El mes sarmientino

Sarmiento, padre de la Armada moderna

Por Luis Fernando Furlan *

Cuando Domingo F. Sarmiento asumió la Presidencia de la Nación (12 de octubre de 1868), la Argentina se hallaba todavía junto al Imperio del Brasil y a Uruguay en plena guerra de la Triple Alianza, en lucha contra el Paraguay.

Durante aquel conflicto (1865-1870), se manifestó claramente el poder de la moderna Marina del Imperio del Brasil, ya que las operaciones navales en el vasto escenario de la Cuenca del Plata fueron de su exclusiva iniciativa y responsabilidad. Ello resultó un tremendo contraste con nuestra propia Marina, carente de verdaderos buques de guerra (apenas unos pocos vapores artillados) y destinada a cumplir tareas logísticas.

Cuando Sarmiento accedió a la Presidencia de la Nación (1868), el núcleo de nuestro país, en pleno proceso de unificación política y territorial, se estructuraba en torno a la extensa región de la Cuenca del Plata, cuyos ríos constituían las vías por donde circulaban la riqueza, la economía y el comercio de Argentina.

El predominio de la Marina imperial brasileña durante el conflicto contra el Paraguay y su gravitación estratégica regional en el proceso posterior a la guerra, le otorgaba la posibilidad de proyectar sus modernas y poderosas fuerzas navales sobre la Cuenca del Plata, lo cual amenazaba el corazón mismo de Argentina.

Finalizada la guerra de la Triple Alianza (1870), nuestro país prácticamente no poseía Marina de Guerra, a la vez que se profundizaron las tensiones con su reciente aliado, el Imperio del Brasil; al respecto, así se expresó el ministro de Guerra y Marina del presidente Sarmiento, coronel Martín de Gainza:

"Carecemos absolutamente de escuadra. Algunos buques en mal estado y algunos jefes y oficiales, aunque muy dignos, no constituyen una escuadra".

La experiencia de la guerra de la Triple Alianza en el plano naval y el escenario de la inmediata postguerra, convencieron al presidente Domingo F. Sarmiento (1868-1874) de la necesidad de enfatizar, con urgencia, la protección del estratégico espacio rioplatense.

HIPOTESIS DE CONFLICTO

Como la principal hipótesis de conflicto para Argentina era el Imperio del Brasil, Sarmiento creó una Marina de Guerra moderna y apta para la defensa de la Cuenca del Plata. Es así que se inició un importante proceso para gestionar buques y armamentos para una nueva Marina, y a la vez promover la profesionalización de la Institución Naval, acorde al perfil que pretendía otorgarle Sarmiento.

El 27 de mayo de 1872, a través de la Ley 498 sobre Armamentos Navales, se destinaron recursos para comprar buques y armamentos. Se adquirieron así los siguientes buques de guerra: monitores Los Andes y El Plata; bombarderas Constitución, República, Bermejo y Pilcomayo; corbetas Uruguay y Paraná; y vapores avisos Resguardo y Vigilante. Todas esas naves se construyeron en Gran Bretaña y se incorporaron a nuestra Marina entre 1874 y 1876. 

Eran buques modernos, de hierro y a vapor, de uso exclusivamente fluvial, y destinados a operar en el escenario rioplatense para proteger costas y ríos.

Los nombres de aquellos flamantes buques no fueron casuales: expresaban los valores propios de un país en plena unificación y organización (Constitución y República), y a la vez definían el espacio que tendrían la responsabilidad de proteger (El Plata, Uruguay, Paraná, Bermejo y Pilcomayo). La corbeta Uruguay, hoy buque-museo, constituye el único y orgulloso sobreviviente de aquella Escuadra de Sarmiento.

Para fortalecer y complementar la defensa de la Región del Plata, Sarmiento adquirió también en Gran Bretaña un vapor especial (el Fulminante) para servir como depósito de torpedos y minas, y contrató para su dirección al ingeniero estadounidense Hunter Davidson, veterano de la guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865) y experto en aquellas especiales armas navales.

EL ARSENAL

El 16 de diciembre de 1873 se creó un Arsenal de Marina en Zárate, sobre las costas del río Paraná, para atender las necesidades de los nuevos y modernos buques y armamentos navales, y brindarles los imprescindibles apoyos logísticos y trabajos de reparación y mantenimiento. Cabe destacar que Sarmiento, al dejar la Presidencia de la Nación, fue designado, a su solicitud, Inspector y supervisor de las obras del Arsenal, por lo cual vivió en Zárate entre 1875 y 1876 para cumplir esas funciones.
En materia de profesionalización para la Marina de Guerra, por Ley 568 del 5 de octubre de 1872, el presidente Sarmiento creó la Escuela Naval Militar, para formar oficiales navales de carrera, con la adecuada preparación científica y técnica que exigía la nueva etapa que se inauguraba para nuestra Marina.

La flamante Marina de Sarmiento poseía una concepción estratégica básicamente fluvial, centrada en la defensa de la Cuenca del Plata. Así lo exigían las necesidades geopolíticas de la época y la dinámica de la política exterior y de los escenarios de conflicto del momento.

Aquella Marina de Río", de hierro y vapor, creada por Sarmiento, adquirirá dimensión oceánica durante la presidencia de Nicolás Avellaneda (1874-1880), ex ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de Sarmiento en su presidencia y su sucesor en el Poder Ejecutivo Nacional.

Domingo F. Sarmiento tuvo una clara visión sobre la importancia de poseer una Marina de Guerra moderna y poderosa, con personal naval de carrera y sólida formación profesional, que permitiera custodiar y defender la soberanía de una Argentina que se encontraba, todavía, en proceso de organización territorial, política e institucional.
 
* Magíster en Defensa Nacional. Licenciado y profesor en Historia. Docente de la Armada Argentina, de la Fuerza Aérea Argentina y de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).