Ingrid Pelicori se apresta a estrenar "Bergman & Liv. Correspondencia amorosa", junto a Osmar Nuñez
La crónica de un romance tumultuoso
Bajo la dirección de Leonor Manso, los actores llegarán este viernes al Centro Cultural 25 de Mayo para relatar el vínculo que unió a Ingmar Bergman y Liv Ullmann a lo largo de cuatro décadas.
La mayoría de los actores antes de estrenar una obra se ponen nerviosos. Se angustian. Pasan horas sin dormir y se preguntan una y mil veces "por qué estoy haciendo esto". Son pocos los que pueden disfrutarlo lejos de ese estado de ansiedad. Ingrid Pelicori es una de ellas: "Nunca me puse nerviosa", asegura. Sí, como ahora, siente una adrenalina especial, una suerte de excitación como si fuera a ir a una fiesta que le durará hasta que el viernes baje el telón luego del estreno de "Bergman & Liv. Correspondencia amorosa".
La nueva obra, dirigida por Leonor Manso y en la que Pelicori trabaja junto a Osmar Núñez, relata a través de cartas el vínculo que mantuvo a lo largo de cuarenta años Ingmar Bergman con Liv Ullmann. Se presentará durante ocho funciones, los viernes y sábados a las 20.30, en el Centro Cultural 25 de Mayo (avenida Triunvirato 4444).
La pieza "es una recopilación que hizo Lázaro Droznes a partir de una investigación sobre Ingmar Bergman y Liv Ullmann, y de sus declaraciones y sus autobiografías. El imaginó una correspondencia amorosa donde revisan todo lo que fue su relación y después, a lo largo de la vida, cómo se transforma en un amor, en una compañía hasta el final de los días, de otro orden, donde han compartido el trabajo siempre, además con una hija en común y donde ese amor tumultuoso, posesivo, se va transformando. Es una conversación profunda entre iguales, donde ambos son testigos privilegiados el uno del otro, de toda la vida, y hay un amor muy profundo", explica Pelicori.
VINCULO Y PERSONAJES
-¿Usted ya estaba interiorizada en la historia o la fue descubriendo ahora a partir de la obra?
-Había leído hace muchos años, cuando salió, "Senderos", de Liv Ullmann, que cuenta un poco su relación con él, entre otras cosas; había leído también algunas entrevistas y había visto películas, pero ahora me fui sumergiendo mucho más. Incluso las cosas que veíamos cuando empezamos a ensayar las vemos ahora mucho más estando adentro y todavía resultan cosas nuevas. Sacamos más profundidad de lo que ellos dicen y cómo lo han vivido. En ese sentido fue hermoso para nosotros meternos en este mundo y en estas personas.
-¿Cómo es Liv e Ingmar?
-Ella es divina, es una mujer que pasó por todo, fue una gran estrella y después un poco se retiró, se dedicó a trabajar para Unicef, recorrió el mundo visitando los campos de refugiados, fue una persona con una gran humanidad. Y él, un creador increíble y también una persona con muchos claroscuros, seguramente muy complicado para ser su pareja y no obstante todas sus ex mujeres fueron sus amigas siempre; así que había algo en él que estaba por encima de todas esas turbulencias. Lo vincular es muy rico, y también son muy ricos como artistas y como gente que ha pensado sobre su obra y sobre su vida. Por todo eso nos resultó muy interesante meternos allí y estar sumergidos en ese mundo en medio de esta pandemia, en vez de estar atentos a la realidad espantosa. Aquí estamos en un mundo de mucha belleza, mucha profundidad, que es muy placentero. Y si al público le pasara algo de eso, de querer volver a ver las películas de Bergman o el que no las ha visto, animarse, realmente sería una satisfacción enorme. Ya con solo conseguir eso habría tenido sentido todo esto.
SABER ADAPTARSE
-¿Cómo es para usted trabajar en este contexto?
-Un poquito trabajamos por Zoom y después lo hicimos en mi terraza hasta donde pudimos. Finalmente, nos tocó trabajar bajo techo, pero por supuesto ventilando y con los protocolos. La obra está un poco armada bien para pandemia: como son cartas está cada uno lejos de otro, en su atril como escribiendo, como pensándola y encarnándola, pero sin contacto cercano el uno con el otro. En ese sentido podemos respetar los protocolos y no estamos obligados al contacto cercano. Y además la vamos a hacer en un teatro que es muy grande.
-¿Estaba ansiosa por volver a los escenarios?
-No, no en esos términos. Ahora estoy entusiasmada con el material y decimos "qué bueno volver a hacer una obra con público", pero estuve muy ocupada en otras cosas y no tuve esa ansiedad. Creo que es por cómo soy yo, porque me adapto siempre a la situación que me toca. Y esta vez me tocaba no actuar. Estuve haciendo un radioteatro y otras cosas de actuación, pero no con el público delante.
-¿Cómo es trabajar con Leonor Manso en la dirección?
-Hemos trabajado mucho juntas, compartimos el escenario varias veces. Siendo dirigida por ella van más o menos cinco veces. Leonor es una persona que tiene una gran sabiduría teatral. Es muy generosa, muy comprometida, asume realmente el rol de la dirección con cuerpo y alma. Es una directora muy contenedora, así que uno va muy entregado y feliz. Siempre es un aprendizaje y una alegría trabajar con ella.
-¿Cómo sigue su año?
-Planes es lo que más tengo. Quizás con esta obra podamos continuar en algún lugar, pero no lo sabemos. Lo más seguro es que estamos trabajando con la dirección de Cristina Banegas en un espectáculo con Claudia Cantero, que es una adaptación de la novela "La débil mental", de Ariana Harwicz. Eso es para septiembre. Y lo otro que debiera suceder pronto, aunque nunca se sabe, es que cuando comenzó la cuarentena estábamos por reponer con Leonor, actuando las dos, "Cae la noche tropical" en el Teatro San Martín. Así que nos están por convocar del teatro para ver si es posible hacerla.
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Con Osmar Núñez como compañero en escena y Leonor Manso en la dirección, Pelicori estrena el próximo viernes.