EUROPA EN GUERRA: DIA 87

Ucrania y los actos hostiles de orden económico

Por Gabriel Camilli * 

La Guerra en Ucrania no solo se libra en el frente de batalla, proponemos destacar las percepciones de los nuevos conflictos, las tensiones globales y los modelos de pensamiento vigente. El estudio de la historia de los conflictos nos permite extraer conclusiones y enseñanzas, estudiando, por ejemplo, desde las operaciones desarrolladas durante la Guerra del Golfo (1991) así como las ideas de Sun Tzu o Clausewitz inspiradas en las Campañas Napoleónicas o las de John F. C. Fuller, que dedujo los principios estratégicos universales de la Gran Guerra de 1914-1918.

Pero, también debemos observar en nuestros análisis, los actos hostiles ejecutados bajo variadas formas, desde el final de la Guerra Fría, en todos los dominios, económicos, financieros, religiosos, ecológicos, para mencionar algunos.

Una combinación cada vez más compleja de actos de guerra supera los límites habituales de los conflictos conocidos, (hasta un período reciente) librados únicamente por militares.

Hoy vamos a detenernos, sin ser especialistas, en algunos aspectos económicos de esta guerra. Al margen de todo el manto de desgracia, muerte y desesperación que la guerra en su aspecto militar deja en el territorio ucraniano, en este suceso se libra otra batalla en el campo económico y, muy especialmente, en el financiero, que no solo afecta a los contendientes, sino al conjunto de la economía global.

SANCIONES DE OCCIDENTE

Las sanciones establecidas por Occidente, en un alarde de determinación no visto desde la reacción fiscal y monetaria coordinada de estímulos contra la pandemia, han generado una expectativa de bajo crecimiento-alta inflación en Rusia; con caídas de su producción de bienes y servicios que podrían llegar al 10% dependiendo del tiempo que duren las sanciones y niveles de alza de precios superiores al 50%.

Siguiendo palabras de Matías Cacciabue, "La primera asistencia fue económica, la segunda de mercenarios ("voluntarios") y, finalmente, armamentística. Tres aportes escalonados en una guerra convencional donde Alemania y los Estados Unidos, piezas claves de la conducción de la OTAN, no quieren, por distintos motivos, ingresar de manera directa, es decir, con "propia tropa".

"Las ya conocidas medidas, cuyo impacto más contundente proviene de la efectiva paralización de las transacciones financieras con el exterior (exclusión casi total del país del sistema SWIFT de transferencias interbancarias, congelación de reservas del banco central y activos privados de empresas y particulares) parecen abocar al país a una suerte de `corralito' (a la sudamericana) que ha llevado al banco emisor ruso a subir de forma contundente los tipos de interés del rublo en una medida que a la postre solo podrá ahondar en una recesión más profunda" (según nos dice: blogs.elconfidencial.com/mercados/).

El hecho de que Europa y Occidente no hayan logrado, por ahora, lograr el objetivo estratégico de dañar severamente la capacidad de Rusia para financiar la guerra en Ucrania con dos meses y medio de sanciones no significa que Rusia esté soportando la embestida económica de sus rivales políticos sin daño. La alarma lanzada por Elvira Nabiullina (Es la presidenta del Banco Central de Rusia, desde junio de 2013) en sus consideraciones sobre los tipos de interés en los últimos días, en cierto sentido, lo atestigua: Nabiullina ha certificado de hecho que Rusia se encuentra en una situación de estanflación , con una subida de la cotización del 18-23%, estimada para 2022 y una caída prevista del PIB del 10% en 2022 a la que seguirán también unos 2023 y 2024 complejos. Rusia, ya fuerte con una economía no mayor que la de países como México y España, por un lado hace un negocio dorado en el frente energético con las facturas diarias de los países occidentales, por otro lado ve a su población sufrir severamente por el asalto económico occidental.

GUERRA COMERCIAL

Una guerra comercial es la confrontación entre dos o más países mediante la imposición de barreras arancelarias y no arancelarias. Son tan antiguas como el propio comercio internacional, pero las guerras comerciales siguen siendo un asunto de poderosas repercusiones en la actualidad.
Un país puede imponer restricciones al comercio con otro país por considerar sus prácticas desleales o poco éticas. Se puede castigar la industria sensible de otro con la imposición de estas medidas y afectar su crecimiento económico. El fin de esta acción es el cambio de las políticas económicas de la contraparte.

Lamentablemente, como consecuencia, se deterioran las relaciones diplomáticas entre naciones. Además, el intercambio cultural puede detenerse producto de la confrontación. Algunos miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) firmaron una declaración condenando la agresión de la Federación Rusa en Ucrania, calificándola de una flagrante violación del derecho internacional, así como el apoyo brindado por Bielorrusia en el marco de esa agresión.

La declaración incluyó a los Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Canadá, Japón y Corea del Sur. Pero no fue firmada por ningún país de América Latina, Africa o el sudeste asiático, lo que no sorprende si se tiene en cuenta la posición de no alineación que los países de estas regiones mantuvieron durante la Guerra Fría.

La declaración señala que los miembros firmantes "tomarán cualquier medida (...) que consideren necesaria para proteger sus intereses esenciales de seguridad", incluyendo acciones que apoyen a Ucrania, así como acciones para suspender las concesiones y otras obligaciones en el marco de la OMC con respecto a Rusia, tales como el trato de nación más favorecida (NMF) a productos y servicios provenientes de ese país.

MEDIDAS UNILATERALES

Adicionalmente, la continua parálisis del órgano de apelaciones podría ser un detractor a la hora de evaluar la conveniencia de presentar un caso en la OMC. Ante este contexto, resulta más probable que Rusia termine tomando medidas retaliatorias unilaterales, por ejemplo, suspender la exportación de ciertos productos como el trigo, lo que profundizaría la crisis en las cadenas de valor y amenazaría la seguridad alimentaria mundial, como bien señala en su propia comunicación. La aparente falta de herramientas de la OMC para evitar una nueva "guerra comercial" sólo agrava el impacto del conflicto en Ucrania en la economía global.

En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, la imposición cruzada de medidas retaliatorias desencadenará mayores disrupciones en las cadenas globales de suministro -todavía golpeadas por la crisis del Covid. Se suma a esto el prospecto de una crisis alimentaria global si la guerra se prolonga y se pone en peligro la cosecha de trigo en el verano ucraniano.


Estados Unidos prohíbe las operaciones del Banco Central de Rusia y congela todos los activos en dólares de la entidad. El alcance de las medidas puede verse mitigado por la alianza con China, las criptomonedas y el rearme autárquico de Moscú.

NUESTRAS PROPIAS EXPERIENCIAS

El Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata -también conocido como la Guerra del Paraná- tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las escuadras británica y francesa cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina y los de la República Oriental del Uruguay, con excepción del de Montevideo.

La diplomacia inglesa y francesa justificó el bloqueo por la participación del ejército argentino -dependiente del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas- en la Guerra Grande en Uruguay. Según las potencias interventoras, esa participación era un ataque directo a la independencia de ese país, estaba acompañada de crueldades injustificadas, y perjudicaba los intereses comerciales de Francia y del Reino Unido en la cuenca del Río de la Plata. En la práctica, importaba mucho más a las potencias agresoras obligar a la Argentina y al Uruguay a reconocer a sus ríos interiores como no sujetos a su soberanía y permitirles comerciar libremente a través de estos ríos.

La acción militar anglo-francesa no obtuvo la ansiada rendición de Rosas, aunque logró sostener al gobierno de Montevideo durante seis años.
Finalmente, la intervención fue levantada por medio del Tratado Arana-Southern y el Tratado Arana-Lepredour.

PLENO DESARROLLO


Sin duda, los actos hostiles ejecutados bajo variadas formas, desde el final de la Guerra Fría, en todos los dominios, económicos, financieros, religiosos, ecológicos, para mencionar algunos están en pleno desarrollo. Una combinación cada vez más compleja de actos de guerra supera los límites habituales de los conflictos conocidos, (hasta un período reciente) librados únicamente por militares.

* Cnl My (R). Director de Elevan (Estudios y Legado en Valores Nacionales).