Yo creo que deberíamos ceder la conducción del país al talentoso Woody Allen, aunque sea por unos meses. Solo un iluminado por el sentido del humor y el absurdo puede poner orden ante este descalabro que estamos obligados a vivir los argentinos. Veamos pequeñas historias de los últimos días. La presidenta del Senado apaga los micrófonos de los senadores de la oposición para que no puedan opinar y da por buena una votación sin tener el quórum que exige el reglamento. El Presidente manda a los periodistas a leer la Constitución y la ley de expropiación y a los jueces los acusa de faltar a clases en la universidad como motivo de su ignorancia legal. Niegan que haya un plan para que el Estado se apropie de empresas pero ya, además de Vicentín, circulan con fuerza los nombres de Sancor y Molino Cañuelas entre otros. Delincuentes militantes hacen desastres entre los hombres del campo, rompiendo sus silo bolsa e incendiando sus cosechas. Repudio a los terratenientes pero un ex ministro K se acaba de comprar en Santa Fe un campito de 1.500 hectáreas, así que pronto lo veremos cortando rutas protestando por las retenciones o las expropiaciones. Mientras la cámara hace foco en un primer plano del tema de la cuarentena, entre bambalinas fuerzas para-oficiales están construyendo (o destruyendo) otro país, el que nadie votó, el que vuelve para atrás con toda la impunidad del mundo. Las fronteras siguen siendo un colador y además de droga entran coronavirus con pasaporte. Aquí no nos dejan ir de una provincia a otra pero autoriza a los chilenos a pasar sin siquiera chequearlos (y no me desmientan porque tengo testigos).
Cada día un imputado por corrupción deja la prisión en medio de su condena y aprovecha para pedir que debe fusilarse o colgarse en la Plaza de Mayo al ex presidente, sin que haya un solo fiscal que se altere, ni miembro del gobierno que les llame la atención. La incitación a la violencia ya no es delito, es bueno saberlo para irse preparando, es más debería haber un DNU confirmando la buena nueva. Todo bajo control y a nuestras espaldas mientras seguimos jugando a la mancha venenosa. Los focos obligan a los ciudadanos a ver casi sin alternativa la misma escena desde hace cien días, eso sí, semana a semana le van agregando escenas de dramatismo como para que el miedo se apodere del público. Si hasta han conseguido dividir a la ciudadanía en temas que no admiten discusión como el de la cuarentena.
Uno no puede imaginarse, por ejemplo, a los londinenses en plena guerra mundial, que cuando suenan las sirenas ante un inminente bombardeo a su ciudad por parte de los alemanes, se pongan a discutir si es bueno o malo ir a los refugios antibombas, mientras comienza el ataque. Pues nosotros sí somos capaces y discutimos si es bueno o no ponerse a resguardo de un posible contagio mortal y hasta ponemos en duda los métodos de cuidados como los barbijos o la llamada distancia social. Pero este `carnaval' con muertos incluidos, vas más allá. Al principio se nos dijo que primero la salud y después todo lo demás, pero no era así, ese era el discurso oficial que sirvió de tapadera para que `todo lo demás' se comenzara a cocer en la cocina de la trampa, utilizando pactos, estructuras paralelas como el Instituto Patria, voces adictas al sistema que nos juraron que ya no volvería, manejo arbitrario del Congreso y cambios a voluntad de funcionarios que no acaten órdenes.
Sí querido lector, están construyendo un país que cuando nos queramos dar cuenta ya estar impuesto y cualquier reacción ser tardía. Estamos viendo dramas que mezclan cuarentena e inseguridad, gente que pese a estar contagiados del covid19 se niegan a abandonar sus casas porque temen que se las usurpen, prefieren morir a perder lo único que tienen. Así estamos, pero seguimos con la cosita política barata, buscando culpar al pasado como si la situación del conurbano se hubiese complicado en los últimos cinco años. Hay escenas de la vida cotidiana que parecen sacados de películas del gran Woody, porque de otra manera no podrían explicarse. No podemos ser serios ni para contar muertos, parece broma pero es cierto. Si hasta hay trampa en los concursos de reposteros en la tele y en los spot de Argentina Presidencia que nos anuncian que comenzó la recuperación económica. Basta de mentirnos o intentar engañarnos. Al menos en algo cuéntennos la verdad. ¿Hasta cuándo vamos a seguir en cuarentena? ¿Quién puede decir cómo se va a recuperar la economía doméstica? ¿Quién gobierna? ya cuestionarse esto último es lamentable, pero es así, es la duda que tienen los ciudadanos porque ven y oyen y cada día son menos tontos.