Crítica: "Caño dorado", una muy lograda película, con valiosa actuación de Lautaro Delgado
Un infierno muy poco encantador
Ficha técnica:
"Caño dorado". Argentina, 2010. Dirección y guión: Eduardo Pinto. Fotografía: Daniel Sebastián Ortega. Música: Fabián Picciano, Pity Alvarez, Karamelo Santo y Estelares. Actores: Lautaro Delgado, Tina Serrano, Camila Cruz, Yiyo Ortiz, Alfredo Bertazzoni y Luis Campos. Presenta: No problem cine. Duración: 103 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.
Eduardo Pinto hizo previamente "Palermo Hollywood", que filmó en esa zona de nuestra ciudad. Con "Caño dorado", cambió su escenario y se trasladó al conurbano bonaerense.
Los lugares elegidos parecen imponerle a Eduardo Pinto una estética hecha de urgencias, de una poética hecha de amor y de dolor.
El amor y el dolor coinciden en esta historia de jóvenes, de mayores que han ido elaborando para sus hijos un futuro que parece hecho de retazos del infierno.
Porque acá son los adultos, los que empujan a los jóvenes a delinquir, a la corrupción, al consumo de drogas.
PEQUEÑO ARSENAL
Su emergente es el Panceta, un pibe que desde que murió su padre, mantiene a su madre. Trabaja en una fábrica y para ganarse algunos extras, en el taller de herrería del fondo de su casa, guarda y fábrica un pequeño arsenal de armas tumberas, que vende a los pibes del barrio, "para que aprendan a defenderse", dice el Panceta. Pero los "pesados" del barrio no opinan lo mismo y tienen al Panceta en la mira, porque temen que ese pibe de gorrita, que anda en bicicleta les quite clientes y les arruine el negocio.
El Panceta parece inmune, o inocente a estos hechos. Aunque los conoce y sabe que es capaz de cualquier cosa para defender a su madre, pero el amor golpea a su puerta y lo hace de una manera imprevista, vertiginosa y esto le traerá impredecibles consecuencias.
"Caño dorado" se mueve en la cuerda floja de lo legal e ilegal y expone una serie de sentimientos primarios, un misticismo pagano y una poética cruda y sucia, a la que Eduardo Pinto y sus actores supieron aportarle un muy meritorio compromiso interpretativo.
ESTILO NARRATIVO
Pinto parece inspirarse de la "suciedad" de sus escenarios, por eso su estilo narrativo es nervioso, intenso, impactante. Su cámara en mano le da vigor y espontaneidad a unas bien elaboradas escenas cortas, pero de gran potencia dramática.
Lautaro Delgado carga sobre sus hombros un protagónico, al que le aporta una gran sabiduría actoral. El actor al que se vió en un admirable papel en "La vida es sueño", se deja llevar por la acción, el movimiento y su rostro es capaz de transmitir valor, amor y rebeldía con igual intensidad.
Camila Cruz resulta una muy gratificante revelación y Tina Serrano y Luis Campos aportan su siempre admirado oficio. La fotografía y la música son otros aliados de este filme que refleja una Argentina que sólo parece mirar un presente de corrupción.
Calificación: Muy buena