Héroes por un día
El baúl de los recuerdos. River cortó en 1975 su racha de 18 años sin títulos. El destino se encaprichó para que la consagración se diera durante una huelga de jugadores. Los millonarios fueron campeones con un equipo juvenil que venció 1-0 a Argentinos.
Rubén Norberto Bruno era un puntero derecho que actuaba en la Quinta División de River. También frecuentaba la Reserva. El 14 de agosto de 1975 quedó en la historia. Le tocó jugar en la Primera como mediocampista por la izquierda. Y con el 10 en la espalda le puso la firma al gol más esperado por los millonarios: el que marcó el final de la interminable racha de 18 años sin títulos que arrastraban desde 1957. Los de Núñez vencieron 1-0 a Argentinos en la cancha de Vélez en la penúltima fecha del Metropolitano. Todos los equipos del fútbol argentino presentaron formaciones integradas por juveniles debido a una huelga de profesionales. Bruno, el pibe del gol del campeonato, tuvo su noche de gloria. Hizo feliz a River, pero él y sus compañeros no quedaron en el recuerdo como héroes, aunque lo hayan sido al menos por un día.
Angel Labruna había retornado a River con la idea fija de ser el técnico que les devolviera la alegría a los millonarios. A pesar de la desconfianza de los dirigentes, llegó de la mano de veteranos como Roberto Perfumo, Miguel Angel Raimondo y Pedro González y de jugadores que habían pasado por el club en los días de permanentes frustraciones, como Oscar Pinino Mas. El DT necesitaba hombres para apuntalar a pibes que jugaban bárbaro como Norberto Alonso, Juan José López, Carlos Morete y Daniel Passarella. Logró un equipo muy firme en defensa y contundente en ataque. El Feo le había dado forma al conjunto ideal para recuperar la felicidad perdida.
El 3 de agosto los de la banda roja derrotaron 2-0 a San Lorenzo con goles del Beto Alonso. Estaban en la cima de la tabla con 51 puntos. Huracán le ganó a Boca y no sólo se transformó en el escolta inmediato con 48, sino que dejó fuera de carrera a los xeneizes. Faltaban dos fechas para el ansiado título. Faltaba un triunfo más para lograrlo. Se desató un conflicto en demanda de la firma del Convenio Colectivo de Trabajo. Los jugadores se declararon en huelga.
River estaba a las puertas de su día de gloria. Empezaron las reuniones para discutir los pasos a seguir. Los clubes estaban dispuestos a apelar a futbolistas amateurs, como había pasado en 1971, a raíz de otra medida de fuerza similar. A los pibes de la Cuarta, Quinta y Sexta División les dijeron a primera hora del jueves -día del partido- que debían salir a la cancha. Después de una votación interna, aceptaron. Sentían que era su oportunidad de quedar en la historia. Labruna les dio un mensaje tranquilizador, aunque el responsable del equipo iba a ser Federico Vairo, el encargado de las inferiores.
Si bien algunos de ellos alguna vez habían compartido entrenamientos con el plantel de Primera, sólo el arquero Alberto Vivalda había debutado. El rival era Argentinos en la cancha de Vélez. Los de La Paternal también eran juveniles dispuestos a mostrarse en el escenario que hasta ese momento ocupaban las figuras. Les tocaba ser actores protagónicos y querían llevarse los aplausos. El partido fue duro, parejo. El 0-0 no se modificaba, hasta que después de un pelotazo largo del mediocampista Norberto Bargas el defensor local Ricardo Próstamo ensayó un sombrerito que no le salió bien, Bruno le robó la pelota con la cabeza y sacó el zurdazo que viajó hacia el fondo del arco de Norberto Díaz. River era campeón. El delirio se instaló en las tribunas. El título soñado se convirtió en una realidad palpable.
Tres días más tarde, ya con los habituales titulares, River festejó en un Monumental repleto ganándole 2-0 a Racing. Los jugadores dieron la vuelta olímpica. Labruna fue paseado en andas como el prócer que era. Había cumplido su palabra. Fillol; Pablo Comelles, Perfumo, Héctor Artico, Héctor López; Jota Jota López, Raimondo o Reinaldo Merlo, Alonso; Pedro González, Morete y Pinino Mas quedaron en la historia grande.
A Bruno y a los pibes, que durante mucho tiempo fueron apuntados con el dedo acusador por carneros, les tocó sentenciar el campeonato. Bruno metió el gol de su vida. El gol más deseado por los millonarios. Dos años después lo dejaron libre y pasó por Los Andes, Huachipato de Chile y por los modestos Unión de Zapala e Independiente de Neuquén antes de retirarse a los 24 años. Sus compañeros tampoco pudieron hacerse un nombre en el club. Pero todos fueron héroes por un día.
LA SINTESIS
Argentinos 0 - River 1
Argentinos: Norberto Díaz; Ricardo Próstamo, Raúl Núñez, Ricardo Fusani, Héctor González; Miguel Angel Privitera, Daniel Gallegos, Luis Alberto González; Aldo Oscar Méndez, Jorge Orlando López, Carlos Alberto D´Agostino. DT: Francisco Campana.
River: Alberto Vivalda; Rodolfo Raffaelli, Orlando Ponce, Fernando Zappia, Luis Alberto Jometón; Rubén Mario Cabrera, Héctor Bargas, Rubén Bruno; Leonardo Labonia, Ramón Orlando Gómez, Francisco Groppa. DT: Federico Vairo.
Incidencias
Segundo tiempo: Luis María Giménez por Groppa (R); 10m Daniel Masotto por D´Agostino (A); 24m gol de Bruno (R); 29m Osvaldo Tuler por Privitera (A), 30m Sergio Gigli por Bargas (R).
Cancha: Vélez (local Argentinos). Arbitro: Miguel Comesaña. Fecha: 14 de agosto de 1975.