Opinión
Todos los fuegos
La Asociación Forestal Argentina -AFoA- realizó su cuarto seminario virtual y gratuito sobre un tema de alerta máxima y suma actualidad: los incendios rurales y forestales que han aumentado su incidencia y peligrosidad en el contexto del cambio climático. El titular de la entidad, Osvaldo Vassallo, quien dedicó unas palabras de bienvenida a los asistentes virtuales de Argentina, países limítrofes e incluso España.
"Sin dudas, los incendios rurales en general y forestales en particular, son uno de los disturbios que más afectan e impactan a la población y los recursos naturales en distintas áreas. Además de poner en riesgos vidas humanas, pueden producir pérdidas de activos económicos y de recursos naturales de alto valor. La prevención es fundamental y prioritaria, y es por ello que hemos convocado un panel de expertos para conocer y difundir las experiencias internacionales y nacionales en política de prevención y presupresión de incendios''.
A continuación, fue el director del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, Alberto Seufferheld, quien destacó como central la pandemia, ya que hace muy difícil la planificación en las jurisdicciones y ambientes sanitarios, más allá de los trabajos de prevención y operaciones en los incendios en cada zona en la que se desarrollan.
El primer expositor, en vivo desde España, fue el experto ingeniero de Montes, Juan Caamaño Azcárate de Pau Costa Foundation -una entidad sin fines de lucro- comenzó con la impactante propuesta de que hay que generar ecosistemas y sociedades resilientes al fuego.
"Lo que buscamos es que las personas estén adaptadas y sepan convivir con el fuego. La fundación nació cuando se dio una transformación económica muy grande que fue desde lo rural hacia la ciudad. El fuego se ve como enemigo, como un elemento a derrotar, lo cual se traduce en inversiones millonarias para su exterminio, tanto en España como en el mundo. Hoy se sabe que esto no ha dado el resultado esperado. Hay una clara interface forestal, abandono rural y una visión clásica de la prevención, minimizada solo a los cortafuegos que es muy poco''.
La clave está en generar un cambio en el enfoque y la visión. "El fuego debe entenderse como fenómeno natural. Hay que crear el concepto de ecología del fuego, en donde se vincula con los ecosistemas. Asimismo, debemos marcar la diferencia entre fuego bueno y fuego malo; el fuego es el mismo, pero uno es controlado para un beneficio y el otro es una emergencia que genera daños''.
"Hay que trazar los Puntos Estratégicos de Gestión (PEG) para saber y prevenir cuales podrían ser los incendios habituales, con estudios de la geografías, vientos y climas. La idea no es eliminar que se produzca el fuego -que es algo natural- sino evitar que se propague''.
DESDE CHILE
Luego, desde Chile, fue el turno de la ingeniera Forestal Angeline Castillo Orellana, Jefa de Prevención de Incendios de Arauco quien tomó la palabra para compartir sus conocimientos de más de 25 años como responsable de la gestión preventiva de incendios forestales. La ejecutiva tiene a su cargo un patrimonio forestal de 1.000.000 ha de tierra, con 800.000 ha de plantaciones de pinos y eucaliptos, distribuidas en un área que abarca desde la VI a la IX región del país trasandino.
"Primero, debemos saber que un incendio se produce por la acción de tres factores: calor, oxígeno y combustible. Generalmente sabemos dónde se inicia un incendio, pero nunca donde termina. Para elaborar un plan de prevención de incendios, primero hay que conocer cómo se produce. Realizamos todo tipo de preguntas sobre los orígenes de los incendios y así, con esa información, se realiza una planificación estructurada''.
"Trabajamos en tres líneas de acción: planificación y difusión, dándole a conocer a la gente el mensaje de lo que está pasando y como se puede prevenir. Y saber cuáles son los conflictos de los incendios intencionados. Luego, como segunda línea, gestión de combustible: para bajar la propagación de los incendios. Y una tercera línea de acción coordinada en la temporada de incendios. Que es un trabajo de todo el año y en forma permanente''.
Desde Alemania, por su parte, Camilo Pabón, Desarrollador de Negocios de OroraTech, explicó a la audiencia la amplia capacidad de cobertura global que ofrece la tecnología satelital.
Pensado para una correcta gestión integral de incendios forestales -basado en la prevención de riesgos, la detección temprana, el monitoreo en tiempo real y el análisis de daños a través del uso de imágenes y datos provenientes actualmente de 12 satélites- el sistema de la firma a través del uso de algoritmos especializados detecta, rastrea y envía alertas de emergencia cada vez que se detecta un nuevo incendio.
A partir del próximo año el sistema empezará a ser complementado con una constelación propia de nanosatélites; los datos recopilados se evaluarán a bordo mediante el uso inteligencia artificial y alarmas de los eventos de incendio detectados serán enviadas en tiempo real.
"Con lamentables ejemplos recientes como en Argentina, Australia y Estados Unidos, sabemos que la clave es prevenir antes de que ocurra. Para eso hay mapas de vientos, nubes, humedad y otros riesgos que nos permiten realizar una detección temprana, gracias a los satélites, que nos brindan imagen exacta de la zona y de los riesgos de incendios que tienen.
Posteriormente, el reconocido climatólogo y columnista radial con profundo vínculo agrario, Ing. Eduardo Sierra, presentó un panorama de riesgo climático para los próximos meses: "Si pensamos en el rol del clima en los incendios forestales y en las perspectivas 2020/2021, el primer villano es el clima. Y si nos cuestionamos si el cambio climático favorece a los incendios, la respuesta es un rotundo sí. De hecho, desde 1980 la temperatura de la Tierra sube sin cesar y hoy, de hecho, podemos decir que está con fiebre" explicó Sierra.
"Solemos tener fases positivas y negativas en América Latina en cuanto al clima que se repiten sistemáticamente en ciclos de años. Estamos ahora en una fase negativa que comenzó en 2007 y no sabemos hasta cuando se extenderá. De hecho, es posible que el ambiente sea propenso a la generación de incendios en los próximos 10 a 20 años''.