¿Las dos caras de Mauricio Macri?
A mi juicio el mejor reportaje al ex Presidente fue en el domicilio de Jorge Lanata que condujo la entrevista con la participación de su equipo. Es la primera vez que lo escucho a Macri sin tensión, natural en sus formas y, sobre todo, con firmeza en el fondo de muchas de sus afirmaciones.
Se pronunció por el saneamiento monetario que carcome el poder adquisitivo de todos, por una reforma laboral que no conspire contra los que deseen trabajar y una apertura al comercio internacional a los efectos de incrementar la productividad y el nivel de vida de la población. Incluso se declaró “tan liberal” como para aceptar que quienes prefieren no vender su libro no lo hagan a pesar de la conveniencia de abrir debates con diferentes ideas.
Manifestó enfáticamente que “el statu quo ha sido una fábrica de pobres” en el sentido de estar empantanados de hace décadas con la misma política que ha conducido a la lamentable situación en la que ahora estamos, agravada por la política del actual gobierno. Asumió toda la responsabilidad por los resultados negativos de su administración y, al contrario de lo que pudo aparecer en otras declaraciones, sin tercerizar ni endosar culpas pues subrayó que fue suya la elección de sus colaboradores inmediatos.
Se mostró reflexivo con una autocrítica de su gestión al no haber logrado mejorar las condiciones sociales tal como había prometido. Recordemos nuevamente que su administración comenzó con un baile en la Casa Rosada con la banda presidencial, propio de una alarmante frivolidad, alejado de valores y conductas republicanas. También tengamos presente su intento de designar a dos miembros de la Corte por decreto, las ofertas de obras sociales a piqueteros, su cercanía con sindicalistas impresentables y la duplicación de la inflación en el contexto de haber eliminado pero finalmente impuesto cepo cambiario y de sus posibilidades desaprovechadas de reducir el gasto público en su misma área ejecutiva, en lugar de ampliar ministerios y haber incrementado la deuda pública.
Lo dicho no quiere decir que no existieron políticas acertadas como la energética y de seguridad, pero lo relevante es el resultado neto y este ha constituido un intento fallido más en la larga lista de tropiezos de distintos gobiernos. No incluyo en del lado del activo las visitas de buena voluntad al mundo libre pues no vale si en definitiva es para mostrar lo mismo que nos agobia, pues reiterar fracasos no es un orgullo sino una vergüenza.
Tampoco el título de esta nota pretende siquiera insinuar que el ex Presidente es un hipócrita y deliberadamente maneja dos caras. Muy por el contrario, destaco sus buenos propósitos, buenas intenciones y su honorabilidad, las dos caras son simplemente dos facetas que por el momento aparenta su personalidad: una la referida más arriba dirigida a rectificar lo que debe rectificarse de su política en el contexto de los puntos antes mencionados y la otra la que a continuación apuntamos con mucha preocupación. Esperemos que prospere y se consolide la primera faceta para bien de todos.
Contradictorio
Esta segunda cara es realmente preocupante. ¿Cómo puede ser que se declare contrario al populismo y al mismo tiempo diga que “si Perón viviera se anotaría en Juntos por el Cambio? ¿El ex Presidente nos toma por estúpidos? Solamente para circunscribirnos a los tres puntos a los que se refirió y que dejamos consignados ¿no está informado que Perón destrozó nuestro signo monetario, copió la figura fascista de la personería gremial y en el orden del comercio internacional comenzó con la sandez de lo que luego se resumió con aquello de “vivir con lo nuestro”?
¿No sabe de la Triple A manejada por su brujo-ministro, de las cartas de Perón a Mao alabando su política, de su publicación diciendo que “Si la Unión Soviética hubiera estado en condiciones de apoyarnos en 1955, podía haberme convertido en el primer Fidel Castro del continente”, de sus dicho en cuanto a que “Al enemigo, ni justicia”, “Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores” o sus textos aconsejando “Los que tomen una casa de oligarcas y detengan o ejecuten a los dueños se quedarán con ella. Los que tomen una estancia en las mismas condiciones se quedarán con todo, lo mismo que los que ocupen establecimientos de los gorilas y enemigos del Pueblo. Los Suboficiales que maten a sus jefes y oficiales y se hagan cargo de las unidades tomarán el mando de ellas y serán los jefes del futuro. Esto mismo regirá para los simples soldados que realicen una acción militar”, sus sugerencias desde el balcón de la Casa Rosada para que la gente “dè leña” a los opositores o la nuevas corrupciones de Gelbard en el contexto del “tercer Perón” y de la grosera contradicción de la “inflación cero”, reincidiendo con los controles en base a la atrabiliaria figura del “agio y la especulación” que produjo todo tipo de desajustes y faltantes?
Nuevamente reiteramos que es de desear que se fortalezca la primera cara pues no podemos absorber nuevos fracasos. Si hay buena voluntad y decencia esto es posible… y también urgente.