Esta fue la semana más divertida, movida y realista del año. Como se recordará, el principal temor del mercado era (y es) la creciente inflación en Estados Unidos. La Reserva Federal tiene que mover ficha para frenarla y -como usted sabe- el aumento de las tasas siempre es lesivo para los inversores bursátiles. Con los sucesivos récords en los indicadores -por la firme recuperación de la economía y la fortaleza de las empresas- vimos una peculiaridad de Wall Street que estudio hace tiempo. Rara vez los inversores en bolsa americana pasan por cash. En Estados Unidos lo más común es hacer una toma de ganancias y comprar las llamadas acciones protectivas, que históricamente en el peor de los casos caen muy poco. En la jerga se llama fly to quality. De un activo a otro, por eso la Bolsa estadounidense no pierde volumen.
Todo el mercado sabe que el tapering (proceso de la Fed para la suba de las tasas) es inexorable. En mi visión, el costo del dinero de referencia en Estados Unidos se irá del 0,25 % actual al nivel del 1 al 1,50%. Comienza una nueva etapa y los movimientos son monstruosos. En los últimos días, vimos una formidable caída de los precios de los activos. Wall Street sufrió su peor semana desde octubre. El Dow Jones perdió 3,5 % en el conjunto de las últimas cinco sesiones; el S&P un 1,9 % y el Nasdaq un leve 0,3 %. No solamente la Bolsa pierde en un proceso de suba de tasas. El oro, que venía en franca recuperación recuperando todo lo perdido en 2021, volvió a desplomarse a los mínimos del año, en el orden de los u$s 1.760.
Hay que destacar que los ganadores en el tapering siempre son los tenedores de dólares, hay más premio (más tasa) para ellos. Hay más incentivos para huir de los activos de riesgo y hacer colocaciones bancarias. Debido al revolving que mencionábamos, probablemente las acciones sufran menos que otros activos. El petróleo, que venía con gran fuerza por la recuperación de las economías y las tensiones geopolíticas, se ha frenado en la zona de los u$s 72. El alza de tasas desnuda, por otro lado, las deficiencias de América latina. El carry trade ha terminado. No es lógico apostar ahora al peso mexicano o al chileno, que perdió casi un 8 % en una semana.
Las próximas semanas el mercado estará atento a las cifras de la economía de Estados Unidos. Y a los comunicados de la Fed. A nadie le gustó que la entidad monetaria haya declarado días atrás que dejaría para 2023 las primeras subas de los tipos de interés. Fue interpretado como un chiste. ¿Cómo no va actuar Jerome Powell si hay una oleada inflacionaria? Es ridículo tirar la pelota para adelante y sentarse a esperar que se moderen los precios solos.
En el interín, las criptomonedas no mostraron grandes movimientos. Desaparecieron de los titulares. El bitcoin cotiza en torno a los 38 mil dólares y el ethereum cerca de los u$s 2.200. Sigue el proceso de decantación y las ofensivas gubernamentales para controlarlas. No obstante, me gustaría proporcionarle un dato: un importante banco español con sede en Suiza le ofrecerá pronto a sus clientes de banca privada productos vinculados a las criptodivisas.
En relación a la Argentina, seguimos sumidos en una siesta demoníaca. Mientras las monedas latinas se devaluaron la semana pasada entre el 7 y el 8%, el tipo de cambio libre corrigió un poco, pero siempre por debajo de los 165 pesos. El adormecimiento es una ficticia pax cambiaria. El alza de tasas en Estados Unidos siempre golpea con fuerza a los commodities. Ya lo estamos viendo: la soja que había llegado en Chicago a los u$s 1.700 dólares este año ha perdido un 15 %. Son 4.000 millones de dólares menos para el Estado argentino. China, para peor, acaba de advertir que hará uso de sus reservas para bajar aún más los precios de las materias primas, ya sean los agrícolas como minerales. No sería raro que nuestro principal producto de exportación vuelva a los 900 dólares, que es donde arrancó su proceso alcista. Un baño de realidad para la Argentina populista. Se vienen las elecciones y la tradicional dolarización de carteras. Cualquier nivel por debajo de los 300 pesos por dólar para mí es barato.