"Los dos sectores con más potencial son los bancos y los servicios públicos"
En un mapeo de la Bolsa local, Christian Reos, gerente de research de Allaria, sugiere la conformación de un portafolios para ganarle a la inflación: bonos TJ20 y Bonar 2020, papeles bancarios, energéticos y de compañías industriales. El éxito depende de cómo se reestructure la deuda externa y de las medidas que el Gobierno tome con las tarifas.
En la Bolsa local los inversores saben que el desarrollo del año depende casi de manera exclusiva de cómo se desenvuelvan las negociaciones para reestructurar la deuda externa. Si hay acuerdo será algo así como un mojón en el tiempo, un punto de partida para la economía toda. Si no lo hay, o se logra un pacto a regañadientes, el futuro puede ser bastante más oscuro de lo que deseamos.
"El mercado está con poco volumen y ansioso a la espera de ver cómo se resuelve la cuestión de la deuda. Cuando uno ve el mercado de acciones, está pendiente de la renegociación soberana", asegura Christian Reos, gerente de research de Allaria Ledesma. Y agrega: "Lo que pasa es que en el medio, antes de este inicio de negociación, tuvimos algunos hitos que también agregan ruido. Un caso fue el de la provincia de Buenos Aires, otro el canje voluntario que se propuso para el bono AF20, el bono dual, que no tuvo una buena aceptación".
-¿Esos episodios generan mayor incertidumbre?
-Generan incertidumbre. El mercado estaba más optimista cuando vio que se empezó a renegociar todo lo que era deuda en pesos. Se iban pagando las Letras, todo en pesos, además eso no presionaba al dólar contado con liquidación. Eso provocó una muy buena recuperación de precios. Y llegamos a estos últimos días donde volvió a haber un impasse y ahora nos metemos de lleno en todo lo que es canje de deuda. Entramos en unas semanas de mayor volatilidad con menos volumen. El menor volumen en general genera mayor volatilidad porque alguien quiere vender y no encuentra comprador o a la inversa, y eso repercute. Todos están pendientes de cómo se encara la reestructuración. La duda es si va a ser algo agresivo o no, si va a ser consensuada con los principales tenedores de deuda o van con los tapones de punta.
PERSPECTIVA
-¿Se puede trazar una perspectiva para el año?
-Venimos de año y medio, casi dos años, con mucha volatilidad en los instrumentos financieros. Volatilidad y fuertes caídas de precios. El año se va a dividir en dos si el gobierno es exitoso en el canje. Si logran hacer el canje, se despejan vencimientos de corto plazo y ahí arranca un nuevo escenario, que es poner todo el foco en hacer crecer la economía nuevamente. Si se traba la renegociación de la deuda, ahí se complica porque es un tema que queda pendiente y no se puede arrancar.
-En renta variable generalmente hay rubros que siempre andan bien, como el campo, las energéticas y los bancos. ¿Serán protagonistas?
-Andaban bien. El campo está muy poco representado en la Bolsa. En el mercado local los principales sectores son bancos, oil and gas, generación de energía, servicios públicos -distribución y transporte, sectores muy regulados- y por ahí telecomunicaciones. Actualmente la Bolsa no sólo está en un impasse por la renegociación de la deuda sino también porque en uno de los principales sectores, el de generación de energía, el gobierno dijo que se iba a tomar 180 días para ver cómo renegociaba esos precios. Con lo cual es un adicional que genera incertidumbre y que pone al inversor en la posición de wait and see. Nadie va a hacer nada hasta no saber cómo sigue esto. Para estos dos o tres sectores de la Bolsa habrá un antes y un después a partir de que el Gobierno muestre las nuevas reglas del juego. Mientras tanto nadie sabe si la generación de caja de estas empresas va a tender a cero o si van a poder realizar inversiones. No hay variables que generen certidumbre.
-¿Que estas empresas energéticas operen en Vaca Muerta es un plus a la hora de atraer inversores?
-Ahí también se está esperando. El Gobierno prometió que iba a promover las inversiones en Vaca Muerta e iban a enviar un proyecto al Congreso. De eso hasta ahora no se ha visto nada. Lo que primero quieren arreglar es el tema de la deuda y luego se irán viendo estas cosas. Con lo cual, en definitiva, volvemos a lo que decíamos antes: todo es un antes y un después de arreglar la deuda. Si se arregla se pueden encargar de promocionar Vaca Muerta, ofrecer garantías a los inversores, dar subsidios a transporte y distribución. Tienen que ver qué tan despejado va a estar el pago de intereses, ni hablar del capital, para poder saber con qué recursos cuentan si es que quieren impulsar algún sector en particular a través de subsidios para que tengan una señal de precios clara y sigan invirtiendo. Estar conectado con Vaca Muerta es un atractivo adicional siempre y cuando el sector tenga incentivos para invertir. Si se congelan los precios o se pagan precios inferiores a los del mercado internacional será difícil que alguien venga a invertir acá.
-¿Qué pro y contras destacaría a la hora de invertir en papeles bancarios?
-Un atractivo muy grande de los bancos es que están muy baratos. Cotizan a ratios de valuación muy bajos. Es decir, están descontando un escenario más negativo del que estamos viendo actualmente. Los principales bancos que cotizan en bolsa en Argentina están relativamente bien capitalizados, tienen un porcentaje bajo de incobrables. Si bien por ahí algún negocio como la venta de divisas al minorista desapareció por el cepo, por otro lado el negocio de margen de tasas sigue siendo razonable. Los que tienen balances saneados van a seguir presentado buenos resultados.
-¿Vislumbra algún sector no tradicional que este año podría dar una sorpresa?
-El que más potencial tiene, y más riesgo actualmente, es el sector de servicios públicos. Está muy barato pero para realmente confirmar esto hay que esperar a conocer la señal de precios que va a dar el gobierno, que diga este va a ser el sendero de las tarifas. Ese sector tiene un potencial de suba altísimo, mayor al 100%. Pero hoy la incertidumbre también es altísima. Los dos sectores con más potencial son bancos y servicios públicos. El que se arma hoy una cartera con empresas de servicios públicos, si luego el Gobierno resuelve un sendero de ajuste razonable en las tarifas, apoyado con subsidios para determinados consumidores, que permita a las empresas seguir invirtiendo, el potencial es muy alto.
-¿Qué lectura hace de la recompra de acciones que realizan algunas compañías?
-Son empresas sobre todo del sector energético, como Pampa Energía y TGS, que tienen poca deuda, les va bien incluso en la situación actual, e incluso tienen negocios no regulados por el Estado, sin tarifas congeladas. Esos negocios siguen generando dinero. Y por otro lado el Directorio de esas compañías consideran que las acciones están a valores muy bajos y aprovechan para comprar.
BONOS SOBERANOS
-En materia de títulos públicos, ¿todo ese universo gira en torno a la resolución de la deuda?
-Todo está atado a eso. En lo que era deuda en pesos está habiendo menos volatilidad porque se han ido cobrando los cupones y los inversores iban renovando, comprando las nuevas letras del gobierno. Ahora este canje fallido del AF20 genera algo de incertidumbre también en los bonos en pesos.
-¿Hay discriminación en el tratamiento que reciben los bonos bajo legislación local y los de legislación extranjera por parte del Gobierno?
-Ahí disiento un poco. Diría que lo que el Gobierno está intentando hacer es diferenciar bonos en pesos de bonos en dólares. Y no se ha buscado hasta ahora diferenciar ley local de ley norteamericana. La señal que estaba dando es que va pagando los bonos en pesos, intereses y capital, porque está pudiendo renovar los vencimientos. Bonos en dólares, lo que intentó decir es: pago intereses mientras estoy con la negociación pero no pago capital. Por eso el capital de las letras en dólares fue postergado hasta ahora.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires quiso replicar esa idea y fue por eso que dijo permítanme patear el vencimiento del capital del bono. Se complicó porque era un bono con ley extranjera y hay menos margen de maniobra. Se terminó generando una diferenciación entre ley local y ley extranjera, pero no porque el Gobierno lo quisiera sino porque el mercado lo terminó imponiendo.
-¿Hay algún tipo de bono con mayor potencial que pueda recomendar?
-Deuda en dólares prefiero el 2020 ley local, pensando que en el canje nacional se va a intentar también dar a ambas leyes las mismas condiciones. Con lo cual ahí prefiero un bono que si bien es ley local, es el bono más corto. Por más que pateen los vencimientos va a ser el primer bono en dólares que venza y está a la misma paridad que el resto de los bonos. De bonos en pesos, mi preferido a nivel deuda soberana es el TJ20, que es el título que paga tasa de política monetaria. Es un bono de corto plazo y dentro de los de corto plazo es el de menor valor y paga un cupón de interés elevado. Acá si hubiera alguna postergación del vencimiento de capital, a la paridad actual sigue siendo un buen negocio entrar ahora.
-¿En bonos provinciales hay alguno que sea más robusto que otro?
-En este tipo de bonos cada provincia es un mundo. Hay bonos como los de la provincia de Mendoza o Córdoba que están por encima de los de otras provincias que son menos sólidas, como pueden ser Buenos Aires, La Rioja o Jujuy. Los bonos con garantías de regalías de hidrocarburos también cotizan a precios más elevados. Hay una diferenciación entre provincias más sustentables, con mejores números fiscales, y provincias más dependientes del gobierno nacional.
TASAS BAJAS
-Las tasas de interés están bajando. ¿Hacia dónde habría que redireccionar ese capital en pesos?
-Esa es la pregunta que hacen todos los inversores: ¿Qué hacemos con los pesos? A un individuo que tiene pesos yo le invierto en estos bonos que comenté, el TJ20 en pesos, en dólares el Bonar que vence ahora en 2020, una cartera de acciones donde haya seguro bancos, algo de energía y servicios públicos por lo barato que está y lo complemento con empresas más industriales y menos dependientes de regulaciones del gobierno, como puede ser Loma Negra, San Miguel, IRSA.
-¿Dependen más de la reactivación de la economía?
-Esas empresas algunas dependen de la reacción local, otras son exportadoras y no están tan atadas al ciclo argentino. Se trata de diversificar la cartera.
-¿Con ese armado se puede obtener una renta que derrote a la inflación?
-No lo sé. Eso va a depender mucho de lo que pase en los próximos tres meses. Si Argentina no logra consensuar con los acreedores un canje de deuda y se termina yendo a un default, es probable que nadie esté dispuesto a tomar riesgo argentino. Y por más que las acciones están baratas, van a seguir estando baratas por un tiempo. Ese es el problema, que estos precios queden deprimidos porque Argentina deja de estar en el radar de los inversores. El potencial de subas es muy elevado en los activos argentinos, le podríamos ganar varias veces a la inflación este año, pero dependemos de que no se termine pateando el tablero. De lo contrario ningún inversor va a tener interés en poner una ficha en la Argentina.
-¿Le preocupa que crezca la brecha cambiaria? ¿Qué ruido genera en el movimiento inversor?
-La brecha está en valores similares a otros niveles que tuvo Argentina con otro tipo de cambio. Se está ampliando por el hecho de que el Banco Central tiene congelado el tipo de cambio oficial. Si uno ve la cotización del dólar contado con liquidación o dólar cable, va más o menos subiendo al ritmo inflacionario. De hecho estuvo bastantes semanas congelado y ahora dio un saltito. La brecha se amplía porque el tipo de cambio oficial, algo que no debería mantenerse mucho tiempo más porque se va a empezar a atrasar.
-Los ADR cayeron en enero un 19%. ¿Siguen siendo recomendables?
-Hay que pensar que los ADR es lo mismo que la acción local. Si cayó el ADR es que cayó el papel local. La diferencia es que en el medio está el tipo de cambio. Cuando digo que me gustan los bancos, es indistinto si se compra la acción local o el ADR.
Wall Street, la plaza fuerte
-¿Cuál es el panorama en el mercado internacional? ¿El coronavirus tendrá impacto en el mundo financiero?
-Claramente va a afectar a la actividad económica global en estos primeros meses del año. Por ahora el consenso del mercado es que esta caída de ahora se va a recuperar más tarde. En un principio esto ha generado que una apuesta incipiente que había de los inversores a activos de riesgo en mercados emergentes se congelara. Lo que tuvimos fue que las bolsas de los principales mercados emergentes cayeran en las últimas semanas junto con las noticias de coronavirus. Por otro lado, lo que se vio es la fortaleza del mercado norteamericano que se mantiene en máximos históricos a pesar de que en el resto del mundo los inversores se retrayeron. Se ve que cuando las papas queman vuelven todos al mercado norteamericano. Hoy en día es el más fuerte. La apuesta a mercados emergentes era de manos más flojas. Apenas hubo un ruido empezaron a desinvertir.
-Wall Street da señales de solidez.
-Es un mercado que está en máximos, y en máximos de la última década en cuanto a ratios de valuación. La plaza norteamericana no luce barata. Sobre todo cuando se la compara con otros mercados, emergentes o desarrollados. No obstante, queda claro que el flujo sigue yendo hacia Estados Unidos. Y sobre todo el dinero va al sector tecnológico, que es el sector que sigue mostrando potencial. Cuando uno en el índice norteamericano segrega el tecnológico de otros más clásicos, los clásicos no tuvieron tan buena performance. Buena parte de la performance del S&P está explicada por la evolución excelente que tuvieron las compañías del sector tecnológico.