La figura de Joaquín Castellanos
Por Diego Cornejo Castellanos *
Cada etapa histórica se caracteriza por sucesos y protagonistas que de un modo u otro dejan su impronta en la vida de los pueblos, y de ese modo la definen. La azarosa, creativa, polémica, y por momentos inasible figura del doctor Joaquín Castellanos, a mi criterio fue una de ellas, no sólo para la Salta que lo vio nacer, sino también en el escenario político y literario de nuestro país donde desarrolló su existencia, hasta su muerte acaecida el 28 de septiembre de 1932, en un Clínica del partido de Tigre (Buenos Aires).
Su figura amerita ser conocida y analizada por cuanto fue un ser esencialmente humanista, que poseyó una visión universal de la vida, pero en donde la Patria, nunca estuvo ajena en cada una de sus acciones. Si algo distinguió a su personalidad fue la vastedad de conocimientos desde los pensadores de la antigüedad hasta una intensa lectura de la Biblia, con el tiempo abandonó sus prácticas religiosas que abrevó desde su nacimiento. Ya en sus mocedades, se sintió influenciado por la filosofía positivista imperante en su época, de igual modo se interesó por los nuevos movimientos intelectuales tan en boga en Europa, en esa etapa de transición entre los siglos XIX y XX.
Las generaciones precedentes y actuales de salteños tienen conocimiento parcial acerca de su vida, solamente de aquel Joaquín Castellanos, que en plena juventud saltó a la fama con su poema "El Borracho", publicado en 1887 en Capital Federal, que bien vale destacar fue sin duda fue su obra literaria más popular, aunque no la más sobresaliente, como el Nuevo Edén, El Viaje Eterno, La Gran Querencia, Tierra Madre, etc.
Otros lo recuerdan por su actuación en las revoluciones de 1880 y 1890, a raíz de esta última nace una nueva fuerza política: La Unión Cívica Nacional, que luego del acuerdo político entre los generales Roca y Mitre, cambia su denominación en la primera Convención Nacional en Rosario en 1891. Encabezada por su caudillo el Dr. Leandro N. Alem y por moción del joven convencional Castellanos se le agregó el aditamento "radical", como expresión de "efectuar una depuración radical de la vida política argentina".
Con el transcurso del tiempo, cada vez con mayor intensidad, irrumpen en el alma del joven salteño, dos pasiones que serían determinantes para su vida: la literatura y la política. Con igual empeño inició su carrera política, impregnada de idealismo y espíritu casi místico por la Argentina. Sus estudios los cursó primero en Salta, y luego los secundarios los concluyó en Rosario de Santa Fe.
Años después radicado en Buenos Aires, vuelca sus inquietudes en el periodismo y la poesía, obteniendo logros en su producción intelectual: en 1884, su poema `El Viaje Eterno' fue merecedor del Premio de Honor, aclamado por el Jurado por unanimidad y con entusiasmo. Al acto de entrega de esta distinción concurrieron poetas de todos los países de América, y el presidente de la República Julio A. Roca, galardonó al joven poeta con las distinciones que para estas ocasiones recibían los que alcanzaban tal distinción; una flor natural de oro, banda cruzada con medallas de igual metal y diploma de honor, su amigo el Dr. David Peña leyó en el Teatro Colón el poema premiado.
LEANDRO N. ALEM
Desde principios de 1890 una parte significativa de la comunidad nacional manifestó su repudio al orden político e institucional que encarnaba el sucesor del Gral. Roca, Dr. Juárez Celman. Por razones de afinidad política y espirituales, el joven Joaquín Castellanos pasó a integrar el grupo de entusiastas simpatizantes de los líderes civiles, encarnados en la persona del caudillo Leandro N. Alem. También tomaron parte de este movimiento otros comprovincianos, como don Pablo Saravia, el subteniente José Félix Uriburu, los doctores Damián M. Torino, Martín Marcos Torino, Delfín Leguizamón, Aniceto Latorre entre los más recordados. En la Asamblea Popular desarrollada en el Teatro Onrubia el 13 de mayo de 1890, él estuvo entre los oradores, cuando le cupo dirigir la palabra Castellanos afirmó: "Los fraudes, las venalidades y los abusos no me sorprenden; son actos de hombre; con frecuencia se han cometido y nunca podrán extirparse en absoluto. Pero lo que distingue una administración honrada de un gobierno desmoralizado es que en aquella se castigan los actos punibles que en este se toleran. ¡Qué digo se toleran! Entre nosotros se estimulan y se premian delitos que en otra parte harían que sus perpetradores llevaran remachado al pie un grillete de presidiario".
La Unión Cívica en su primera Convención Nacional en Rosario a principios de 1891, el joven salteño es quien propone que a partir de ese momento el partido se denomine Unión Cívica Radical.
En 1896 se recibió de abogado, como alumno libre en tan solo once meses de estudio, siendo uno de los casos excepcionales, que registra la historia de la Facultad de Derecho de Buenos Aires.
Castellanos se impregnó del pensamiento liberal, no cabe duda, pero cuando se desglosan sus conceptos surge como evidencia tangible una visión nacionalista, muy arraigada en él, y como testimonio de lo afirmado, resulta indagar su labor parlamentaria, en sus cuatro períodos consecutivos como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.
Baste recordar la legislación contra el latifundio, la elaboración de programas de estudios para la enseñanza primaria y secundaria, su voto de apoyo a la sanción de la Ley del Servicio Militar Obligatorio. Al fundarse la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires fue designado como primer titular en la cátedra de Historia Argentina.
HIPOLITO YRIGOYEN
Luego de instaurada la Ley Sáenz Peña, en 1912, asume la Presidencia de la Nación el doctor Hipólito Yrigoyen, y en Salta, como gobernador el doctor Robustiano Patrón Costas. Pronto a concluir su mandato las fuerzas radicales solicitan al Poder Ejecutivo Nacional el envío de un interventor federal, invocando en dicha petición la inexistencia de garantías suficientes para que los próximos comicios estuvieran exentos de fraude.
Pese a ello, existió un hecho real, imposible de ocultar. El primero de todos los radicales que se resistía a que Joaquín Castellanos gobernase Salta, era don Hipólito Yrigoyen, el mismo primer mandatario de la Nación, ya que los candidatos de su simpatía eran el Dr. Aniceto Latorre o en su defecto don Pablo Saravia. Ante el advenimiento de los comicios y con el objeto de que no triunfasen los conservadores que contaban como candidato a Manuel Alvarado, el radicalismo aunó criterios en torno a una figura con proyección nacional, postularon a Joaquín Castellanos como candidato.
¿Cómo calificar su gestión gubernamental? Administrativamente puede conceptuarse ordenada, salvo el incurrir en errores tales como solicitar de licencia en su cargo al poco tiempo de asumir sus funciones, lo que provocó un gran descontento en las filas de su propio partido, en la oposición y sectores de la prensa. Pero sin duda lo determinante, lo que desequilibró el accionar gubernativo fue su relación compleja con ambas cámaras legislativas, ese ambiente enrarecido desembocó en el pedido de una Intervención Federal a la provincia, que se debatió en el Congreso Nacional.
Durante el gobierno de Castellanos, quien asumió el 7 de enero de 1921 hasta conclusión anticipada de su mandato, se elaboraron una serie de leyes tendientes a generar un mejor nivel de vida para todos sus habitantes. Como parte de los homenajes al Centenario de la Muerte del Gral. Martín Miguel de Güemes, se dictaron las llamadas Leyes Libertadoras, Rehabilitación del gaucho y del indio, y de protección a los trabajadores, que se denominó Ley Güemes, ley creando la Escuela de Manualidades, cuyos fundamentos muestran una visión social innovadora para la época, creación del Departamento Provincial de Trabajo, Ley General de Caminos de la Provincia, y Ley de Riego. Salvo dos de estas iniciativas, ninguna otra contó con aprobación de la Legislatura. También se creó el Museo Social, se amplió y clasificó el Archivo Histórico de la Provincia que data de 1872. Cabe consignar que la Biblioteca Provincial recibió como legado todo el material bibliográfico del ex presidente de la Nación, el ilustre salteño Dr. Victorino de la Plaza, imponiéndose a partir de allí el nombre de este esclarecido hombre público, a esa repartición. Pero si alguna causa lo encontró firme a Castellanos, como a un soldado, fue la construcción del ferrocarril transandino llamado Huaytiquina, que en Carta Pública al presidente Yrigoyen el gobernador salteño le enrostra dilaciones para el envío de partidas presupuestarias y omisiones políticas.
Es de justicia destacar que el doctor Joaquín Castellanos fue el primer gobernador que reivindicó al Gral. Güemes, y ese reconocimiento patriótico. Esta admiración por la figura del héroe la plasmó en una conferencia ofrecida en Paraná, que luego sería editada como "Güemes ante la Historia", en 1925.
El 6 de septiembre de 1930, el Tte. Gral. José Félix Uriburu destituyó al presidente Yrigoyen, Castellanos, al principio fue activo simpatizante de dicha Revolución, pero con el tiempo se desencanta, lo que impulsa al político y ex gobernante dirigir dos cartas al presidente Provisional de la Nación, en la primera advierte que los postulados primeros de la Revolución, día a día se estaban desnaturalizando. En la segunda carta, el ex gobernador impulsado por un gesto que él estimo de orden moral, ofrece sus servicios de abogado a título gratuito ejercer la defensa del caudillo detenido, solicitando al Gral. Uriburu, que su propuesta llegue a manos de Yrigoyen, sea a través de uno de sus hijos o por medio de un alto oficial de Marina: "Yo combatí no al hombre sino al gobernante". En 1931 la flamante Academia Argentina de Letras lo designó a Joaquín Castellanos como miembro correspondiente junto a don Juan Carlos Dávalos y al Dr. Carlos Ibarguren, en representación de Salta.
PENSAMIENTO PROGRESISTA
Lo significativo para analizar en Joaquín Castellanos, a todas luces lo constituye su pensamiento progresista, como previendo los años por venir, fue discípulo consecuente de las ideas de los hombres de la Generación del 80, tuvo mucho de Alberdi y Sarmiento a quien trató en tres ocasiones, pero defendió con denuedo sus raíces norteñas reivindicando al hombre salteño, los fundamentos de las leyes mencionadas dan testimonio de ello.
Casó en 1896 con Elvira Uriburu Uriburu, de cuyo matrimonio nacieron tres hijos, la familia Castellanos vivió en Laussanne (Suiza) por espacio de seis años, allí morirá Elvira contando con tan solo 44 años de edad.
Para concluir, valga la oportunidad para transcribir las palabras del diputado nacional por Salta, Agustín Usandivaras dirigente conservador salteño, con motivo de dar su voto positivo para hacer efectiva la intervención federal a Salta, en septiembre de 1921. "Señores diputados: Si el señor gobernador de Salta doctor Castellanos, con este voto cayera definitivamente al peso de su propio error, a pesar de mi profunda divergencia política, aspiro para él la caída de una puesta magnífica de sol, porque los que brillan por su inteligencia y esplenden por su carácter, aún en el error, merecen el reconocimiento cuando se apagan en un eclipse! He dicho (¡Muy bien, muy bien!)"'.
* Historiador salteño