OLVIDO

Casi nadie recordó a Lady Di, en Londres, a tres años de su muerte.

Londres - Hace tres años, toda Gran Bretaña estaba de luto. Hoy sólo algunos ramos de flores frente al palacio de Kensington recuerdan, en su tercer aniversario, la muerte de Diana Spencer. La princesa de los corazones murió, su pueblo enjugó sus lágrimas, y su memoria -que en los días inmediatos al accidente automovilístico de París parecía destinada a durar por siempre- se está perdiendo. Guillermo, el hijo que más se le parece, está de viaje por Sudamérica con un grupo de amigos. Enrique y su padre, Carlos, se encuentran en Balmoral, Escocia, junto a Isabel y la reina madre. Para hoy -día del aniversario de la muerte de Lady Di- nadie programó nada especial. Sólo pasaron 36 meses desde que Diana perdió la vida en el túnel del Alma, junto a Dodi Al-Fayed. Sin embargo, Londres parece haberla olvidado. Ni un concierto, ni una velada, ni una manifestación para el triste recuerdo. La carrera de beneficencia desde el palacio de Kensington hasta la catedral de Saint Paul, que habría debido celebrarse el mes pasado, fue suspendida. Los organizadores esperaban atraer a 20.000 competidores, pero se presentaron sólo 500. El Diana Memorial Fund -entidad creada para seguir apoyando iniciativas benéficas en nombre de la difunta princesa- este año recibió sólo 750.000 dólares. Lejos de los 3 millones de los primeros 12 meses. También la residencia de Althorp, sede de la familia Spencer, en la periferia de Northampton, donde Diana está sepultada, dejó de atraer a la gente como en otros tiempos. En los primeros años, 145.000 personas compraron una entrada para visitarla. Este año, las ventas han mermado, aunque los datos oficiales estarán disponibles recién en septiembre. Al puente del Alma, en París, el lugar donde perdió la vida la princesa, ya no concurren tampoco multitudes para tomarse fotos o decir algún poema. Sólo un ramo de rosas fue depositado ayer por algún fan desconocido. UN PROCESO NORMAL Para Andrew Samuels, docente de psicología en la Essex University, la disminución de la popularidad de Diana forma parte del normal proceso del luto. "La indiferencia actual -dijo- es una reacción comprensible a la enorme expresión de dolor que se verificó en los días de su muerte. Es como si la gente hoy se avergonzara de su actitud de hace tres años". Según Ingrid Seward, directora de la revista Majesty y ex amiga de la princesa, "aún existen muchas personas que la adoran, pero la mayoría la bajó del pedestal donde la colocara".