El origen del primer símbolo patrio

Por Ana María Musicó Aschiero (*)­

­­­La escarapela, llamada también cucarda, es utilizada en la mayoría de los países independientes como símbolo patrio. Se compone de un rosetón de tela superpuesto a un lazo en forma de V invertida que lleva los mismos colores de la bandera nacional del país al que representa. Su principal función consiste en servir como insignia distintiva para demostrar el sentimiento de unidad de un país durante sus festejos patrios.­

En nuestro país carecemos de fuentes escritas que garanticen la autenticidad de las diversas narraciones relacionadas con el origen y los motivos que llevaron a establecer los colores que ostenta dicho símbolo. Una versión sostiene que el celeste y el blanco correspondían a la Orden de Carlos III, una de las condecoraciones más altas otorgadas por la monarquía borbónica a la que pertenecía su nieto, el rey Fernando VII. Consistía en una banda de tres franjas: celeste, blanca y celeste.­

En 1810 se habrían adoptado esos colores en Buenos Aires porque algunos sectores de criollos que propiciaban la creación de una junta de gobierno sostenían que la misma no implicaba una ruptura con la monarquía española sino su continuidad, pues pretendían gobernar en nombre de Fernando, en esos momentos prisionero de Napoleón Bonaparte en la ciudad francesa de Bayona. Los colores borbónicos demostrarían la adhesión de esos sectores al sistema monárquico y su lealtad al rey cautivo, el que en una pintura de Goya aparecía con una banda blanca y celeste en su pecho.­

 

Según otra teoría, el blanco identificaba a la monarquía absoluta europea considerada de origen divino y el azul a la libertad de pensamiento y de expresión, fundamentos políticos sostenidos por el liberalismo francés. Así el celeste, resultado de la fusión del azul y del blanco, expresaría el deseo de enlazar ambas ideologías, actitud conciliatoria apoyada por muchos patriotas en ese momento.­

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DESDE 1807­

Por otra parte, existen pruebas de la utilización de estos colores en el Virreinato desde 1807 durante los preparativos para repeler la segunda invasión inglesa, ya que, al fundarse el cuerpo de Patricios, primeras milicias criollas urbanas del Río de la Plata, se les colocó un penacho blanco y azul celeste.­

El primer escuadrón de Húsares Voluntarios Urbanos al mando de Juan Martín de Pueyrredón también creado en esa época fue provisto de cintas celestes y blancas por Vicente Montes Carballo, cura párroco de la villa de Luján por ser los colores de la vestimenta de la Virgen María, y fueron colocadas en el ojal del uniforme como elemento de identificación.­

La mujer porteña, que tan destacada actuación tuviera en la expulsión del invasor inglés, comenzó a utilizar en esos tiempos rebozos con los colores del pompón de los Patricios. Un grupo de damas encabezado por Casilda Igarzábal lo usó el 19 de mayo de 1810 cuando se entrevistó con el coronel Cornelio Saavedra, comandante de dicho cuerpo.­

Existen documentos que afirman que el 25 de mayo de 1810 Domingo French y Antonio Beruti llegaron a la plaza de la Victoria al frente de los chisperos, (grupo de patriotas que acaudillaban), y advirtieron que gran parte de la multitud allí reunida llevaba divisas de varios tonos entre los que predominaban el blanco y el celeste. French entró en una tienda de la recova, compró cintas con esos colores y las distribuyó entre los suyos, siendo Beruti el primero en colocarse el distintivo.­

Poco después French y Beruti encabezaron el regimiento América o Estrella, creado en junio de 1810 e integrado por jóvenes radicalizados que habían actuado durante la semana de mayo. Eran leales a Moreno y contrarios a la facción saavedrista de la Junta Grande. Para manifestar su oposición a Saavedra comenzaron a utilizar como distintivo en solapas y sombreros cintas celestes y blancas. Luego de la muerte de Moreno, el 21 de marzo de 1811 sus seguidores crearon la Sociedad Patriótica adoptando una divisa con esos tonos.­

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DECISION DE BELGRANO­

Al comenzar las acciones militares de los criollos, el gobernador español de Montevideo Gaspar Vigodet dispuso que su flota impidiera las comunicaciones de los patriotas a través del río de la Plata y de sus afluentes. Para cerrar el paso a los realistas, el Triunvirato ordenó al entonces jefe del Regimiento de Patricios Coronel Manuel Belgrano la construcción de baterías en las orillas del río Paraná. Ante la noticia de un próximo ataque realista, Belgrano decidió que sus soldados no debían continuar llevando distintivos españoles y solicitó permiso al gobierno para el uso de una escarapela nacional: "Excelentísimo Señor: Parece que es llegado el caso de que V.E. se sirva declarar la escarapela nacional que debemos usar para que no se equivoque con la de nuestros enemigos y no haya ocasiones que puedan sernos de perjuicio, y como por otra parte observo que hay cuerpos del ejército que la llevan diferente, de modo que casi es una señal de división que, si es posible, debe alejarse, como V.E. sabe, me tomo la libertad de exigir de V.E. la declaración que antes expuse. Dios guarde a V.E. muchos años. Rosario, 13 de febrero de 1812".­

Sugirió los colores celeste y blanco por ser los que llevaban Húsares y Patricios.­

El Gobierno respondió: "En acuerdo de hoy, se ha resuelto que, desde esta fecha en adelante, se reconozca y use la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, declarándose por tal la de dos colores: blanco y azul celeste; y quedando abolida la roja con que antiguamente se distinguían. Se comunica, a V. S. para los efectos consiguientes a esta resolución. Dios guarde a V. S: muchos años. Buenos Aires, febrero 18 de 1812".­

El decreto llevaba la firma de los triunviros Feliciano Antonio Chiclana, Manuel de Sarratea, Juan José Paso y del secretario Bernardino Rivadavia. La escarapela se constituyó así en el primer símbolo patrio oficializado por el gobierno.­

Un documento existente en el Archivo General de la Nación confirma que esta medida fue comunicada a los gobiernos de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba,­

Corrientes, Salta, Mendoza, San Juan, San Luis, Jujuy, Catamarca y La Rioja, como también al jefe del Estado Mayor y a los generales Artigas, Belgrano y Pueyrredón.­

Mediante una resolución del 13 de mayo de 1935, por iniciativa de tres docentes, el Consejo Nacional de Educación instituyó como día de la Escarapela el 18 de mayo. En 1941, dicha institución reafirmó esa fecha para recordar a la escarapela. La conmemoración fue incorporada oficialmente al Calendario Escolar en 1951 junto con la obligatoriedad de realizar actos conmemorativos en todos los colegios primarios de la República Argentina.­

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(*) Licenciada. Miembro de número del Instituto Argentino de Historia Militar.­