Umbrales del tiempo

'Chispazos de tradición'

La radiodifusión argentina era en sus comienzos preponderantemente musical, y a mediados de la década del '20 se introducen los monólogos interpretados por actores. Pero la aparición de los radioteatros en 1932 provocó una revolución en la audiencia de aquella época, y entre tantos, uno de los más exitosos fue Chispazos de tradición.­

Andrés González Pulido fue el creador de la compañía radioteatral `Chispazos de tradición' y su escritor, cuyas historias eran episódicas de media hora, y en total cada radioteatro duraba un mes. Luego los elencos iban los fines de semana a hacer presentaciones en vivo en teatros del interior o en estaciones de trenes convertidas en escenarios. Algunos de los integrantes de la compañía eran Domingo Comte, Aurelia Ferrer, Ernesto Calvet, Raquel Notar, Salvador Frías, Mario Amaya (Churrinche), Domingo Sapelli, Celsa Doré (Cachirla) y Rafael Díaz Gallardo.­

El programa se emitía de lunes a viernes a las 18.30 horas por LR3 Radio Nacional (posteriormente Radio Belgrano) y era auspiciado por los cigarrillos Condal, cuyos avisos publicitarios leían los locutores Hugo Zamora, Raúl Rosales y Pablo Osvaldo Valle.­

Algunos de los títulos de los radioteatros que se realizaban en el espacio de `Chispazos de tradición' fueron: `El zanjón de la muerte', `Las nazarenas del desengaño', `El overo está embrujado', `El matrero de la luz', `La estancia de Don Segundo', `El cantor misterioso', `Flores y cardos', etc. Los temas eran camperos y de alguna manera en su estilo provenían del antiguo teatro gauchesco del circo, donde como en todo melodrama aparecían Caín y Abel representados por el héroe y el villano, la heroína y el bufón. Y no faltó la música de guitarra y el folklore. Eran los comienzos de la soap ópera

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ALTAVOCES­

Según la crítica periodística de la época, el target de `Chispazos de tradición' era mayormente femenino (salvo en las presentaciones teatrales en vivo donde concurría toda la familia), y el rating de las transmisiones radiales era tal que las tiendas Harrods y Gath & Chaves colocaron altavoces en sus locales que permitían a la clientela femenina seguir su radionovela favorita a fin de que no desaparezca durante las transmisiones.­

Pese a que los comentarios de los intelectuales de la época eran desfavorables (como ocurre siempre con los éxitos populares), lo cierto es que `Chispazos de tradición' invadió los hogares, especialmente los de los barrios, y fue la causa de reuniones de vecinos en aquella casa que poseía un receptor donde concurrían quienes carecían del mismo. En esa época la Argentina era el cuarto país importador de aparatos de radiodifusión y algunas estimaciones fijan entre 450.000 y 530.000 los aparatos en funcionamiento.­

Para finalizar, y pese a algunos comentarios desfavorables, resulta indiscutible que `Chispazos de tradición' conquistó apasionadamente a su auditorio, produjo que las radios se vendieran en los comercios como el pan de cada día y quedó para siempre enmarcado en la historia de la radiofonía argentina.