Aunque con una carta aggiornada, sigue prometiendo el mejor chocolate con churros de la Ciudad
Vuelve al centro porteño La Giralda
El histórico bar de la avenida Corrientes, fundado en 1930, había cerrado sus puertas en 2018. Sus nuevos dueños conservar la fachada, pero remodelar el interior con tintes modernos.
El histórico bar La Giralda, de la avenida Corrientes al 1400, reabrió hoy sus puertas a las 7 de la mañana y recibió a los primeros clientes que llegaron con lágrimas en los ojos tras una remodelación de más de dos años pero que conserva la identidad del "chocolate con churros".
La Giralda había cerrado sus puertas en 2018. Era uno de los bares notables de la Ciudad, fundado en 1930 y ubicado en la avenida Corrientes 1453. Gabriel García y Nicolás Marques son los nuevos dueños y quienes se encargaron de recuperar el bar y conservar la fachada del frente, pero también remodelar el interior con tintes modernos.
"Fue emocionante, nos llena de orgullo y concretamos un sueño"
En este sentido, Marques comentó que conservaron el frente de la cafetería y recuperaron las maderas con los espejos tallados al ácido que están en todo el perímetro del lugar. También replicaron el cartel de neón que dice
El nuevo dueño remarcó que hay que
Martín Silman, mozo de La Giralda, recorre de punta a punta las mesas, y contó que
A su vez, enfatizó que tuvieron
Mirtha, de 64 años, vive en Caballito y disfruta del chocolate caliente, sentada en una de las primeras mesas con vista a la vereda, como lo hacía en otros años.
Y agregó que
En otra de las mesas de mármol se encontraba Ricardo Villarruel, de 69 años, que pasó por Buenos Aires para hacer un trámite, supo de la apertura y no quiso perderse la oportunidad de tomar un chocolate con churros que, según prometen sus nuevos dueños, mantiene la receta original y cuesta 550 pesos.
Nelsa Ortiz, de 59 años, trabaja a la vuelta de La Giralda, y vio por televisión que reabría, así que decidió ir por primera vez.
La Giralda nació en 1930 como lechería, de la mano del andaluz Francisco Garrido, pero fue recién en 1951 que se convirtió en un símbolo de la calle Corrientes. Ese año fue adquirida por Antonio Nodrid, quien conservó el nombre, la marca de chocolate de su primer dueño y la tradición de los churros.
Su bisnieto fue el último Nodrid que estuvo a cargo del bar hasta que los problemas económicos lo obligaron a cerrar en 2018.
A partir de hoy el bar notable funciona de lunes a viernes de 7 de la mañana hasta las 2 de la madrugada y los fines de semana las 24 horas.