Hazaña pincharrata

El baúl de los recuerdos. A pesar de haber sufrido cuatro expulsiones, Estudiantes se repuso de un marcador adverso de 3-1 y consiguió un heroico 3-3 con Gremio por la Copa Libertadores de 1983.

Tenía todo perdido Estudiantes. Estaba siendo derrotado 3-1 por Gremio y había sufrido cuatro expulsiones. Todavía le quedaba un cuarto de hora a ese partido de la segunda fase de la Copa Libertadores de 1983. Los pincharratas no se rindieron y lucharon con alma y vida hasta alcanzar un épico empate 3-3. Ese 8 de julio, el equipo de Eduardo Luján Manera le hizo honor a la mística copera nacida en los tiempos en los que Osvaldo Zubeldía llevó al club a la cima del mundo.

El Pincha volvía a la Copa después de siete años. Luego del título conseguido en el Metropolitano de 1982 a las órdenes de Carlos Salvador Bilardo, Estudiantes sentía que se estaba sembrando el camino para cosechar alegrías como las que había vivido a fines de los ´60 y principios de los ´70. La ilusión era enorme. Y se mantenía a pesar de que el Narigón había dejado las riendas del equipo para hacerse cargo de la Selección. Su sucesor, Eduardo Luján Manera, garantizaba la continuidad del ciclo. Gente del club que respetaba la idiosincrasia del club.

Las huestes de Manera habían sorteado la fase de grupos con apenas un punto de ventaja en una zona muy disputada en la que compitieron con los chilenos de Cobreloa y Colo Colo y con el difícil Ferro edificado por Carlos Timoteo Griguol. La segunda instancia era, en lo formal, la semifinal de la Copa. Debían luchar por el acceso a la final con Gremio, de Brasil, y América de Cali, Colombia.

Los platenses debutaron perdiendo 2-1 en su visita a Gremio y luego superaron 2-0 a América en La Plata. El 8 de julio, por la 3ª jornada, afrontaron la revancha con los gaúchos. Hacía mucho frío en esa invernal noche en la esquina de 1 y 57, pero las tribunas ardían. Los hinchas sabían que era un partido decisivo. Lo más parecido a una final en busca de la verdadera final.

El clima pareció haber superado al árbitro. El uruguayo Luis Da Rosa le mostró la tarjeta amarilla a Marcelo Trobbiani no bien Gremio dio el puntapié inicial por invadir el círculo central. Tita, el 10 de los brasileños que acaba de recibir la pelota de Caio en la acción que derivó en la amonestación, empezó a provocar al mediocampista pincharrata. Pero el juez no consideró esa actitud merecedora de castigo alguno.

Durante media hora, ambos equipos le dieron vida a un duelo intenso, con llegadas a cada uno de los arcos. Se acercó cuatro veces Estudiantes. Gremio lo hizo en tres ocasiones. Era un partidazo. Pasados esos 30 minutos iniciales se desató el escándalo.

El uruguayo Hugo De León -una de las columnas defensivas de Gremio- le cometió una fuerte infracción a Claudio Gugnali. Se dio una discusión entre los futbolistas de los dos bandos. También comenzó la andanada de protestas contra Da Rosa. El árbitro expulsó a Trobbiani. Recibió un empujón pero no pudo apreciar quién había sido el agresor. Vio que José Daniel Ponce estaba cerca y decidió que él era el culpable. Lo echó. El Bocha era inocente, pero la justicia no estaba presente en esa tumultuosa velada.

De la misma acción en la que el local perdió a dos hombres nació la apertura del marcador. Alejandro Sabella -el mismo que condujo técnicamente a la Selección subcampeona del mundo en Brasil 2014- ejecutó el tiro libre que Rubén Agüero bajó para la entrada goleadora de Sergio Gurrieri. Con nueve jugadores, los pincharratas se pusieron en ventaja.

Antes del final del primer tiempo, Osvaldo igualó el marcador. César, que había ingresado en reemplazo de Caio, desniveló para Gremio. Manera decidió que era hora de arriesgar y sacó de la cancha a Miguel Ángel Gette -un defensor- para hacer ingresar a Hugo Tévez, un mediocampista. El cambio no surtió efecto y los brasileños se escaparon merced a un gol de Renato Gaúcho, en ese entonces un joven de 21 años que llevaba cuatro temporadas luciendo sus dotes de gran puntero derecho.

La derrota parcial por 3-1 desató la ira del público local. Una moneda impactó en el juez de línea -en esa época no se hablaba de árbitros asistentes- Ramón Barreto. Casi inmediatamente se fue expulsado Julián Camino por una brusca falta sobre Tita. Estudiantes tenía todo en contra. Y se puso peor cuando Tévez también recibió la tarjeta roja por un golpe a Renato Gáucho.

Faltaban apenas 15 minutos. Las esperanzas de seguir en carrera en la Copa amagaban con esfumarse. Sin embargo, Estudiantes no estaba dispuesto a bajar los brazos. Guillermo Trama se escapó por la punta izquierda y envió un centro rasante que Gurrieri empujó al fondo del arco de Mazaropi. El duelo estaba 3-2 a favor de Gremio.

Con apenas siete jugadores en la cancha y a pesar del resultado adverso, Estudiantes volvió a la carga. Atacaba como podía, con más amor propio que fútbol. En realidad, con la desesperación de pelear por mantenerse en carrera. Gugnali avanzó y buscó a Gurrieri, quien sacó un centro que rebotó una y otra vez hasta que apareció en escena Miguel Ángel Russo -sí, el ex DT de Boca- para introducir la pelota en el arco. ¡3-3! Milagroso, heroico, épico… Estudiantes había consumado una hazaña a la medida de su mística.

LA SÍNTESIS

Estudiantes 3 - Gremio 3

Estudiantes: Carlos Bertero; Julián Camino, Rubén Agüero, Miguel Gette, Claudio Gugnali; Marcelo Trobbiani, Miguel Ángel Russo, Alejandro Sabella, José Daniel Ponce; Guillermo Trama, Sergio Gurrieri. DT: Eduardo Luján Manera.

Gremio: Mazaropi; Leandro, Casemiro Mior, Hugo De León, Paulo Roberto; China    , Osvaldo, Tita; Renato Gaúcho, Tarciso, Caio. DT: Valdir Espinosa.

Incidencias

Primer tiempo: 31m expulsado Trobbiani (E); 32m expulsado Ponce (E); 35m gol de Gurrieri (E); 45m gol de Osvaldo (G). Segundo tiempo: César por Caio (G); 7m gol de César (G); 9m Hugo Tévez por Gette (E); 19m gol de Renato Gaúcho (G); 21m expulsado Camino (E); 29m expulsado Tévez (E); 32m gol de Gurrieri (E); 32m Tonho por Tarciso (G); 41m gol de Russo (E).

Cancha: Estudiantes. Árbitro: Luis Da Rosa, de Uruguay. Fecha: 8 de julio de 1983.