Máxima tensión fronteriza entre España y Marruecos
La crisis tomó tal dimensión que
"Vine a garantizarles la seguridad ante cualquier desafío -aseveró el mandatario socialista, quien recibió algunos insultos-. Siempre he creído que Marruecos es un socio y así debe seguir siendo. Esta cooperación debe basarse en el respeto a las fronteras mutuas''.
Por su parte, el gobierno de Rabat llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, un hecho que no sucedía desde 2007. Previamente, la diplomática había sido convocada por la ministra de Relaciones Exteriores de España, Arancha González Laya, quien le manifestó su "rechazo y disgusto'' por lo que ocurre en el enclave.
BOMBA DE TIEMPO
Cientos de personas permanecen agolpadas frente la valla de Castillejos con la intención de llegar a Ceuta, como hicieron sus compatriotas, la mitad de ellos ya "deportados''. Esas expulsiones exprés están lejos de intimidar a miles de africanos que, procedentes de distintos puntos, se concentran en la frontera caliente. Abundan los adolescentes y jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera lucen calzados porque eligen alcanzar suelo europeo a nado.
Igual, la mayoría se "filtra'' por los agujeros que hicieron en la valla metálica que sirve de divisoria entre Marruecos y la denominada ``tierra de nadie''. Sin embargo, la "excursión'' no es tan fácil, pues detrás del último vallado los esperan las fuerzas españolas, que disparan gases lacrimógenos contra quienes pretenden forzarlo o bordearlo.
Este inédita avalancha migratoria se produce en un año de enorme crisis tanto en Ceuta (por el cierre fronterizo por parte de Marruecos en marzo de 2020, y sin fecha para su reapertura) como del otro lado, que sufría ya antes de la pandemia las consecuencias del fin del contrabando desde octubre de 2019, que privó de sustento a miles de familias en la región.
ECO EUROPEO
Como se trata de las únicas fronteras terrestres de la UE con Africa, el bloque continental enfatizó su apoyo a Madrid porque "las fronteras españolas son fronteras europeas'', y reclamó a Rabat que respete sus compromisos y combata la inmigración irregular.
Líderes ultraderechistas de otras naciones europeas, como el italiano Matteo Salvini y la francesa Marine Le Pen no desaprovecharon la ocasión de fustigar a Bruselas por permitir este "colador''.