Caso Belsunce: John Hurtig dijo que nunca encubrió el crimen de su hermana

El abogado del médico Juan Gauvry Gordon admitió que su defendido "compró" la hipótesis del accidente y pidió "encarecidamente" que, si lo condenan, no lo manden a la cárcel ni le impidan trabajar.

La defensa de John Hurtig, medio hermano de María Marta García Belsunce, clamó hoy su inocencia porque "no hay una sola prueba que acredite" que encubrió el crimen, mientras el abogado del médico Juan Gauvry Gordon admitió que él "compró" la hipótesis del accidente y pidió "encarecidamente" que, si lo condenan, no lo manden a la cárcel ni le impidan trabajar.

"Pido encarecidamente la absolución, más allá de si lo pude probar o no -dijo el defensor Gabriel Becker-. Todos saben que Gauvry Gordon actuó de buena fe".

Hoy, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro, que desde hace cinco meses sustancia el juicio por el encubrimiento del crimen de María Marta, escuchó los alegatos de dos de los cinco acusados, 48 horas después de que la Fiscalía reclamara penas de hasta seis años de cárcel para varios de los imputados y la absolución de la masajista Beatriz Michelini.

Puntualmente, la fiscal Laura Zyseskind había dicho que el cuerpo de María Marta le entregó la prueba a su medio hermano para comenzar a investigar un crimen y él "lo que hizo con esa prueba fue tirarla al inodoro", en referencia a la bala que se conoció como "pituto".

Por eso hoy, el abogado Marcelo Riguera, defensor de Hurtig, al abrir la ronda de alegatos defensistas buscó rebatir todas las sospechas: desde las que sugerían que él pudo haber sabido que el "pituto" era una bala hasta la idea de que pudo haber "plantado" el plomo en el pozo ciego donde lo encontraron después.

Con una notable argumentación en donde no dejó posibilidades de culpabilidad sin abordar, Riguera denunció que la Fiscalía "omitió" tomar en cuenta que Hurtig fue "el combustible que motorizó" la causa, y remarcó que cuando tiró el 'pituto' al inodoro "aún no dudaba" de la hipótesis del accidente.

Luego del alegato de Hurtig, le tocó el turno a la defensa del primer médico que llegó al country para atender a María Marta -Juan Gauvry Gordon- y que no denunció que se había tratado de una muerte violenta.

Si el TOC 1 hace lugar al reclamo de la Fiscalía, Gauvry Gordon podría terminar condenado a seis años de cárcel y la misma cantidad de años de inhabilitación.

Ante la posibilidad de una condena, el abogado sostuvo: "Ya ni siquiera pido la pena mínima, sino que pido una pena en suspenso".

"La inhabilitación especial de seis años que pidió la fiscal es un castigo innecesario, lo estarían condenando a la miseria porque él alquila y vive con lo justo. ¿Dónde van a ir los hijos?", les dijo a los jueces el abogado Becker.
Para la defensa de Gauvry Gordon, la pena pedida por la fiscal Zyseskind es "sumamente excesiva y desproporcionada" porque pidió la misma cantidad de años solicitados para Sergio Bártoli, cuñado de García Belsunce y a quien se intentó acusar dos veces por el homicidio.

"Gauvry Gordon pensó equivocadamente, sin querer encubrir. En ningún momento se imaginó que María Marta había sido asesinada. Compró la versión del accidente doméstico. No vio balas ni olió pólvora. No le prestó atención al charco de sangre... No tuvo sospechas", dijo Becker.

La defensa remarcó que a él le habían avisado que el caso era una pérdida de conocimiento y que, ya en camino, le dijeron que el paciente estaba mejor.

"Gauvry Gordon entró totalmente desprevenido. Esto tiene vital importancia para entender el error que cometió", dijo.

La principal acusación contra el médico fue no haber cumplido con la obligación de denunciar ante la policía la muerte traumática.

La defensa admitió en todo momento esa falta de denuncia, pero se lo atribuyó al desconocimiento, a la inexperiencia y a la ausencia de preparación en torno a la medicina legal en su carrera universitaria.
Becker cuestionó lo que consideró interpretaciones "antojadizas" de la Fiscalía sobre las propias palabras de Gauvry Gordon cuando sostuvo "me mandé una cagada y tengo que pagar".

"Fueron maniobras erróneas, no encubridoras -sostuvo el abogado-. Su desconocimiento, su falta de preparación, su personalidad a la hora de anular los hechos negativos y tal vez quizás cierta soberbia para no escuchar lo que le sugerían para llamar a la policía... Fue un cóctel explosivo que no justifica el pedido de pena de la Fiscalía", enfatizó.