Por la primera semifinal de la Copa Libertadores, River logró un trabajado triunfo por 1-0 sobre Lanús. Hubo pocos espacios y escasas situaciones de gol, pero Scocco aprovechó su oportunidad y anotó el único tanto. Con una diferencia mínima, todo se definirá en el Sur. En su estreno, el VAR no fue necesario utilizarlo.
El primer tiempo comenzó con un gran desgaste del local, presionando bien arriba y buscando anular los continuos intentos de la visita para salir, fiel al estilo impuesto por Almirón, siempre jugando por abajo. Para esta tarea fue fundamental el despliegue de Fernández y Scocco. En ese momento el goleador contó con una oportunidad en el punto de penal, pero definió a las manos de Andrada.
Ya en los 20 minutos el Millonario bajó su intensidad, y allí fue donde se vio lo mejor del Granate. Sin generar verdadero peligro, salvo una aproximación del Laucha Acosta, la visita logró imponer su filosofía, adelantarse en el campo de juego, haciendo circular muy bien la pelota. Faltó más participación de Román Martínez, abocado más a la creación de juego y no tanto a la fricción que imponen estos partidos definitorios.
Lo mismo sucedió con el 10 de River. El Pity tuvo poca incidencia. El planteo de ambos llevó a los futbolistas más capacitados técnicamente a correr más de lo que podían pensar, y ése fue uno de los motivos que generó la carencia de situaciones de gol. Los minutos finales de la primera etapa mostraron al local como en el comienzo. Es que River recuperó aire y volvió a presionar bien arriba, aunque esta vez con mayor efectividad. Lanús estuvo más impreciso y fue débil ante el asedio rival, cometió errores, pero que no inquietaron a Andrada. Claro que fueron un aviso para Almirón.
El complemento arrancó de igual manera, con la Banda tratando de hacer pesar su localía. Por momentos Lanús se vio superado, pero tuvo fortuna. Es que en su mejor momento los de Gallardo estrellaron un disparo de Pinola en la base del caño derecho. Después de ese comienzo la visita volvió a acomodarse y a cerrar los espacios. Allí fue necesario para el Muñeco mover el banco para encontrar frescura.
De La Cruz ingresó por Fernández, quien alternó buenas y malas. Y fue el uruguayo el que devolvió a River el control del partido. En sus pies comenzó el gol que rompió el cero que parecía ser el destino del encuentro cuando quedaban menos de diez minutos. El hermano de Carlos Sánchez habilitó al Pity Martínez, el disparo del volante encontró una floja respuesta de Andrada quien le dejó el tanto servido a Scocco. Y el delantero no falló. Bien ubicado, con puro olfato goleador, solo tuvo que empujarla.
De esta manera el Millo está a noventa minutos de disputar una nueva final continental. Irá a la Fortaleza con una ventaja mínima, pero con la tranquilidad de no haber recibido goles. Es el favorito, pero Lanús cuenta con suficientes recursos para darlo vuelta. Será el momento para que la mística copera que Gallardo le supo inculcar a River vuelva a brillar.