rei se elevó con esa gracia que hacía verlo detenido en el aire y, de pronto, sacó el cabezazo hacia abajo con una velocidad brutal que contrastaba con la delicadeza de sus artísticos movimientos. Banks se lanzó hacia su derecha y con la mano izquierda elevó la pelota por arriba del travesaño. Un aullido de admiración atronó en el estadio de Jalisco, en Guadalajara.

Esa acción le hizo honor a la expectativa que había despertado el encuentro. ¿Cómo no iba a detenerse el tiempo si de un lado estaban Pelé, Jairzinho, Tostao y Rivelino y del otro Bobby Moore, Bobby Charlton y Banks?  Aunque ese día faltó Gerson, Brasil todavía disponía de un cuarteto de fenómenos del fútbol ofensivo reunido por el técnico Mario Zagallo y que se apoyaba en el incansable trabajo de Clodoaldo en la marca y las proyecciones del capitán Carlos Alberto.

Inglaterra conservaba a los héroes del ´66 Moore, Charlton, Banks, el goleador Geoffrey Hurst, Allan Ball y Martin Peters. Es cierto que faltaba la mitad del equipo que había triunfado cuatro años antes, pero el técnico Alf Ramsey había conformado una selección que estaba en condiciones de defender su corona. Claro, una cosa era defender la corona contra un rival común y corriente y otra era hacerlo enfrentando a un conjunto tan maravilloso como ese Brasil de 1970.

Ramsey había decidido que Allan Mullery marcara a Pelé y que Terry Cooper se encargara de frenar las incursiones de Jairzinho por el flanco izquierdo de la defensa. Después, como siempre, Ball y Peters correrían por los costados para los cabezazos de Hurst y la potencia de Francis Lee. Esa receta contaba con un aliado involuntario: Félix, el arquero brasileño, era muy frágil en el juego aéreo.

Brasil, en cambio, compensaba la ausencia del estratega Gerson con el ingreso de Paulo César, otro número diez. Eso obligaba a Pelé a retrasarse unos metros para participar más en la elaboración del juego, la habitual misión del calvo mediocampista del San Pablo. La idea del técnico, revolucionaria como pocas, consistía en que los mejores debían estar dentro de la cancha sin importar qué posición ocuparan en sus respectivos equipos. Por supuesto cada uno de los integrantes de ese quinteto de ensueño -Pelé, Gerson, Rivelino, Tostao y Jairzinho- debió aprender a convivir en esa asombrosa sociedad al servicio del buen fútbol.

La increíble atajada de Banks pareció apuntalar a Inglaterra, que asumió el control del partido. De hecho, dispuso de las dos mejores oportunidades para abrir el marcador, pero los cabezazos de Hurst y Peters no tuvieron la puntería necesaria y otro de Lee fue bien contenido por Félix. Brasil atacaba esporádicamente, pero en cada intento dejaba en claro que su mayor riqueza individual bastaba para tener en jaque a su adversario.

Todo cambió en la segunda mitad. Los vediamarillos dominaron con claridad. Carlos Alberto y Everaldo corrían por los costados y acosaban a la retaguardia británica. Tostao se movía a la punta izquierda para crear superioridad numérica sobre Tommy Wright.

Cerca del cuarto de hora inicial, Tostao se le escapó nuevamente al marcador de punta y luego a Mullery y a Moore. Le alcanzó la pelota a Pelé. O´Rei, custodiado por Brian Labone, retuvo el balón el tiempo justo para captar también la atención de Cooper. Esa pausa, perfecta, calculada con una precisión científica, bastó para que Jairzinho quedara libre y recibiera el pase con tiempo y espacio para doblegar a Banks.

El 1-0 les permitió a las huestes de Zagallo manejar a gusto los tiempos del partido. Los británicos corrieron en busca de la igualdad. Ramsey pensó que no tenía sentido luchar por el control del juego y sacó del terreno a Bobby Charlton para hacer ingresar a Jeffrey Astle, quien tuvo una buena oportunidad, pero falló por poco. Colin Bell reemplazó a Lee. A todo o nada con el equipo entregado a la ofensiva. La insistencia no tuvo recompensa. Si hasta estrelló un disparo en el travesaño... Brasil se quedó con la victoria en un partidazo.

“No habrá un partido mejor durante el resto del campeonato”, profetizó el periodista británico David Miller. Tuvo razón. Ganó Brasil, aunque ese día Pelé haya perdido con Banks.

LA SÍNTESIS

Brasil 1 - Inglaterra 0

Brasil: Félix; Carlos Alberto, Brito, Wilson Piazza, Everaldo; Paulo Cesar, Clodoaldo, Rivelino; Jairzinho, Pelé, Tostao. DT: Mario Zagallo.

Inglaterra: Gordon Banks; Thomas Wright, Brian Labone, Robert Moore, Terence Cooper; Alan Ball, Alan Mullery, Robert Charlton, Martin Peters; Francis Lee, Geoffrey Hurst. DT: Alfred Ramsey.

Incidencias

Segundo tiempo: 14m gol de Jairzinho (B); 18m Colin Bell por Lee (I); 18m Jeffrey Astle por R. Charlton (I); 23m Roberto por Tostao (B).

Estadio: Jalisco (Guadalajara). Árbitro: Abraham Klein, de Israel. Fecha: 7 de junio de 1970.