Espectáculos
En San Sebastián no pudo exhibirse por razones técnicas la película de Nicolas Klotz
El primer entredicho lo generó Francia
El director acusó a través de un comunicado a su país por oponerse a que trasciendan los problemas de la pobreza y la marginación. Se exhibió en competencia el filme español "El otro barrio". Michael Caine fue premiado por el conjunto de su carrera.
Todavía resuenan los aplausos que recibió Michael Caine cuando retiró el Premio Donostia por el conjunto de su carrera. También se exhibió su última película "Shiner", del británico John Irving, en la que interpreta a un pequeño promotor de boxeo de los suburbios de Londres.
Solo una de las dos películas que compiten diariamente en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián, la española "El otro barrio", de Salvador García Ruiz, se pudo exhibir ayer.
Nicolas Klotz, el director de la otra película, la francesa "Paria", cuya proyección se suspendió en esta sección del certamen, acusó de este hecho al cine y a la sociedad franceses, que "rechazan visceralmente" la pobreza y la marginación.
En un comunicado enviado al festival, Klotz afirma que "desde que trabajo en esta película me he enfrentado sin cesar a bloqueos por parte de todas las instancias del cine francés" que "son también la expresión del rechazo visceral de la sociedad francesa (a pesar de sus discursos televisivos de buena conciencia) frente a la gran pobreza y la marginación. Creo que se debe explicar a la prensa -sigue el comunicado dado a conocer por la dirección del festival- cómo un laboratorio ha hecho de todo para impedir que una película que habla de exclusión represente a Francia en el certamen".
IMAGENES CON MUSICA
Klotz inició su carrera cinematográfica en 1987 con varios documentales musicales, entre ellos, "Chants de sable et d´étoiles" y los largometrajes "La nuit bengali" y "La nuit sacrée". Además ha dirigido varias obras de teatro y monografías en vídeo sobre varios músicos.
La española "El otro barrio", que causó mejor impresión en la crítica local que en la internacional, narra la historia de un chico de quince años que hiere gravemente a un amigo, por lo que, hasta que no se confirme su inocencia, es internado en un reformatorio.
La obra, que se inicia con gran fuerza y originalidad, va perdiendo potencia, tal vez a causa de su excesiva duración: 132 minutos en los que el espectador es testigo de un drama sobre la identidad humana que no termina de desvelarse.
"El otro barrio" está basada en una novela de la española Elvira Lindo. Su director dijo tras la proyección que rodó la cinta para recrear la novela.
Confesó que hacer la adaptación y el guión no fue fácil. "Quería que la autora viera la película una vez terminada y reconociera sus palabras. Porque era allí dónde yo quería llegar".
"Cuando comencé a trabajar en el guión -agregó- comprendí que la aparente sencillez de la escritura, los sentimientos, el corazón que parece desbordar el texto, ocultaban una compleja estructura difícil de reconstruir cinematográficamente".
UNA HISTORIA CERRADA
"Y que había que intentar que las mismas emociones, las mismas sensaciones que recibía el lector de una historia tan cerrada, tan íntima, tan directa, las recibiera el futuro espectador de la película", prosiguió.
Añadió que en "El otro barrio", junto a actores profesionales "hemos trabajado con adolescentes de los que sólo uno de ellos tenía experiencia previa. Y esa circunstancia, que es casi una sensación, la primera vez es tan intensa, tan poderosa que termina por envolver a todos los demás".
"En el fondo -concluyó-, siempre es y será la primera vez. En el momento de rodar, se trata de que ocurra algo ante la cámara, algo que sucederá una sola vez y no se repetirá".
García Ruiz nació en Madrid en 1963 y es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Este es, tras "Paginas de una historia. Mensaka", su segundo filme.
El filme está protagonizado con eficacia y sensibilidad por Alex Casanovas y el joven Jorge Alcázar.
MUSICA A BENEFICIO
El cantante y compositor brasileño Caetano Veloso y su colega y amigo estadounidense David Byrne pusieron ritmo musical al festival al tocar en el Velódromo de Anoeta a beneficio de una organización brasileña que defiende y ayuda a los niños y adolescentes desprotegidos.
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