"Hombres superiores mostraron caminos. Pero fueron los primeros en recorrerlos".
Todavía es un misterio y un debate, el origen de la vida, pero la mejor respuesta a ese interrogante la dio, Charles Darwin, un científico inglés que ayudaría a comprender el origen del hombre.
Darwin fue un niño cuyo hobby era coleccionar insectos, flores y huevos de pájaros. Todo lo apasionaba con sana curiosidad. Un día, como travesura, hirió a un pequeño pájaro. Al observar su agonía, comprendió que un animal herido, es un ser, herido.
Huérfano de madre desde los 8 años, su padre, médico, deseaba que su hijo siguiera su misma carrera. Rindió algunas materias, pero sentía que la medicina no era su vocación. Comenzó entonces a estudiar teología en la universidad Inglesa de Cambridge. Se doctoró en esa ciencia a los 22 años. Pero el sentía que le atraían cada vez con más fuerza, las ciencias naturales.
Un hecho fortuito decidió su destino. Un barco, el Beagle, estaba por partir en un viaje de estudios geográficos, alrededor del mundo. Necesitaban un naturalista y alguien lo recomendó a Darwin, conociendo su afición a la naturaleza. Con ojos de científico y espíritu de poeta logró -durante el viaje- reunir elementos para ayudar a resolver el enigma de la existencia, el misterio del hombre sobre la tierra.
Al regresar -había visitado incluso nuestro país y tenía ya 27 años- escribió un relato de su viaje en el barco, que aun siendo un trabajo científico, se lee como una novela. A los 30 años se casó. Tuvo 10 hijos. Pero su salud estaba resentida. Darwin había contraído en nuestro país el mal de Chagas, que lo llevaría finalmente a la tumba. Un ataque lo dejó semi-inválido a los 33 años. Y ya no se recuperaría hasta fallecer un 19 de abril de 1882 a los 73 años.
Sin quererlo y casi sin saberlo, estaba ayudando a la humanidad a comprender la evolución del hombre desde su aparición. Por supuesto, que la suya era solo una teoría, es decir una opinión, aunque muy fundamentada.
La cristalizó en una obra tan discutida como famosa: "El Origen de las Especies". Y digo discutida, porque se opone a la Biblia, a la existencia de Adán, Eva y al Paraíso.
Sería una irreverencia de mi parte adherir, sin conocimiento científico a algunas de esas opiniones. Como sería una falta de ética, no respetar todas las teorías. Darwin también explicaba que la ilimitada reproducción de la vida origina la lucha por la existencia. Y que en esa lucha sobreviven los más sanos, los mejor dotados...Decía que ese proceso de "selección natural" regula la evolución del hombre. También se le ha hecho decir que el hombre desciende del mono. Nunca expresó tal cosa. Jamás dijo que el hombre y el mono tienen un común antecedente prehistórico.
De acuerdo a Darwin, el mono no sería nuestro abuelo, sino nuestro primo, digámoslo simplificando. Fue también acusado de propagar ideas disolventes.
Pero acertado o equivocado, se le reconoció, buena fe, nobleza y hombría de bien. Decía ser un cristiano abierto a todas las ideas. Lo que no se le puede negar, es la grandeza de su pensamiento.
Fue una de esas brisas que conmovieron al mundo, y entendió que las puertas, solo se abren, para quien gira el picaporte. Su lucha por encontrar la verdad, noble y desinteresada, hizo nacer en mi este aforismo: "El ideal del artista es la belleza, el ideal del científico, es la verdad".