El planeta bajo confinamiento, una fatídica lección que no podemos olvidar

Medidas sin sustento científico, cambio de definiciones, restricciones a la libertad y la abolición de derechos humanos fueron impuestas a la humanidad con la excusa de protegerla de un virus. Los imperdibles testimonios de expertos que recoge el documental “Planet lockdown”.

Se ha dicho que el que no conoce la historia está condenado a repetirla. Es por eso crucial que la humanidad entienda y conozca lo que hemos vivido en los últimos dos años, luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la existencia de una pandemia de covid-19.  El documental “Planet lockdown”, estrenado recientemente, es quizás uno de los caminos para profundizar sobre esta cuestión central para nuestra vida actual y futura.

El film “es una advertencia de que al aceptar cada una de estas medidas impuestas ante el covid, estamos yendo en una dirección a la que no queremos ir, en un mundo en el que no queremos vivir”, explicó el director del documental James Patrick, quien estrenó el material luego de un año y medio de trabajo y de haber viajado durante seis meses por el mundo para entrevistar a expertos de primer nivel.

Cierre de fronteras, de escuelas y distanciamiento social se impusieron sin ciencia que respalde esas medidas. Han sido prácticas cuestionables, al igual que el conteo de muertos, explican los distintos entrevistados en el documental. La crisis sanitaria fue utilizada para lograr el control total de la economía y las vidas de las personas, alertan.

 Uno de los testimonios es el del médico de familia Scott Jensen, quien relata cómo advirtió tempranamente en un mail que recibió del departamento de Salud de Estados Unidos que lo estaban dirigiendo para usar el covid como diagnóstico en situaciones en las que nunca hubiera usado un diagnóstico viral específico sin haber hecho una prueba para ello. “Mi pensamiento fue ‘esta no es la forma en que tenemos que estar haciendo las cosas”. Me guiaban a utilizar el diagnóstico de covid sin usar los mismos estándares de precisión que usaría para otras cosas”, expresa.

Alexandra Henrion-Caude, genetista, ex directora de investigación del Instituto Nacional francés de Salud (Inserm), también advirtió enseguida que “lo que estábamos viviendo no estaba del todo bien”.

En el documental, Henrion-Caude destaca que los países que dispusieron el confinamiento total tuvieron un pico “alpino” de casos, mientras que Suecia tuvo una curva más aplanada a pesar de no imponer ningún confinamiento.

Entre las diversas afirmaciones que se han hecho en el marco del discurso oficial en torno a esta enfermedad, a la especialista francesa la sorprendió el hecho de que se cuestionara que tendríamos una respuesta inmunológica ante este virus.

Por su parte, el médico Wolfgang Wodarg, ex funcionario de salud pública y miembro del parlamento alemán considera que la situación generada a partir del covid “no tiene nada que ver con la higiene, tiene que ver con la criminología”.

Planet lockdown también recoge el testimonio de Michael Yeadon, ex director científico y vicepresidente nada menos que de Pfizer, la compañía farmacéutica que logró millonarias ventas gracias a la comercialización de su vacuna contra el covid.  Yeadon afirma que los confinamientos son una medida de control y que casi todo lo que ha sucedido desde entonces tiene que ver con el control. “Lo que hacemos es poner en cuarentena a los enfermos porque así es cómo se evita contagiar al resto de la población. La idea de poner en cuarentena a los sanos, lo que llaman confinamiento, es un invento nuevo. Y no tiene ningún respaldo ni de la ciencia ni de la historia del control de las epidemias”, subraya.

Yeadon pone de manifiesto que dado que este virus representa, en el peor de los casos, un riesgo ligeramente mayor que la influenza para los muy mayores y enfermos y un riesgo menor para casi todos los demás, que son más jóvenes y saludables, “nunca ha sido necesario que nosotros hagamos algo. No tuvimos que hacer nada… confinamientos, barbijos, testeos masivos, incluso vacunas”.

Respecto de cómo empezó todo esto, Jay Richards, catedrático, académico y autor de “The price of panic” expresa que la narrativa del covid-19 comenzó a mediados de la primavera en Estados Unidos con esa idea de que “íbamos a aplanar la curva o íbamos a ralentizar la propagación”.

"De hecho, la campaña de la Casa Blanca era 15 días para ralentizar la propagación. Lo que realmente sucedió fue que el sistema de salud absorbió el golpe, tuvimos miles de camas en el centro Javits que continuaban libres y un buque de la Marina que se encontraba cerca de Manhattan que no tuvo uso”, recuerda Richards, quien luego añade: “Cualquiera que haya sido el argumento al comienzo, ahora tenemos la evidencia. Podemos ver los estados que hicieron confinamientos y los que no, comparar países con y sin confinamientos. La realidad es que los confinamientos han sido dolorosos, sin recompensa alguna”.

EL MIEDO ES EL MEDIO

El documental muestra al titular de la OMS, Tedros Adhanom, y a Anthony Fauci cuando insistían en la necesidad de hacer testeos y más testeos. Sin embargo, los expertos entrevistados hacen hincapié en que el testeo masivo de personas sanas no sólo no tiene respaldo científico sino que además contribuyó a aumentar exponencialmente el número de “casos”. “Es solo una manera de asustar a las personas”, subraya Yeadon. “Crea la impresión de que algo malo está pasando, ya que hay tantos casos. Hemos creado una situación donde tantas personas están tan asustadas, que la realidad ya no entra en sus mentes”, agrega Knut Wittkowski, epidemiólogo y bioestadístico.

“Hemos construido esta crisis con la nueva definición de casos, basada en estas pruebas de PCR”, asegura Henrion-Caude.

“Esta idea, por ejemplo, de que podrías estar enfermo aunque no tengas síntomas y que podrías ser una amenaza de virus respiratorio para otros aunque no tengas síntomas, eso también se inventó en 2020”, remarca Yeadon.

“Esto de los asintomáticos es una definición aterrorizante porque hace que tú y cualquier otra persona con quien te encuentres sea visto como el enemigo”, prosigue Henrion-Caude, para luego agregar: “Esto es terrible porque le niega a la persona la capacidad de ser una persona saludable, porque si existe el asintomático ¿entonces quién es saludable? Nadie”.

En tanto, el doctor Claus Köhnlein, quien fue especialista en Medicina Interna en el departamento de Oncología de la Universidad de Kiel, indica que la infección asintomática está basada en un artículo científico de Christian Drosten -el mismo creador del test de PCR para covid-. “Esta mujer china que cita en el artículo no fue asintomática de ninguna forma. Ella estaba enferma, tuvo la gripe común, así que esta afirmación de que esta mujer china fue asintomática es un fraude. No es verdad”, remarca Köhnlein, quien opina: “Obviamente quieren comunicar que las personas saludables y asintomáticas son una amenaza para la comunidad para que todos tengan que ser sometidos a pruebas y luego vacunados y luego dicen que estás libre de nuevo, hasta que venga la siguiente mutación y necesitemos la siguiente vacuna. Es un juego sin fin, puedes hacerlo cada año nuevamente”.

El documental también explica de qué modo se han modificado diversas definiciones, tales como las de “caso”, “pandemia” e “inmunidad de rebaño” para adaptarlas al nuevo discurso y realidad que se ha buscado instalar.

Al respecto, Wodarg resalta que la OMS cambió la definición de pandemia al ser presionada por la industria farmacéutica. “Este cambio de definición se convirtió en la herramienta para impulsar el temor en el mundo”, dice. También hace notar que ahora se ha instaurado la noción de “pandemia permanente”, con un periodo interpandemia, luego con otro pospandemia, y luego tenemos el periodo pandémico. “Nos hicieron pensar y entender la pandemia como algo permanente, con olas en camino, una y otra vez. Y esta es ahora la imagen que usa la OMS, es también lo que usa Bill Gates, lo que usa la industria farmacéutica:  nos atemorizan con la siguiente ola que viene y con nuevas mutaciones. Así que es un muy buen modelo de negocio”, enfatiza.

Otro valioso aporte en el documental es el del obispo católico Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Kazajistán, que sostiene que lo vivido en los últimos dos años ha sido “como una acción programada y orquestada, lo cual fue casi de la misma forma en todo el mundo”.

"Para mí, esto es muy similar a los tiempos soviéticos que viví. Había un solo significado admitido y cuando tenías otro significado eras declarado como enemigo o como un espía o como un conspiracionista. Este discurso del odio vino de los comunistas”, expresa Schneider.

Según el obispo, las diversas imposiciones que surgieron en el marco de la epidemia de covid, son nuevas formas de dictadura en el mundo occidental. “Esto está muy cerca de una sociedad de esclavos. Hay un pequeño grupo de elite que controla al resto. Esta impresión es la que queda después de este año de confinamientos y otras medidas, con la necesidad creciente de ser vacunado. Entonces uno puede creer que hay una meta de crear un nuevo sistema social, un orden”, finaliza.

Planet lockdown incluye las voces de otros especialistas e incluso la de comerciantes y niños que han sufrido los graves daños de estas arbitrarias medidas. Se trata de un material que vale la pena ver para reconocer cuáles son los errores que no podemos volver a cometer y por qué es necesario decir “no” para frenar esta locura a la que nos han arrastrado.