Los niños y las vacunas contra el covid: todo riesgo, cero beneficio
La experta en Salud Pública Abir Ballan se ha convertido en un baluarte en la defensa de los menores ante las medidas acientíficas adoptadas frente al SARS-CoV-2. Advierte sobre los daños que éstas causaron. "Sólo hace falta que muchas personas se den cuenta que les han tomado el pelo y se nieguen a consentir la nueva normalidad", afirmó en una entrevista con La Prensa.
Si hay alguien que no se ha quedado de brazos cruzados ante las políticas públicas anticientíficas de las que hemos sido víctimas en los últimos 18 meses, esa es sin duda Abir Ballan, magister en Salud Pública, con estudios en Psicología y Educación, quien está convencida de que “los gobiernos han utilizado deliberadamente técnicas de ciencia del comportamiento para empujar a sus frágiles poblaciones al miedo, lo que ha llevado a la aceptación pasiva de medidas de salud pública sin sentido”.
“Es hora de empezar a cuestionar todo si queremos que la verdad salga a la luz”, subrayó Ballan en una entrevista con La Prensa, aunque desde hace tiempo viene bregando para concientizar y cambiar el curso de esta crisis inédita. “He dedicado el último año y medio a luchar contra estas políticas anticientíficas y la pérdida de nuestras libertades y, sobre todo, de nuestra dignidad humana”, aseguró la especialista, miembro del comité ejecutivo de Panda (Pandemics Data & Analytics), quien ha mostrado además un especial interés por la defensa de los más pequeños como autora de la “Declaración para la protección de los niños y los jóvenes frente a la respuesta al covid-19”.
Y es que, según relató, su principal motivación son sus hijos. “Dentro de veinte años, si es que sigo viva, quiero poder mirarlos a los ojos y decirles que he hecho todo lo posible para darles un mundo mejor, que no fui una espectadora silenciosa. Porque las cosas malas ocurren cuando la gente buena no hace nada", remarcó.
Con el objetivo de generar conciencia e intentar detener las acciones sin fundamento científico que ya han causado múltiples daños, Ballan ha utilizado todos los medios posibles, no solo desde su blog personal y su cuenta de Twitter sino que además es autora de numerosas columnas publicadas en distintos medios y hasta ha enviado cartas a Tedros Adhanom, presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pidiéndole que detenga el pánico masivo, y a la Corte Penal Internacional de La Haya, solicitando que se investigue la respuesta de la OMS frente al covid-19.
Su más reciente preocupación se centra en la inoculación de los niños y los más jóvenes con las vacunas anticovid, dado que según subrayó los niños tienen casi cero chances de morir a causa del covid por lo que no tiene ningún sentido que corran el riesgo de aplicarse vacunas experimentales.
- ¿Cuándo advirtió que la respuesta al covid-19 en muchos países del mundo era errónea?
- En cuanto se anunciaron los confinamientos. Al principio, oí a la gente hablar de los confinamientos y criticar al gobierno del Reino Unido por defender la inmunidad de rebaño. Me reí de esto y les dije que el gobierno del Reino Unido estaba haciendo lo correcto. No podemos escondernos de un virus. Debe seguir su curso. Lo mejor que podemos hacer es aumentar la capacidad de camas en los hospitales creando hospitales improvisados especializados para tratar a los pacientes de covid. Esto permitiría que otros hospitales funcionaran con normalidad y reduciría la propagación nosocomial. Al grupo de alto riesgo se le podría aconsejar que se proteja durante un par de meses (con esto quiero decir que eviten los lugares cerrados y concurridos, no me refiero a encarcelarlos y aislarlos de sus seres queridos) mientras los jóvenes y sanos asumen la carga de conseguir la inmunidad de rebaño para proteger al grupo de alto riesgo. Desde el principio quedó claro que esta enfermedad sólo afectaba a los ancianos y a los que tenían problemas graves de salud. Los jóvenes y sanos sólo tienen una presentación leve o asintomática si se infectan. No sobrecargan el sistema sanitario. Cuanto antes dejemos que el virus siga su curso, antes alcanzaremos la inmunidad de rebaño y antes protegeremos a los vulnerables.
- ¿Cuáles considera que han sido los principales errores y cómo han perjudicado a los niños y adolescentes en particular?
- El principal error fue la gestión de la pandemia con estrategias anticientíficas y contrarias a los principios de salud pública y a los planes de pandemia anteriores al covid-19. Estas directrices recomendaban mantener la calma en la población. Nunca poner en cuarentena a los sanos, que pasaron a llamarse “asintomáticos” y que no son los principales impulsores de la enfermedad. De hecho, podrían proporcionar una inoculación segura a la población. Nunca se recomendó el control de las fronteras, el cierre de las escuelas ni el uso de barbijos.
Tanto los CDC como la OMS publicaron documentos durante la pandemia en los que se afirmaba que los barbijos no son eficaces para detener la propagación de un virus respiratorio infeccioso. Estos documentos pueden encontrarse en el Anexo B de la “Declaración para la protección de los niños y los jóvenes frente a la respuesta al covid-19” . ¿Cómo pueden justificar que se recomienden al público en general, especialmente a los niños? Estas normas no científicas y arbitrarias hicieron que la sociedad se paralizara y dejara de funcionar. El cierre de escuelas fue, con mucho, el mayor mal para mí. Privar a los niños de educación durante un periodo tan prolongado es el mayor crimen cometido durante la pandemia. Cada trimestre escolar perdido significa una disminución del 3% de los ingresos de toda la vida. Algunos niños de los países en desarrollo aún no han vuelto a la escuela desde marzo de 2020. Estos niños son los que más necesitan la educación para salir de la pobreza.
- ¿Por qué cree que se siguieron aplicando esas medidas perjudiciales a pesar de que las pruebas científicas no las respaldaban?
- ¿Quién puede aceptar que los gobiernos y las agencias sanitarias no fueran conscientes de que encerrando a la gente, impidiendo el tratamiento de otras enfermedades, privando a los niños de la educación y la interacción social, no se iba a producir ningún daño? No necesitamos nuevos estudios que nos digan que hay un gran daño en estas políticas. Sólo necesitamos sentido común. ¿Por qué se han defendido estas medidas? La única explicación es que estas agencias tienen otras agendas no relacionadas con la salud de las personas. Son organizaciones capturadas y profundamente conflictuadas por intereses privados.
Antes de la pandemia no sabía que la OMS recibe el 20% de su financiación de GAVI - The Vaccine Alliance y de Bill Gates. Esto debe influir considerablemente en sus programas y recomendaciones. Sólo busqué esta información cuando vi que hacían recomendaciones poco acertadas al público, como encerrar a la gente en sus casas para escapar de un virus respiratorio cuando Tedros Adhanom dijo en su discurso de marzo de 2020 que nunca intentamos contener la gripe. Entonces, ¿por qué deberíamos intentar contener el SARS-CoV-2, un virus respiratorio altamente infeccioso que se propaga a través de aerosoles que pueden permanecer suspendidos en el aire en interiores durante días?
- ¿Cuándo consideró necesario redactar la “Declaración para la protección de la infancia y la juventud de la respuesta al covid-19?
- Me decidí a escribirla en diciembre de 2020 cuando observé que muchos países estaban atrapados en un círculo vicioso de confinamientos. Había pronosticado que harían el invento del confinamiento durante dos semanas y que luego se darían cuenta de lo descabellado que era y dejarían de hacerlo. Por desgracia, me equivoqué. Quería dotar a los padres de conocimientos y recursos para que pudieran luchar por los derechos de sus hijos. Me propuse escribir la declaración argumentando que los niños tienen un riesgo muy bajo de contraer la enfermedad y que no son el principal transmisor del virus. Los daños que han sufrido son numerosos y esta situación debe terminar por su bien. Como sociedad, los adultos deben proteger a los niños. Nunca antes habíamos pedido a los niños que hicieran sacrificios increíbles para proteger a los adultos. El mundo está ahora al revés.
Cualquiera puede firmar esta petición. Cualquiera puede defender a los niños y a los jóvenes y compartir esta petición con las escuelas, las empresas y los responsables de la toma de decisiones de su comunidad. Todo el mundo debe conocer el daño que causamos a los niños. Todo el mundo debe tomar medidas para detener este daño y ayudar a los niños a recuperarse de este calvario y todo el mundo debe asegurarse de que nunca más les hagamos esto.
Una vez que tengamos un número considerable de firmantes, tenemos la intención de enviarlo por correo electrónico a los políticos, a los diputados del Parlamento Europeo y a los responsables de la toma de decisiones para instarles a que adopten las seis medidas que recomendamos (Ver recuadro 1).
- ¿Qué les diría a los padres que están pensando en vacunar a sus hijos con la vacuna contra el covid?
- Muchos médicos están desaconsejando la vacunación contra el covid-19 a los niños y jóvenes, incluso a aquellos de alto riesgo. Tenemos varios tratamientos seguros y eficaces que se pueden utilizar para los niños de alto riesgo desde al menos agosto de 2020. Estas vacunas se basan en una nueva tecnología y no tenemos absolutamente ningún dato sobre sus efectos a largo plazo. Recientemente hemos lanzado una campaña en PANDA para instar a las autoridades a detener el despliegue de la vacuna para este grupo de edad. Se pueden encontrar las “10 razones por las que los niños y jóvenes no deberían recibir la vacuna covid-19” en nuestra página web (Ver recuadro 2). Los niños tienen una probabilidad casi nula de morir a causa del covid. ¿Por qué deberían correr algún riesgo con estas vacunas experimentales? Las vacunas son como cualquier otra intervención médica. Tienen beneficios y riesgos. En el caso de los niños y los jóvenes, la ecuación es de cero beneficios y todo riesgo. Los sistemas de notificación de eventos adversos que recogen información sobre los eventos adversos tras la vacunación están mostrando señales alarmantes, especialmente en los jóvenes. La miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) se ha notificado en hombres jóvenes tras la vacunación. El tratamiento de esta afección suele requerir de 3 a 6 meses de medicación para el corazón. ¿Por qué correr este riesgo? Una sola muerte tras la vacunación en los jóvenes es demasiado. Animo a sus lectores a que inicien una petición en la Argentina utilizando el texto estándar que hemos preparado y que también se encuentra en nuestro sitio web. Actualmente tenemos peticiones en Nueva Zelanda, Portugal, Israel, Australia, Alemania y la UE.
- ¿Qué podemos esperar en el futuro en cuanto al impacto que esta pandemia y las medidas adoptadas tendrán en los niños?
- Me preocupa mucho el rendimiento escolar de los niños. Los estudios demuestran que el rendimiento académico de los niños ha descendido drásticamente. Los niños no pueden aprender en línea. Es una fantasía pensar eso. También necesitan socializar y estar integrados socialmente. Los trastornos mentales se han disparado en niños y jóvenes. Los estudios que enumero en el Anexo C de la Declaración muestran que la depresión, la ansiedad, los trastornos obsesivo-compulsivos, las autolesiones y el suicidio han aumentado como consecuencia de los encierros y el aislamiento social. Llegados a este punto, necesitamos una evaluación precisa de todos estos indicadores y que los especialistas diseñen programas para subsanar las deficiencias o ayudar a los niños en su recuperación. ¿A cuántos niños has visto desinfectarse las manos enérgicamente o apretarse el barbijo en la cara al pasar junto a otra persona? Esto es un trauma. Es muy probable que veamos aumentar el trastorno de estrés postraumático tras la pandemia. Estos efectos negativos no pueden borrarse sin más. Tardarán mucho tiempo en curarse y dejarán una profunda cicatriz tras de sí.
- La forma en que se ha manejado esta pandemia, casi uniformemente a nivel mundial, ¿ha sentado un peligroso precedente?
- A menudo vemos que estas organizaciones globalistas juegan ahora la carta de la pandemia: que estamos bajo una amenaza creciente de pandemias. Lo único que se me ocurre es la carta del terrorismo. Esa carta la jugaron los gobiernos durante unos 15 años como forma de controlar al público con el pretexto de la seguridad nacional. Parece que nos espera otra ronda de control bajo el pretexto de las amenazas biológicas a la seguridad nacional. Mismo juego, diferente carta. Igual que entonces se construyó el terrorismo para asustar a la gente, ahora se está construyendo la amenaza de los virus para asustar. Los gobiernos pueden salirse con la suya cuando la población está petrificada. Se las arreglaron para hacerlo muy bien. Con un umbral de ciclo de PCR muy alto se puede convertir cualquier pequeño fragmento genético en una pandemia. De hecho, no ha habido un momento en el que el mundo esté más conectado y sea menos probable que sufra una pandemia mortal como ahora. Muchas personas, incluso antes de diciembre de 2020, tenían células T en su sangre específicas para el SARS-CoV-2 (el virus que causa el covid-19), lo que refleja una inmunidad preexistente.
- ¿Cree que alguna vez será posible llevar ante la justicia a los responsables de causar tanto daño a la humanidad con estas medidas que ni siquiera la ciencia avala?
- Desgraciadamente, como demuestra la historia, rara vez se hace justicia en situaciones como ésta. Sin embargo, siempre hay esperanza. Sólo hace falta que muchas personas tomen conciencia de que les han tomado el pelo y se nieguen a consentir la nueva normalidad. Creo que hubo múltiples elementos que hicieron el ambiente muy propicio para que se produjera una psicosis masiva de este tipo. Nuestra sociedad está cada vez más desconectada. El materialismo está ganando a las verdaderas experiencias significativas. Había una insatisfacción general, un alto nivel de ansiedad y depresión antes de la pandemia. La gente se esforzaba por experimentar un propósito en la vida. Eso pone a la gente en una posición muy débil y la hace más propensa a ser víctima de tácticas de miedo.
6 acciones imprescindibles
PARA RESTABLECER LA NORMALIDAD
1. Levantar todos los mandatos del COVID-19, especialmente los barbijos y el distanciamiento social en servicios educativos, sociales, médicos y de ocio destinados a los niños y jóvenes. Ampliar estos servicios para satisfacer el aumento de las necesidades.
2. Ofrecer prioritariamente la vacuna COVID-19 al personal de alto riesgo. Los niños y los jóvenes no se benefician de la vacuna COVID-19, ya que su riesgo de contraer la enfermedad es casi nulo. Por lo tanto, la vacunación masiva y los ensayos de vacunas en niños sanos no son éticos. Vacunar a esta población desvía recursos de las personas vulnerables y de otras cuestiones sanitarias más pertinentes (como la inanición infantil o la vacunación pediátrica rutinaria). Las familias de los niños y jóvenes con comorbilidades graves deben consultar a su médico para que les oriente.
3. Terminar los testeos de los bebés, niños y jóvenes. En caso de enfermedad (presencia de síntomas de covid-19), deben permanecer en casa hasta su total recuperación. Los testeos obligatorios a los estudiantes no son éticos.
PARA FACILITAR LA RECUPERACIÓN
1. Evaluar el impacto a corto y largo plazo de los confinamientos y las disposiciones educativas interrumpidas y subóptimas en los niños y jóvenes en términos de salud física y mental, adaptación social, logros educativos y perspectivas profesionales. Deben establecerse objetivos SMART. La magnitud del daño causado debe ser compartida con el público y los responsables políticos deben rendir cuentas.
2. Diseñar programas de recuperación para alcanzar los objetivos de bienestar educativo, mental y físico, especialmente para los grupos vulnerables, como los jóvenes que abandonaron la escuela o se encuentran con matrimonios precoces o embarazadas.
3. Formar un grupo de trabajo multidisciplinario de expertos para que se declare ilegal el confinamiento prolongado de los centros educativos y para garantizar que se evite una calamidad similar en el futuro.
Fuente: Panda (Pandemics Data & Analytics)
10 motivos para no vacunar contra
el covid a niños y adolescentes
1. Los niños y los jóvenes tienen una presentación mayormente leve o asintomática cuando se infectan con el SARS-CoV-2. Corren un riesgo casi nulo de morir a causa de COVID-19.
2. Existe una tasa inusualmente alta de eventos adversos y muertes notificados tras las vacunas contra el covid-19 en comparación con otras vacunas. Algunos efectos adversos son más frecuentes en los jóvenes, especialmente la miocarditis. Cuando existe un daño potencial derivado de una innovación y se sabe poco sobre ella, el principio de precaución dicta que primero no hay que hacer daño. Más vale prevenir que curar.
3. Todavía no hay datos de seguridad a medio y largo plazo sobre las vacunas covid-19. Los niños y los jóvenes tienen una esperanza de vida de entre 55 y 80 años. Los efectos nocivos desconocidos a largo plazo son mucho más importantes para los jóvenes que para los ancianos.
4. Las políticas de vacunación se basan en que los beneficios esperados superen claramente el riesgo de efectos adversos de la vacunación. El análisis de riesgo-beneficio de las vacunas covid-19 apunta a un alto riesgo potencial frente a ningún beneficio para los niños y los jóvenes.
5. La transmisión del SARS-CoV-2 de los niños a los adultos es mínima y los adultos en contacto con los niños no presentan una mayor mortalidad por COVID-19.
6. No es ético poner en riesgo a los niños y jóvenes para proteger a los adultos. Los comportamientos altruistas, como la donación de órganos y sangre, son voluntarios.
7. Existen varios tratamientos profilácticos, así como las vacunas contra el covid-19, para que las personas de alto riesgo puedan protegerse.
8. La inmunidad natural frente a la infección por el SRAS-CoV-2 es amplia y robusta y más eficaz que la inmunidad vacunal, especialmente para combatir las variantes. Los niños y los jóvenes están más seguros con la inmunidad natural.
9. Existen varios protocolos profilácticos (preventivos) y tratamientos eficaces para los niños y jóvenes con comorbilidades.
10. La vacunación de niños y jóvenes no es necesaria para la inmunidad de rebaño. Después de un año y medio de pandemia, la mayoría de las personas tienen inmunidad preexistente frente a otros coronavirus, se han recuperado del covid-19 o se han vacunado.
Por lo tanto, no hay ningún argumento médico o de salud pública para la vacunación masiva de niños y jóvenes, ni para la adopción de medidas coercitivas o restrictivas que afecten a los que no están vacunados.
Fuente: Panda (Pandemics Data & Analytics)