EL PULSO DE LOS MERCADOS

Empieza a detenerse la economía de EE.UU.

El comienzo de mayo nos ha traído un mala noticia importante. Hasta aquí los mercados internacionales y el mercado laboral estadounidense sorprendían por su recuperación post primer efecto del virus chino. Todos los meses, merced a la planificación y los estímulos, primero de Donald Trump y luego de Joe Biden. También por los trabajos para masificar la aplicación de vacunas y por la sabia decisión gubernamental de no poner palos en la rueda del sector privado. Los últimos quince días, en cambio, hemos percibido indicios de cambio de rumbo en la Casa Blanca. La administración demócrata quiere aumentar los impuestos a los millonarios y todo hace sospechar que no se detendrá allí. La segunda carta negra de Biden es el enérgico respaldo a la liberación de patentes medicinales, irresponsabilidad repudiada naturalmente por Pfizer, pero también por esa brillante estadista llamada Angela Merkel.

La vulneración del derecho de propiedad de los laboratorios, por supuesto, tendrá efectos deletéreos en los mercados globales. Sería, a mi juicio, más inteligente incentivar a todos los que han desarrollado vacunas a aumentar firmemente la producción.

Otra señal preocupante la dio el informe de empleo de abril en Estados Unidos. Indica que se está ralentizando la creación de puestos de trabajo, con unos 266.000 frente al millón estimado y un leve aumento de la tasa de desocupación hasta el 6,1 %. Fue un baldazo de agua fría que muestra dos cosas: la Casa Blanca deberá idear algún otro mecanismo para estimular la economía. Y, en segundo lugar -mire que interesante- los planes de la Reserva Federal para subir las tasas ante el eventual aumento de la tasa de interés serían dejados definitivamente de lado, por lo menos por un tiempo.

Este último razonamiento es el que le dio continuidad a la senda alcista en Wall Street. El Dow Jones acumuló un avance del 2,7 % y el S&P 500 progresó un 1,23 % en la semana. Ambos, en territorio récord. Por su parte, el rendimiento del bono público a 10 años ha pasado del 1,62 % al 1,58 %. 

Quiero destacar que el Dow ganó alrededor de un 15 % en lo que va del año. Pero hay que estar atentos en el corto plazo, sobre a todo a los dos drivers fundamentales. La economía estadounidense está empezando a detenerse. Y por otra parte, la extraña mezcla de Biden entre estímulos a la producción y populismo tradicional. Desde mi punto de vida, el ángulo de alza del 15 % es excesivo y llama a los inversores menos audaces a retirarse; vendrán correcciones, pero que son sólamente eso, la Bolsa americana sigue inmersa en un ciclo alcista. Probablemente irá a buscar los 37.000/38.000 en los próximos dieciocho meses.

En otro orden, el petróleo sigue firme en la zona de los 65 dólares, con lo que redondea una suba del 40 % este año. Sigo pensando que antes de enero buscará la zona de los u$s 80. El oro, que venía arrastrando una caída del 15 % en 2021, ya se ubica en torno a los 1.830 dólares. Ha recortado sus pérdidas hasta el 6 %; el metal precioso tiene un enorme potencial por delante en cuanto se ha confirmado la continuidad de la política monetaria de la Fed.

Las criptomonedas siguen sorprendiendo. No obstante, los inversores serios deben desoir los cantos de sirena de la publicidad de productos innnobles que en sus publicidades por Internet prometen que si usted invierte un dólar se llevará diez. La volatibilidad puede ser amiga, pero también generar pérdidas cuantiosas. Sugiero al que está haciendo sus primeras armas que sea muy cuidadoso, invierta sólo una parte de su patrimonio y observe bien los riesgos. El bitcoin, en tanto, opera cerca de los u$s 59.000, con un espectacular 80 % de ganancias en el año. Mi opinión es que será una de las estrellas del 2021. Va hacia los u$s 100.000.

Respecto a la Argentina, no hubo esta semana noticias positivas. Por ende, el dólar continuará en un camino alcista. Todo indica hacia los $ 300.­